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jueves 1 de marzo de 2007

A las promesas, se las lleva el viento

El nuevo presidente provisorio de Turkmenistán tomó, al asumir su cargo luego de la muerte de su predecesor, algunas medidas que permiten que los ciudadanos de ese país puedan tener algo de contacto con el resto de la comunidad internacional. Sin embargo, todavía no es suficiente como para hablar de un retorno a la vida democrática.

Hace algunas semanas, de pronto, falleció Saparmurat Niyazov, el dictador de Turkmenistán, uno de los países más ricos del mundo en materia energética. Lo reemplazó provisoriamente Gurbanguly Berdymukhammedov.

Ante una nación desconcertada y acostumbrada al culto a la personalidad más abierto que pueda imaginarse, el nuevo mandatario aseguró continuidad en el autoritarismo. O sea, que el grupo de políticos dominante no cederá poder y que no habrá, por ahora, apertura democrática alguna. Más de lo mismo, entones.

No obstante, se hicieron también algunos anuncios sorpresivos, que sugieren que la nación podría, paso a paso, empezar a salir del aislamiento en que ha vivido durante los últimos años y perder parte de la opacidad en que su pueblo ha sido obligado a vivir. Entre ellos: (i) permitir a los estudiantes de su país estudiar en el exterior; (ii) enviar médicos a los centros sanitarios del exterior, para así mejorar su capacidad y experiencia; (iii) extender la educación primaria obligatoria a un período de diez años, para todos. Además, fomentar la “cultura empresaria” y permitir la propiedad privada de las viviendas y las empresas, lo que es sorprendente, desde que todo en Turkmenistán es estatal.

En el plano de las libertades personales hubo, asimismo, un anuncio sorprendente: que se permitirá el libre acceso a Internet. Hasta ahora, los periódicos extranjeros estaban prohibidos, así como la televisión a cable.

La Constitución prohibía a Berdymukhammedov, hasta ayer vice primer ministro, presentar su candidatura a la presidencia. Al fallecer Niyazov, la Legislatura (dócilmente) removió esa restricción y permitió a Berdymukhammedov competir con los otros candidatos en las próximas elecciones presidenciales. Como le hubiera gustado al kirchnerista Rovira, de nuestra provincia de Misiones, quien no lo logró, sin embargo. Gracias a que el pueblo, con el coraje cívico requerido, dijo “no” a los apetitos de poder ilimitado.

La oposición, cabe destacar, está en el exilio, desde que nadie podía garantizarles la vida en su país, en tiempos de Niyazov.

Pronto sabremos si los nuevos mensajes buscan solamente conformar a la comunidad internacional y son sólo una cortina de “humo”, o si el cambio que ellos preanuncian es cierto, lo que la mayoría de los observadores internacionales no cree.

Para no dejar de lado jamás el populismo, el mensaje de Berdymukhammedov tuvo naturalmente su capítulo de corte netamente demagógico. Porque también prometió duplicar inmediatamente los salarios públicos, las pensiones y los estipendios que reciben los estudiantes. Como si esto fuera poco, anunció que habría de construir nuevos centros de vacaciones en el Mar Caspio, sin abandonar los extendidos programas de distribución gratuita de agua, sal y gasolina, que ya había puesto en marcha su predecesor, como mecanismo para comprar voluntades a la hora de las urnas. Es posible que pronto algunas de estas curiosas “sugerencias” sean imitadas entre nosotros, aprovechando el año electoral que ha comenzado. © www.economiaparatodos.com.ar

Emilio Cárdenas se desempeñó como representante permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

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