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miércoles 2 de diciembre de 2015

Ante la gravedad de la herencia recibida

Ante la gravedad de la herencia recibida

El presente documento es el primero de una serie de documentos que, la lo largo de varios meses, fueron redactando 8 economistas.

Fundación Libertad y Progreso

Manuel A. Solanet, Agustín Etchebarne, Aldo Abram, Santiago Bergadá, Roberto Cachanosky, Juan Carlos Cachanosky, Agustín Monteverde, Héctor Mario Rodríguez

Presentación

Durante varios meses el grupo de economistas que firma este documento, estuvo trabajando en evaluar la herencia que recibiría el próximo gobierno y las medidas a adoptar. Creemos necesario resaltar que, más allá de la crisis económica que deja el kirchnerismo, la Argentina viene de una larga decadencia fruto del populismo que llegó a su máxima expresión en los últimos doce años.

Por lo tanto, si bien se recibe con beneplácito el positivo cambio de ánimo que ya se observa en amplios sectores de la sociedad y el mayor optimismo reinante, es importante resaltar que no hay que subestimar la tarea que queda por delante para, por un lado, enfrentar el campo minado que deja el kirchnerismo y por el otro cambiar el rumbo de decadencia de más de 70 años.

La mayor confianza que ya se observa en los agentes económicos no es un sustituto de las reformas económicas que hay que implementar para entrar en una senda de crecimiento de largo plazo ni desactivan por si solas sin un acompañamiento de reformas institucionales, todas las trampas económicas dejadas por el gobierno saliente.

Documento 1

La gravedad de la herencia recibida

Una gestión populista y orientada ideológicamente hacia la intervención, fue consolidando a lo largo de los últimos doce años un conjunto de distorsiones y falencias que hoy configuran una situación económica insostenible. El nuevo gobierno encuentra un Estado en situación de default y sin acceso al crédito en condiciones razonables. El gasto público total (nación + provincias + municipios) ha trepado desde un promedio histórico del 30% del PBI previo a 2002, a un nivel actual de 47% del PBI. La presión tributaria también se ha elevado desde 27% a 39% del PBI. Tanto el uno como el otro son niveles que no financiables por las personas y empresas. El gasto ha crecido a un ritmo mayor que el de los ingresos y mes a mes ha aumentado el déficit fiscal. Se estima el actual desequilibrio financiero, después del pago de intereses, en un 8% del PBI. Esta cifra no tiene en cuenta gastos devengados y no pagados, tales como el incremento de las deudas con proveedores y contratistas, las sentencias judiciales reclamables y los servicios impagos de la deuda en default. Como el gobierno no tiene prácticamente acceso al crédito, ese déficit se solventa mediante transferencias de fondos de la Anses, del Pami y del Banco Central. La emisión y consiguiente expansión monetaria generó una inflación del orden del 25% anual.  Esta hubiera sido mayor a no ser por el retraso del tipo de cambio, los controles de precios y tarifas y la recesión económica inducida por el propio gobierno. Han sido varios años de aumento de los impuestos y del gasto afectando los ingresos reales de las personas y la rentabilidad de las empresas. A ello hay que agregar una muy mala calidad de gasto (en seguridad, educación, salud,  etc.). Por otro lado ha habido congelamientos tarifarios y controles de precios produciendo distorsiones que han adquirido una dimensión destructiva. La inversión cayó notablemente generando un círculo vicioso de capacidad insuficiente, caída de la producción y más importaciones. El gobierno saliente entró en una espiral complicada. Tuvo que subsidiar empresas para mantener la producción sin aumento de precios. Pero los subsidios simplemente transfieren recursos de unos sectores a otros. El efecto neto es una caída global de la producción y la inversión.

Entre los efectos de esta política populista encontramos que las reservas internacionales disponibles son de hecho nulas por su insuficiencia para pagos ya comprometidos. Ante la inflación el gobierno de los Kirchner instauró el control de cambios (el cepo) que no impidió la evaporación de las reservas pero perturbó severamente las actividades productivas y generó déficit comercial.

