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jueves 4 de agosto de 2005

Carlos Pallotti: “La exportación de software representa el 20% de la renta total del país”

La industria del software, con una demanda interna importante y una creciente participación en las exportaciones totales del país, es hoy uno de los sectores de la microeconomía que merece atención. Carlos Pallotti, presidente de la Cámara de Empresas de Software y Servicios Informáticos, da un panorama del desarrollo del sector en la Argentina.

– ¿El software es aquello referido básicamente a los programas, no?

– Sí. En realidad, en la industria de la tecnología de la información tenemos, por un lado, el hardware -aquello que tocamos y vemos, la computadora en sí- y, por el otro, el software -el ejecutable que va adentro de la computadora- y los servicios -relacionados con aquel que me conecta a Internet, o el que me provee un servicio de consultoría informática-.

– ¿Cómo se está desarrollando el negocio del software en Argentina?

– En la Argentina existe una gran industria del software y de los servicios informáticos porque el hardware tiene otro tipo de estrategias.

– El grueso de los programas, como Word o Excel, son paquetes que se compran. ¿Por qué tipo de programas está conformado el nicho de mercado acá?

– Los programas a los que usted hace referencia son los que todos utilizamos en nuestras casas. Digamos que las compañías precisan, además de eso, cosas más sofisticadas, como sitios web, aplicaciones de contabilidad o marketing, entre otras. Y, por otra parte, está todo el desarrollo de los videojuegos. Es decir, hay una serie de productos que son software en una gama muy amplia y que no se limitan necesariamente a una planilla de cálculo o un procesador de texto.

– ¿Los programas se compran como un envasado en el supermercado?

– Ciertos productos, sí. Otros, no. Es más o menos la misma equivalencia que puede haber entre las cosas que son “commoditisables”y las que son específicas.

– ¿Cómo está operando el mercado de la producción de nuevos programas? ¿Hay más demanda interna o se está exportando?

– La Argentina hoy tiene una balanza más o menos equilibrada y esto quiere decir que parte de la venta es una renta de importación y la otra parte es por renta de productos o empresas nacionales que hacen desarrollos. Nuestro país siempre tuvo un gran mercado doméstico, sobre todo, si se piensa en la década de los 90 con el asunto de las privatizaciones. Pensemos que la mitad del Estado fue a parar al sector privado y eso significaba informatizar todas las empresas. Y después, cuando merma ese proceso privatizador –entre 1998 y 1999- y empieza a aparecer la recesión, conjuntamente se inicia esto que las empresas empiezan a mirar y a considerar: la posibilidad de exportar. Esto se da, sobre todo, como una variante para tratar de encontrar un balance a la situación. La Argentina empezó fuertemente a exportar desde el año 1999 y, desde ese entonces, viene con un crecimiento del tipo del 30% o 40% al año. En realidad, el efecto de las empresas “punto.com” disfrazó un poco el año 2000, 2001, con respecto a esta tendencia, pero lo cierto es que el país exporta desde hace varios años. Para que se haga una idea más concreta, hoy la exportación de software representa el 20% del mercado total de lo que Argentina produce, es decir, de la renta total del país. Y el sector emplea a unos 27.000 trabajadores, de los cuales alrededor de unos 9.000 son los que están afectados al tema de la exportación.

– ¿Y a dónde se exporta?

– A todas partes del mundo. Básicamente, los cinco grandes mercados son España, Estados Unidos, México, Brasil y Chile.

– ¿Qué es lo que exportan?

– Se exportan tanto programas específicos -como un sistema de contabilidad- así como también sistemas operativos, en el esquema de lo que se llama “software abierto”, que es un equivalente que la persona puede abrir y ver los códigos fuente para hacer algunas alteraciones. En eso hay algún mercado que algunas empresas argentinas han explotado. La Argentina también produce mucho de lo que podríamos denominar “marketing interactivo”, como, por ejemplo, sitios web con alguna dinámica. Es más, varios de los sitios más populares en el mundo son producto de tecnología argentina. Y, además, nos destacamos en otras áreas como videojuegos, tecnología de animación digital, aplicaciones específicas para determinados sectores (agroindustria, petróleo, entre otros). De hecho, en lo que se refiere a este tipo de aplicaciones, hay empresas que están vendiendo en China, en Francia, en Inglaterra, en Canadá.

– ¿Cuántas empresas de software hay en la Argentina?

– Hay unas 600 empresas en total, sin contar a los cuentapropistas, de las cuales 150 son las que están exportando. Lo interesante es que hace poco hicimos una encuesta y encontramos que, al menos, hay 84 oficinas de empresas argentinas en el exterior. Y no me refiero a distribuidores sino a oficinas propias. Alguien que fue y puso una subsidiaria en España o en Francia. Y eso es para tener en cuenta.

– ¿Quiénes son los competidores de la Argentina en el mercado internacional?

– Todos.

– Yo pensé que Irlanda y la India eran los que se asomaban como fuertes competidores en el rubro…

– En realidad, son distintos modelos de negocios. Pero, hoy por hoy, le diría que todos los países del este europeo que son mano de obra intensiva y barata, como Rusia, Turquía, entre otros, son competencia fuerte. También algunos países latinoamericanos. Brasil, por ejemplo, es un gran competidor, pero como tiene un gran mercado doméstico eso no le deja avanzar mucho en el tema de la exportación. Costa Rica es un país exportador, sobre todo a partir de la instalación de Intel hace algunos años. Luego, están los países asiáticos como China. La gama es amplia. De todas maneras, lo que está sucediendo es que los países tienden a especializarse en algunos temas y a tratar de diversificarse en ellos. El ejemplo es Israel. Ese país desarrolló toda una serie de productos ligados al ámbito de la seguridad. Por eso, nosotros estamos convencidos de que la Argentina debe explotar aquellos nichos en los que tiene mayor capacidad de producción.

– En cuanto al tema del e-learning, que es educación por Internet, hoy en día todavía se parece un poco, por lo menos para el común de la gente, al viejo sistema de educación a distancia. ¿Hay algún proyecto de aulas virtuales interactivas en las cuales, a través de las videoconferencias, prácticamente se suplanten las clases presenciales? Se lo pregunto imaginándome que en el futuro las universidades tendrán alumnos que estudiarán cada uno desde su casa, uno en la Argentina, otro en los Estados Unidos, otro en Francia…

– Universidades virtuales universales…

– Claro.

– Eso existe ya. De hecho, la Argentina tiene una oferta bastante interesante en este sentido. E incluso exporta software de e-learning y para universidades. Además, hay universidades argentinas que ofrecen -y muy bien- este tipo de propuestas. Este es un gran nicho que ha aparecido en los últimos años y en el que el país está teniendo una importante presencia. No sólo en la educación formal, sino también en la informal. Por ejemplo, las empresas necesitan capacitar empleados simultáneamente y lo hacen por esta vía. Imagínese un banco que tiene 400 filiales alrededor del mundo y necesita entrenarlos a todos. Hoy por hoy, esto lo hacen de manera virtual. © www.economiaparatodos.com.ar




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