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jueves 15 de septiembre de 2005

A unos años de la Ley Federal de Educación (IV y última)

La ley 24.195, sancionada en 1993, pretendió garantizar el ingreso, la permanencia y el egreso de los todos los alumnos en todos los niveles del sistema educativo. También dispuso que la inversión en educación debía ser del 6% del PBI. Se trata de excelentes declaraciones de intenciones que, al no aclararse los medios para concretarlas, en la práctica se han vuelto letra muerta.

Para terminar con este brevísimo y no exhaustivo análisis de la Ley Federal de Educación, sancionada hace 12 años, veamos dos últimos temas.

El primero es el producido por una frase que se repite a lo largo de toda la ley (por ejemplo, artículo 15, inciso a, o en el artículo 53, inciso e) que es la siguiente: “garantizar el ingreso, la permanencia y el egreso de los todos los alumnos en todos los niveles del sistema educativo” (intuyo que el nivel universitario queda excluido aunque la ley lo incluye en el “todos los niveles”).

Ésta es una excelente declaración de intenciones, pero inviable si no se ponen los medios adecuados a las distintas realidades. Indudablemente, teniendo el número suficiente de escuelas y de docentes, uno puede garantizar el ingreso (aun esto todavía hoy no es exactamente así, ya que hay lugares donde faltan escuelas de algunos niveles). Pero para garantizar la permanencia y el egreso de todos los alumnos hace falta tener personal especializado, recursos edilicios y didácticos que hoy no existen. Y lo que es lamentable no es esto, sino que con ánimo de “contener” todas las posibles realidades en la escuela sin el personal debidamente capacitado se ha llegado a extremos como alumnos que agreden físicamente a profesores u otros estudiantes y siguen compartiendo el aula con los agredidos. Es decir, se cumple con la letra de la ley, pero no con el espíritu de la misma.

Para poder “garantizar” la permanencia y egreso hay que poner medios extraordinarios cuando las circunstancias son extraordinarias. En su defecto, transitaremos el mismo camino que muchos países (que ahora están revirtiendo la situación) que fueron perdiendo capacidad de educar en la medida en que la tarea dentro del aula se hacía prácticamente imposible. Muchos habrán visto películas estadounidenses donde se “segrega y mezcla” en un aula a todos los que tienen dificultades, ya sea académicas o disciplinarias, sólo para que “no molesten” a los que quieren estudiar. Pero estos alumnos “permanecerán y egresarán” del sistema sin aprender nada, que tampoco es el espíritu de la ley. Esto fue un paso intermedio para poder, al menos, educar a los que quieren, pero tampoco es la solución definitiva. Y en la Argentina vamos camino a lo mismo.

Los alumnos cada vez concurren a las escuelas con mayores problemáticas, y hay que tener el personal capacitado, el espacio suficiente y los recursos didácticos y metodológicos para que estos chicos aprendan, que es el objetivo de la escuela. Si es sólo una cuestión de “contener”, hagamos clubes que son mucho más baratos y divertidos para los alumnos, pero no usemos la escuela como un deposito de niños o jóvenes, haciendo que pierda su objetivo.

Por último, el artículo 61 de la Ley Federal de Educación habla de elevar el porcentaje dedicado a la inversión pública consolidada en educación del 4% (base 1992) en un 50%, es decir, llevarlo al 6%. No, no me confundí. No estoy comentando la noticia de esta semana. Esto fue sancionado el 14 de abril de 1993, es decir, hace más de doce años. Y todavía seguimos en una inversión del orden de 4% al 4,5%. Y ahora el Gobierno envía al congreso un proyecto para realizar esto. ¿No sería mejor que, en vez de seguir sancionando leyes que no vamos a cumplir, cumpliéramos con la que ya fueron sancionadas? ¿No sería mejor para nuestra Patria en vez de sancionar tantas leyes, sancionar a quienes no las cumplen, en este caso particular, todos los funcionarios relacionados con el tema desde 1993 hasta la fecha por incumplimiento de deber de funcionario público?

La ley que eleva el presupuesto ya existe. Solo cumplámosla. © www.economiaparatodos.com.ar



Federico Johansen es docente, director general del Colegio Los Robles (Pilar) y profesor de Política Educativa en la Escuela de Ciencias Políticas y Relaciones Internacionales de la UCA (Universidad Católica Argentina).




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