Durante todo el periodo kirchnerista hubo una degradación institucional afectando la seguridad jurídica y el derecho de propiedad. Se llegó al extremo de falsear las estadísticas oficiales y se intentó con algún éxito reducir la independencia de la Justicia y avanzar en la propiedad amiga y oficial de los medios de comunicación y prensa. En los últimos doce años a través de sucesivas modificaciones a la legislación del trabajo, sólo se ha agregado conflictividad, encarecimiento laboral y pérdida de productividad, perjudicando finalmente a los propios trabajadores. .La inseguridad personal creció y el narcotráfico tomó una muy peligrosa dimensión. La política exterior fue agresiva y se llegó a una muy alta conflictividad con casi todos los países a excepción de los asociados al llamado eje Bolivariano.

Los capitales no entran en países de los cuales no pueden salir, donde las reglas de juego son arbitrarias y se aplican con prepotencia, donde no se respeta el derecho de propiedad, y el nivel de impuestos es excesivo. Es de puro sentido común que los inversores irán a países que ofrecen seguridad jurídica, moneda estable e impuestos no confiscatorios. Por lo tanto la fuga de capitales fue intensa y muy superior al ingreso de inversiones directas.

Junto al cepo cambiario el Banco Central se hizo cargo de los pagos externos del Tesoro y vendió fluidamente “dólar ahorro” para mantener controlada la cotización del paralelo, perdiendo reservas. El gasto  cuasifiscal se catapultó debido al pago de altos intereses por el elevado stock de letras del Banco Central

Debido al temor de un episodio hiperinflacionario, o una corrida bancaria, o una estampida del dólar paralelo, se fueron sumando más distorsiones y acumulando más problemas irresueltos que pasan como herencia al próximo gobierno. Como ejemplo extremo de esta irracionalidad el Banco Central operó en la venta de dólar futuro a un precio deliberadamente inferior a las expectativas del tipo de cambio y por debajo de las cotizaciones de ese mismo futuro en plazas del exterior. Las medidas aplicadas lograron que en buena medida las enormes distorsiones y amenazas económicas y sociales resultaran asintomáticas, permitiendo continuar con un discurso demagógico referido a “los logros alcanzados”.

Quienes generaron esta herencia, además de desconocerla y frente a su creciente evidencia, intentan cínicamente no aparecer como responsables y harán una crítica agresiva cuando suceda su inevitable corrección. Así fue en los finales de la campaña electoral.

Después de tantos años de ocultar información o falsearla es imprescindible evidenciar los problemas heredados, clarificar su origen y explicar que demandarán soluciones impostergables y complejas.  La comunicación con la sociedad es imprescindible para prevenir y responder las críticas. El futuro gobierno enfrentará una situación similar a la de una familia o empresa que se consumió sus ahorros gastando por encima de sus ingresos y además se endeudó. Será inevitable ajustar los gastos si, como le ocurre al gobierno argentino, es imposible incrementar los ingresos. Esto requerirá de un clima institucional y económico amigable a las inversiones y la producción. Cuantas más inversiones ingresen al país en el menor tiempo posible, tanto menor será el costo que habrá que pagar por la desastrosa situación económica generada durante los últimos doce años.

Fundación Libertad y Progreso

Manuel A. Solanet, Agustín Etchebarne, Aldo Abram, Santiago Bergadá, Roberto Cachanosky, Juan Carlos Cachanosky, Agustín Monteverde, Héctor Mario Rodríguez

1 de diciembre de 2015

 

ANEXO

Algunos datos relevantes para entender la situación

Aumento del número de empleados públicos

2003

2015

Aumento 2015/2003

Nación

241.400

389.830

+ 61 %

Provincias

1.766.600

3.045.900

+ 72 %

Municipios

379.000

796.300

+ 110 %

Total

2.386.400

4.232.030

+ 77 %

Aumento del Gasto Público entre 2002 y 2015, en % del PBI

Incremento en Gobierno Nacional Gobiernos Provinciales Municipios Total
Remuneraciones

0,5

3.8

1.2

5,5

Jubilac. y pensiones

3,1

0,3

3,4

Subsidios a familias

2,6

1,3

3,9

Subsidios económicos

4,1

0,2

4,3

Total

10,3

5,6

1,2

17,1

 

 

 

 

 

 

 

Inflación

INDEC hasta 2006 e Índices Privados entre 2007 y 2015

INFLA DOCUMENTO G8

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

RESERVAS INTERNACIONALES DEL BCRA

 RESERVAS DOCUMENTO G8