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lunes 13 de abril de 2009

El Gobierno ya fue plebiscitado y perdió

No es necesario consultar a las urnas: los argentinos expresan su confianza o desconfianza por el modelo con su comportamiento económico diario.

Ya en 2007, Néstor Kirchner tuvo que recurrir a Daniel Scioli, un político que no es justamente del riñón kirchnerista, para poder ganar en la provincia de Buenos Aires. Luego de haber ninguneado a su ex vicepresidente por hablar sobre las tarifas de los servicios públicos y después de que su esposa, la actual presidente (¿?), también lo maltratara públicamente en algunas de las sesiones del Senado cuando era senadora, el santacruceño no tuvo otra alternativa que recurrir a él para que fuera candidato a gobernador porque, evidentemente, sus incondicionales como Carlos Kunkel, Guillermo Moreno o los Fernández eran incapaces de juntar tres votos.

Hoy, Néstor tiene nuevamente que recurrir a Scioli para ver si puede salvar las papas del horno. Néstor sabe que él solo no tiene el apoyo popular y ni siquiera tiene la dignidad de reconocerlo. Se esconde detrás de la figura de Scioli como los chicos se esconden detrás de la pollera de la mamá cuando tienen miedo.

Si tuvieran un mínimo de decencia y honor, Scioli y los intendentes que apoyan a Kirchner renunciarían a su cargo y se jugarían por su jefe espiritual. ¿Por qué no lo hacen? Porque saben que, de no mediar un gigantesco fraude, hay altas probabilidades de perder las elecciones. Lo que Kirchner les está pidiendo a Scioli, intendentes y gobernadores aliados es que lo acompañen hasta el cementerio y se metan en el cajón con él. ¿Lo harán?

Desde el punto de vista político, es evidente que Néstor se siente perdedor, porque nadie hace tantos descalabros institucionales si sabe que es ganador. Forzar el adelantamiento de las elecciones, pedirle a Scioli que vaya en la fórmula con él y exigirle a intendentes y gobernadores que sean cabezas de listas en forma “testimonial” muestra que Néstor está desesperado porque se ve venir la noche.

Pero hay otro dato mucho más contundente respecto al supuesto plebiscito de estas elecciones. El argumento es plebiscitar el modelo o, mejor dicho, lo que ellos creen que es un modelo económico. El modelo ya fue plebiscitado por la gente y sigue siendo plebiscitado todos los días con el comportamiento económico de cada uno de los habitantes.

La fuga de capitales que comenzó en el 2007 y ya llega a los U$S 30.000 millones es una forma de plebiscitar el modelo. La gente fuga sus capitales porque tiene pánico a las locuras confiscatorias que implementa Néstor. Y bueno es aclarar que no son solamente los grandes inversores los que fugan capitales, es la gente común la que todos los días se refugia en el dólar. Las compras de dólares en los bancos dan un promedio de U$S 3.000 o U$S 4.000 por persona. Son montos chicos de gente que quiere poner a resguardo sus ahorros de los desquicios del modelo.

El modelo ya fue plebiscitado cuando el gobierno manda a las mesas de los bancos y casas de cambios a inspectores para controlar, tipo KGB, quiénes y porqué compran dólares.

El modelo ya ha sido plebiscitado cuando en los bancos ya casi no quedan cajas de seguridad para alquilar y en Uruguay hay una demanda creciente de este servicio. ¿Qué dice la gente con este comportamiento? Que el modelo y Kirchner les dan pánico. Si el modelo hubiese sido plebiscitado a favor la gente estaría sacando sus dólares de las cajas de seguridad y estaría depositando pesos en los bancos. Eso no ocurre. Los depósitos siguen bajando.

El modelo también fue plebiscitado cuando cada peso que emite el BCRA se va al dólar o a precio. La gente no cree en los billetes que imprime el Central porque sabe que se derriten como barras de hielo en el medio del desierto fruto de un modelo inconsistente y agotado.

También el modelo fue plebiscitado negativamente con el fracasado anuncio del plan de autos económicos. La gente no los compró y el gobierno tuvo que elevar el monto del plan a autos de mayor valor. ¿Por qué la gente de menores ingresos no compró los autos de valor más bajos, y tampoco los de monto más altos? Porque sus ingresos fueron licuados por la inflación y tiene miedo a entrar en más gastos fijos y, además, como la gente tiene miedo a perder el trabajo no quiere contraer deudas que podría estar imposibilitada de pagar en un futuro no muy lejano.

El modelo fue plebiscitado negativamente con la ausencia de créditos a tasas pagables porque el Costo Financiero Total de los créditos personales, si es que hay, reflejan la incertidumbre del futuro de un modelo agotado.

El modelo fue plebiscitado con la cantidad de locales que están vacíos con el cartel de “se alquila” porque sus ex inquilinos vieron que no vendían lo suficiente para sostener sus negocios. Kirchner los arruinó con su modelo. El comerciante que se quedó sin su negocio, el empleado que tenía fue a parar a las estadísticas de los desocupados y el dueño del local no sabe qué hacer con su activo.

El modelo ya fue plebiscitado con la caída de la cosecha, al punto que muchos productores no piensan sembrar trigo en esta campaña. También fue plebiscitado con el cierre de tambos y la escasa actividad ganadera. ¿Qué dijo toda esta gente? El modelo me arruina el negocio y Néstor puede confiscarme lo poco que me queda.

El modelo fue plebiscitado con la fenomenal caída en la construcción. La pregunta que se hace un desarrollador es: ¿a quién le voy a vender un departamento una vez que lo termine si el modelo destrozó el ingreso de los futuros compradores y muy pocos se arriesgan a invertir sus dólares en nuevas propiedades?

El modelo fue plebiscitado cuando las fábricas de maquinaria agrícola no venden un tractor ni una cosechadora. Nadie apuesta a favor del modelo comprando un simple tractor.

Fuga de capitales, constante compra de dólares por parte del sector privado, fuga del peso e inflación, ausencia de inversiones, caída en el consumo de la gente, son indicadores muy claros de que la gente común ya plebiscitó el modelo y le bajó el pulgar. Dicho en otras palabras, no hizo falta que la gente fuera a las urnas para votar a favor o en contra del modelo. Ya lo hizo y lo hace todos los días al adoptar decisiones económicas de resguardo frente a la incertidumbre, la caída de sus ingresos reales y el miedo a quedar desocupado.

Por eso, el 28 de junio, el kirchnerismo podrá cambiar las urnas, hacer desaparecer las boletas de los partidos opositores o convocar al Papa para que encabece la lista en la provincia de Buenos Aires, pero la realidad es que el modelo ya está siendo plebiscitado todos los días y va perdiendo por goleada. Y, encima, ya son pocos los que creen en la palabra del matrimonio luego de tantas mentiras.

Kirchner podrá intentar un modelo más autocrático o incendiar el país, pero eso no evitará lo que ya es un hecho: todos los días la gente le da la espalda al modelo dejando de comprar, refugiándose en el dólar y dejando de invertir. Si Néstor supiera algo de economía, sabría que la encuesta diaria del mercado es inapelable y ya dio su veredicto. El modelo perdió el plebiscito. © www.economiaparatodos.com.ar

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