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jueves 5 de abril de 2007

Cambia la forma moderna de votar… y sigue avanzando la mujer

Después de la moda que buscaba imponer sistemas de votación electrónicos, en algunos países avanza la posibilidad de recurrir a otras opciones, como la utilización de boletas que incluyan códigos de barras para agilizar el recuento. Al mismo tiempo, los cambios también llegan a la Torre de Londres, donde ahora una mujer se incorporará al cuerpo de guardias.

Las tribulaciones del voto electrónico

En las democracias, el cumplimiento del deber cívico esencial de sufragar puede resultar, a veces –dependiendo de las circunstancias– bastante incómodo. Por esta razón es que, en muy distintas latitudes, se procura facilitar al máximo a los ciudadanos el cumplimiento de esa tarea. La alternativa electrónica es una ciertamente de las que, en los últimos años, se ha explorado con mayor frecuencia. Pero hay también otras que, como veremos, están creciendo fuertemente.

Así, recientemente, en Estonia, se permitió –por primera vez en Europa– a los votantes que participaron en una elección parlamentaria intermedia utilizar la vía del Internet para materializar, a través de ella, sus votos. Y se les confirió, como seguro contra posibles presiones indebidas que los votantes pudieran sufrir, la posibilidad de anular el sufragio con posterioridad, si para ello así lo hacían saber expresamente a las autoridades electorales y concurrían, físicamente, a votar.

Lo cierto es que no siempre la electrónica ha, necesariamente, facilitado las cosas. A veces las ha complicado. Y mucho. El recuerdo de lo sucedido en la elección presidencial norteamericana del 2000, en el Estado de Florida concretamente, muestra cómo, a veces, la electrónica genera sus propios problemas y dificultades. A su vez, lo sucedido con el voto electrónico en la ruidosa Venezuela chavista (a la que Chávez denomina “bolivariana”) nos ha dejado llenos de feas sospechas de que pueden bien haberse urdido maniobras y manipulaciones para alterar los resultados, según sugieren diversos estudios técnicos que han sido realizados, aunque todos “ex post facto”, lamentablemente.

Desde la mencionada Florida, en los Estados Unidos, precisamente, nos llegan ahora algunas novedades que (cuando transitamos hacia las elecciones de octubre próximo) vale bien la pena difundir. Ambos partidos políticos mayoritarios de ese estado norteamericano han ahora coincidido en abandonar –de plano– las máquinas con las que, con el mero tocar de la pantalla, se depositaron los votos en las elecciones recientes, que se usan en al menos el 30% de los comicios en el país del norte.

La idea que está en marcha es la de reemplazarlas por boletas de papel dotadas de un sistema de barras que puede ser leído rápidamente por un escáner óptico. Para las elecciones de 2008, esta sería, en consecuencia, la alternativa para depositar el voto que tendrían quienes entonces concurran a las urnas.

El gobierno federal aparentemente sancionaría normas de idéntico tenor para ser utilizadas en las elecciones que correspondan a su jurisdicción y transformaría en exigencia legal la necesidad de tener –y mantener– comprobantes impresos en papel.

Las máquinas sin constancias en papel caerían en desuso, esto es, en el olvido. Y habría –en adelante– siempre comprobantes de papel, ergo físicos, que respaldarían la realidad de los votos y permitirían un control más estricto.

El Estado de Virginia está haciendo ya algo similar, dejando también progresivamente de lado el uso de las cuestionadas máquinas. Maryland, por su parte, también está preparando el reemplazo de las máquinas, aunque aún no se conoce cuál será concretamente la alternativa a utilizar. Nueva México, a su vez, está un paso más adelante, aparentemente, desde que ya utiliza –en sus elecciones locales– las boletas con los sistemas de rayas que pueden ser leídos ópticamente. A nivel municipal, esto es de los condados, el 56% del total utiliza ya esta última variante.

Queda entonces visto que la alternativa de las máquinas, que en algún momento deslumbró a muchos, ha comenzado a ser reemplazada por otras opciones, por lo que es previsible que pronto caiga en desuso. Todo un cambio. El futuro ha vuelto al papel, aunque con diagrama de barras para acelerar los recuentos y asegurar la transparencia.

Primera mujer “Beefeater” de la historia

Una visita a la llamada Torre de Londres deja siempre recuerdos imborrables. Entre ellos, uno suele guardar un lugar especial en la memoria para los personajes que –con tan tradicionales, como llamativos, atuendos de color colorado rabioso– custodian desde 1485 el muy lúgubre lugar. Me refiero a los llamados “Beefeaters”, con sus extrañas galeras y sus anticuadas lanzas.

Este conocido cuerpo de custodia fue creado en su momento por Enrique VII y hasta ahora ha estado siempre integrado por 38 hombres, todos ellos con un mínimo de 22 años de servicios previos prestados en las fuerzas armadas británicas.

En un comienzo, ellos estaban encargados de cuidar tanto a los prisioneros alojados en el lugar, como las valiosísimas joyas de la corona británica, que también se guardan en la Torre.

Hoy, lo cierto es que ellos son una atracción turística más del lugar: un grupo de guías que –por sus conocimientos de historia– están en el primer nivel entre sus pares.

Para pertenecer al cuerpo de los “Beefeaters” es necesario pasar un examen, compitiendo con todos aquellos que, en un momento dado, pretenden ingresar a él. Hasta ahora ninguna mujer, nunca, había logrado acceder al mismo.

Sin embargo, todo cambia en nuestro mundo. Aceleradamente. También las tradiciones. En la última rueda de selección, una mujer (militar, por cierto) venció a sus cinco contrincantes circunstanciales, todos ellos varones.

El próximo mes de julio ella estará prestando servicios, ataviada con el uniforme rojo vivo de los “Beefeaters” (según algunos, llamados así por la importante paga en carne vacuna y de cordero que, en algún momento cercano a la creación de la unidad, sus coloridos integrantes recibían de la corona británica).

Muchos, quizás, no advertirán siquiera el cambio, pero lo cierto es que una larga tradición se ha quebrado y la mujer ha alcanzado otro de esos lugares que estaban, hasta no hace mucho, reservados exclusivamente para los hombres. Buenas noticias, entonces. © www.economiaparatodos.com.ar

Emilio Cárdenas se desempeñó como representante permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

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