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jueves 4 de mayo de 2006

Algunas cifras del “boom” turístico latinoamericano

Son varias las razones –entre ellas, una cuestión de costos relativos– que explican el acentuado crecimiento en la afluencia de turistas, en gran parte norteamericanos, a los distintos países de América Latina.

Hace algunas semanas, Michael T. Luongo, desde las columnas del suplemento dominical del New York Times, especulaba genéricamente acerca de las razones del “boom” turístico latinoamericano, porque es cierto que la región se ha puesto de moda. Sobre todo entre los turistas estadounidenses.

Para Luongo, se trata en gran parte de un fenómeno costos relativos. América Latina está -comparativamente- muy barata. Particularmente la Argentina, cuyo peso aparece subvaluado en forma grosera.

Por esto, nada menos que unos 250.000 norteamericanos visitaron nuestro país en 2005. Esta cifra supone un fuerte aumento (del orden del 30%) respecto de la cifra correspondiente al año anterior. De ellos, sólo una cuarta parte son hombres de negocios.

Paradójicamente, el “boom” turístico argentino comenzó con la fuerte devaluación de fines de 2001. Antes de ella, la Argentina era uno de los países más caros del mundo, hoy, uno de los más baratos. Ésta es, ciertamente, una razón para atraer a un cierto tipo de turismo: el de medianos ingresos.

Brasil y México, es cierto, se han beneficiado también de un significativo aumento de los flujos de turistas hacia sus mercados. Así, por ejemplo, en sólo dos años, el consulado brasileño en Nueva York ha aumentado en un 50% el número de visas emitidas.

Para nosotros, la baja probabilidad de atentados terroristas en nuestra región tiene también mucho que ver con lo que ocurre. Aquí no hay poblaciones significativas con presencia fundamentalista, como en el Viejo Continente.

La seguridad personal es un problema, sin duda. Pero no se trata de la posibilidad de quedar expuestos a atentados letales, sino en todo caso de un problema de delitos comunes, a los que los turistas más bien imprudentes o poco precavidos pueden quedar expuestos, lo que para muchos es quizás algo menos preocupante.

En rigor, el único que en nuestra región trata -ex-profeso- de espantar al turismo norteamericano es don Hugo Chávez, que está procurando recortar todo lo que puede el número de vuelos que unen a su país con los Estados Unidos. No sorprende, conociendo al personaje. © www.economiaparatodos.com.ar




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