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sábado 2 de febrero de 2013

Datos en pesos corrientes para esconder la caída del modelo

Datos en pesos corrientes para esconder la caída del modelo

Como si los economistas y la población en general fuésemos ignorantes, el gobierno se empeña en anunciar datos récord en pesos corrientes

Como si los economistas y la población en general fuésemos ignorantes, el gobierno se empeña en anunciar datos récord de ventas en supermercados, shopping centers, recaudación, salarios y jubilaciones en valores corrientes. Es decir, todos los aumentos porcentuales que informa, los proporciona ignorando la inflación real que ronda el 27% anual y se proyecta, como piso, al 30% para este año.

Veamos algunos datos. Las ventas de los supermercados que informa el INDEC para el 2013 crecieron, en pesos corrientes, el 26%. Siendo optimistas y sin ajustar por calidad (la carne es pésima, los envases cada vez más chicos, etc.) en el mejor de los casos las ventas de los supermercados empataron la inflación, con lo cual hubo estancamiento en las ventas.

Veamos ahora los cuestionables datos del INDEC sobre las ventas en los shopping centers. Las ventas en pesos corrientes subieron el 23%, como mínimo 3 o 4 puntos porcentuales por debajo de la inflación.

Tomemos la recaudación impositiva de 2012,  que fue presentada como récord. Subió el 26% con relación a 2011 y con un muy pobre desempeño del IVA DGI, que marca el nivel de actividad interna, sin considera los retrasos en las devoluciones de impuestos lo cual hace peor el resultado, y del impuesto al cheque que también refleja el nivel de actividad económica.

Veamos ahora la recaudación de enero de este año respecto a enero de 2012. La suba fue de solo el 24%. Por debajo de la inflación. El IVA DGI subió el 20%, bien por debajo de la inflación a pesar del truco de frenar las devoluciones de este impuesto. El impuesto al cheque creció el 27% empatando la inflación.

No voy a aburrir con más datos, pero creo que queda en evidencian que, a pesar del relato oficial, ellos saben que están en el horno. La actividad económica se les cae como piano de piso 11 y quieren disimularlo con datos en pesos corrientes, mientras el dólar de verdad, que ellos llaman ilegal, sigue subiendo por la desconfianza.

Ahora bien, si en el 2012 la actividad se desaceleró notablemente hasta llegar a ser recesiva en ciertos sectores de la economía (construcción, actividad inmobiliaria, etc.) es fácil advertir que con el ajuste de salarios por debajo de la inflación real que intentan imponer el gobierno en el 2013, el consumo interno se comprimirá más, mientras las exportaciones seguirán bajando por la caída del tipo de cambio real y la inversión brille por su ausencia dada la imprevisibilidad y arbitrariedad del gobierno.

El razonamiento es muy elemental. El gobierno necesita del populismo para poder captar votos. El populismo implica, entre otras cosas, más gasto público. Si la actividad económica no reacciona, como es de prever, la recaudación impositiva continuará cayendo en términos reales. Si el gobierno sigue subiendo el gasto público al ritmo que viene subiéndolo, tendrá que emitir más moneda para financiar el déficit fiscal. Y como la gente no quiere los pesos que emite el Central, yéndose al dólar como refugio contra la inflación, o se los quita de encima rápidamente, es casi una fija que la inflación se dispare en este 2013. Agreguemos que el gobierno va a imprimir cada vez más billetes y habrá menos bienes y servicios para comprar por la menor producción que se observa y por la caída de las importaciones.

Si sumamos emisión creciente, con huida del dinero y menos bienes en el mercado, la combinación inflacionaria es explosiva. No creo que lleguemos a una hiperinflación, pero claramente estaremos en dos dígitos muy altos.

Insisto una vez más en que ni la presidente, ni la gente que la rodea tienen la capacidad de gestión y técnica para solucionar los problemas que ellos generaron por el desborde de populismo que impulsaron. El gobierno no puede generar confianza porque ya ha dado acabadas muestras que no quiere reconocer los problemas y los parches que le aplica a la economía producen más complicaciones. El cepo cambiario fue uno de los grandes fracasos del gobierno. A más de un año de haber establecido el cepo cambiario solo ha logrado deteriorar más el tipo de cambio real y una fuga hacia el blue que prácticamente duplicó el valor de octubre del 2011 cuando, luego de las elecciones, decidieron restringir la compra de dólares y, encima, ni siquiera logran sostener el nivel de reservas.

Los aprietes de Moreno no sirven para frenar la inflación que genera el BCRA, el problema con los sindicatos tiende a escalar y la destrucción de la infraestructura es fenomenal. La semana pasada, con solo dos días de calor intenso, hubo cortes masivos de suministro eléctrico. Al menos en la época de Alfonsín la gente sabía que día y a en que horario le tocaba el corte. Esta gente no avisa y es más que obvio que hay cortes rotativos sin anunciarlos sin aviso previo a la población, que llega agotada y agobiada por el calor a sus hogares. Un comportamiento poco humano por parte del gobierno.

El gobierno está llevando el país a una situación extrema de crisis económica y social y, lo que es más grave, se niega a cambiar el rumbo.

Las inconsistencias económicas están aflorando con todas sus fuerzas y el deterioro de la infraestructura afecta la vida diaria de la gente en el transporte público, el suministro de energía, el tránsito por las rutas, etc.

Han destruido el país y seguirán ese rumbo porque no cambiarán. Argentina necesita gente que comience a pensar seriamente en la reconstrucción del país luego de este tsunami de autoritarismo y populismo.