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viernes 7 de junio de 2013

El misterioso dólar Cedin va en busca de su identidad: ¿parecido al patacón o al peso convertible cubano?

El misterioso dólar Cedin va en busca de su identidad: ¿parecido al patacón o al peso convertible cubano?

Ante la imposibilidad de emitir dólares, el Gobierno encontró la «solución»: inventar una nueva divisa, cuyo respaldo sean billetes verdes «encajados» en el BCRA. Analistas hacen referencia a la coexistencia de tres monedas. Irónico paralelismo con la búsqueda del 1 a 1 de Cavallo

Todo hubiese sido tan diferente de haberse confirmado aquel pronóstico de Roberto Feletti. En plena campaña electoral de 2011, cuando la fuga de capitales alcanzaba sus niveles máximos -una salida mensual promedio de u$s3.000 millones-, el entonces viceministro de Economía afirmaba que no estaba preocupado por ese tema porque se resolvería solo.

El funcionario atribuía la demanda récord de billetes verdes a una reacción natural de la gente en un momento pre-electoral y sostenía enfáticamente que luego se revertiría.

«En un período en que se recambian presidente, gobernadores, intendentes, puede ser que algunos decidan ahorrar más que lo corriente», afirmaba Feletti. Y dejaba en claro su seguridad de que «mucha de esa gente que llevó los dólares a una caja de seguridad después los devolverá al circuito económico».

Cuando se haga un racconto de predicciones equivocadas a lo largo de la historia económica argentina, ésta es candidata a ubicarse en el top ten.

Si Feletti hubiese tenido razón, la presidenta Cristina Kirchner no habría tenido necesidad delamentarse públicamente por su imposibilidad de emitir billetes verdes.

Pero la cruda realidad la llevó a admitir que, ante el irrefutable hecho de que «los únicos que emiten dólares están en Washington», era necesario establecer prioridades en el uso de esos papeles escasos y codiciados.

Así, al lado del Nobel de economía Joseph Stiglitz, la Presidenta justificó la instalación del cepo cambiario y no pudo reprimir esta exclamación: «¡Qué bárbaro sería si uno pudiera emitir dólares!».

Hoy, ya definitivamente abandonada la «batalla cultural por la pesificación», el kirchnerismointenta su jugada más audaz: pasar por encima de las restricciones y emitir sus propios billetes verdes.

¿Será el Cedin el instrumento que venga a cumplir el sueño más preciado de Cristina? ¿O se tratará de un intento fallido, de una nueva frustración para un Gobierno que maldice su suerte de sólo poder emitir papeles con la efigie de Julio Roca?

¿Una neo convertibilidad?
Hay que admitir que Cristina no es la primera que ha intentado «emitir un sustituto» de los dólares. El ejemplo más obvio es, mal que les pese a los funcionarios y militantes K, el del plan de convertibilidad.

El contexto es diferente, es cierto, pero la lógica es la misma: emitir un papel que sirva como medio de pago, cuyo respaldo sea un dólar encajado en el Banco Central, que se obliga por ley a entregar el billete verde cuando se lo pidan.

Varios son los analistas que han visto ese irónico paralelismo.

«Argentina, insólitamente, estaría protagonizando un milagro y cumpliendo en parte el sueño de Cristina Kirchner: poder emitir desde el Banco Central casi dólares, en rigor bonos en dólares cuasi-convertibles, honrando la memoria de Domingo Cavallo», apunta el analista Guillermo Kohan.

Con fuerte tono escéptico, así lo describe Enrique Szewach: «En lugar de cambiar las políticas, la ‘solución’ que encontró el Gobierno es inventar una nueva moneda, para así intentar modificar este escenario que ha paralizado la inversión, estancado la economía y el empleo».

Y pronostica un sistema de tres monedas tras el blanqueo: «Circulará en la Argentina una (moneda) mala, la local -que se obliga a usar a la gente honesta- y un peso convertible que recibirán, inicialmente, los evasores, los corruptos y los narcotraficantes, que los lavarán y podrán venderlo a los honestos. Y se seguirá atesorando la buena moneda, que es aquella que no emite este Gobierno».

Pero cabe preguntarse si es realmente válida la comparación con el régimen de los años ’90. Porque si bien se emitirá un título convertible, no puede desdeñarse una gran diferencia, y es que lo que se está garantizando no equivale al total del dinero circulante -como en el sistema de Cavallo- sino sólo una pequeña porción.

Para emitir Cedines en una cantidad tan grande que pudiera absorber todos los pesos circulantes, el plan del blanqueo tendría que acercar al país más de u$s40.000 millones. El Gobierno ya adelantó que estará contento con la décima parte de esa cantidad.

Pero los analistas independientes creen que no se llegará ni a la mitad de los u$s4.000 millones buscados. Como Guillermo Nielsen, ex secretario de Hacienda en los tiempos de Roberto Lavagna, quien manifestó ante el Congreso que la nueva amnistía tributaria tendrá un menor grado de éxito que la realizada en 2009, «a menos que haya acuerdos con sectores oscuros que puedan aportar fondos cuantiosos al blanqueo».

