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jueves 27 de octubre de 2005

Chávez vuelve a enfrentarse con el cardenal Castillo Lara

Las relaciones entre el gobierno chavista y las autoridades católicas se vuelven cada vez más complicadas y tirantes. Muestra de ello son los recientes intercambios de acusaciones entre el presidente venezolano y uno de los cardenales más respectados de Venezuela.

Las relaciones de la Iglesia Católica con el autoritario gobierno de Hugo Chávez son cada vez más tensas y difíciles.

Esto no debiera extrañar necesariamente a nadie, desde que basta con mirar a la experiencia de su gran “compañero de ruta”, Fidel Castro, con la jerarquía católica de Cuba, para advertir que -como la historia sugiere- el marxismo (cualquiera sea su disfraz en cada instancia) nunca convive bien con la Iglesia Católica. Siempre la relación es ríspida. Porque la Iglesia no puede sino trabajar desde y con la verdad.

En la Argentina también nuestros líderes “progresistas” están enfrentados con la jerarquía religiosa, incluyendo al cardenal de Buenos Aires, el reconocido Bergoglio, y aprovechan la oportunidad que les presenta cada manifestación masiva que convocan en Plaza de Mayo para al final de la misma pintar las paredes de nuestra catedral con gruesos insultos a la Iglesia Católica y al clero en general.

En una reciente reunión con un grupo de ciudadanos venezolanos pertenecientes a la oposición a Chávez, el único cardenal venezolano, el respetado Rosalio Castillo Lara, señaló que era necesario desconocer al gobierno “peligroso y nefasto” de Chávez, que solamente se dedica “sembrar el odio, quiere formular una sociedad que no piensa, sino obedece y adula” (éste es, por cierto, también el sueño en voz alta de algunos admiradores vernáculos del “bolivariano”).

Para Castillo Lara, Chávez “como (el líder cubano Fidel) Castro quiere eliminar todas las clases sociales y volvernos a todos pobres”. (Menos él y los suyos, claro está, debió de haber aclarado el prelado).

Castillo Lara sugirió, asimismo, que el camino de la acción es ahora el de la desobediencia civil, por vías pacíficas, ciertamente.

La propia Constitución de Venezuela permite el desconocimiento de “cualquier régimen, legislación, o autoridad que contraríe los valores, principios o garantías democráticos o menoscabe los derechos humanos”.

A la cita concurrieron dirigentes de los más diversos sectores de la sociedad venezolana que, descorazonados con la política, se inclinan preferentemente por la abstención en los próximos comicios venezolanos del 4 de diciembre próximo, atento la notoria falta de transparencia, independencia y garantías del sistema electoral venezolano.

Chávez respondió al Cardenal Castillo Lara “a su manera”. Con la acostumbrada falta de respeto y actitud prepotente. La del que conjuga poder y dinero a montones.

Dijo: “Hay unos espantadores de la comarca que andan por allí pegando gritos. Por allí salió el cardenal éste, como lo llama el vicepresidente José Vicente Rangel, “la oposición púrpura”. Lo que esto da es tristeza (…) El cardenal se pone el traje católico, el de cura, para manipulear a la gente”. Un bárbaro, es obvio. © www.economiaparatodos.com.ar




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