En la misma línea, el economista Miguel Bein opina que la administración K recaudará unos u$s1.000 millones, una suma magra para que se noten resultados importantes en el mercado cambiario, para lo cual estima que se necesitarían no menos de u$s7.000 millones.

Es por este motivo que algunos analistas han observado que la implantación de los Cedines guarda similitud con el sistema bimonetario existente en Cuba.

El consejo cubano
Los argentinos que van de vacaciones a la isla caribeña suelen sorprenderse al ver que hay dos monedas de circulación legal:

  • Un peso en el que los cubanos cobran sus salarios (el CUP).
  • Otro en el que cotizan casi todos los bienes y servicios, que es convertible «uno a uno» con el dólar (el CUC).

En ese sistema, los afortunados que cobran por sus servicios en CUC (básicamente, los que trabajan con el turismo) forman un grupo privilegiado ante la mayoría que cobra en CUP.

¿Habrá que ir familiarizándose a esto? Un vistazo al sitio web del Banco Central de Cuba (BCC) explica que el fundamento básico que se utilizó para la adopción de un sistema bimonetariofue el de haber tenido que aceptar que existe una tradición en la población por proteger sus ahorros en forma de divisa.

Es así que ha propuesto «la institucionalización del bimonetarismo para aprovechar su potencial dinamizador en función de alcanzar la estabilidad económica, y con ella mayor un bienestar social; en definitiva, preservar la soberanía nacional».

Para el Banco Central de Cuba, de no haberse implantado este sistema, se habría corrido elriesgo de la dolarización total de la economía.

Pero advierte que para que el mecanismo funcione debe articularse el «indispensable financiamiento externo».

Y en ese sentido, hace una recomendación que los funcionarios K no parecen haber tenido en cuenta: que las divisas que sostengan al sistema provengan prioritariamente de la inversión externa directa.

En cambio, aconseja que «debe evitarse al máximo las provenientes del capital especulativo, ya que éstos no actúan productivamente y propician que el propio accionar del sector financiero mine las bases más profundas del sistema».

La incógnita de la demanda
Aquí es donde entra a jugar otro punto de suma importancia, el de la aceptación que tendrá el Cedin por parte del público.

Y ello depende de dos factores clave.

El primero es su liquidez, es decir qué tan fácil sea sacarse de encima el certificado en un mercado secundario y transformarlo en dinero. Y el segundo es qué tan grande sea la confianzarespecto de que el Banco Central devolverá dólares y no otra cosa.

A fin de cuentas, si el sistema bimonetario funciona en Cuba es porque los cubanos entienden que un CUC es igual a un dólar. Pero todavía no está claro si los argentinos percibirán al Cedin como un símil del billete verde.

Las gestiones recientes de funcionarios K con directivos del sector inmobiliario, garantizando la conversión del Cedin al momento de hacerse una escritura -previo depósito de estos títulos con 48 horas de antelación- va en el sentido de despejar dudas.

De todas formas, muchos economistas han manifestado su escepticismo: creen que no habrá incentivos para tener Cedines en la mano.

Sin embargo, otros creen que la posibilidad de poder comprar este título con pesos será la clave que pueda sostener su demanda, dado que de ese modo se permitirá hacerse de dólares. Lucas Llach, docente de la universidad Di Tella lo calificó irónicamente como «contado con liqui para todos y todas».

Para muchos, lo que ocurrirá es que se corporizará, informalmente, la antigua aspiración de Axel Kicillof para establecer un desdoblamiento del tipo de cambio. No pudo convencer a Cristina de legalizar el dólar blue, al estilo de lo que se hacía en los ’80, pero funcionará un sistema parecido en los hechos.

Para que ello ocurra, el Cedin deberá circular y tener aceptación como medio de pago, de forma tal de sustituir parcialmente al billete estadounidense en una economía altamente dolarizada.

El que puso Cedines…
La gran duda es a qué precio cotizará este certificado.

Como en todo mercado secundario, es seguro que habrá un descuento (ante la eventualidad de tener dólares de verdad o este título, todos querrán los billetes verdes), pero los economistas no se ponen de acuerdo sobre qué tan grave será.

Los que analizan el tema exclusivamente desde el costado financiero, opinan que tendrán undescuento del 15%, para equiparar el retorno que dejan hoy otros bonos.

Si se buscan señales por el lado de la caída experimentada por el «blue», debe concluirse que el mercado espera que los Cedines circulen con una reducción en torno del 10 por ciento.

No todo es tan claro, sin embargo, porque muchos esperan a ver la «letra chica» de la ley. Todavíano termina de despejarse el temor de que quien vaya con Cedines se encuentre con lasorpresa desagradable de que le darán pesos al tipo de cambio oficial.

Así lo advierte Guillermo Lo Cane, consultor en temas tributarios, para quien una empresa que haya recibido estos títulos deberá venderlos a su banco a cambio de pesos.

«Otra alternativa quizás no tenga, dado que el dinero ya ingresó oficialmente en lacontabilidad de la empresa y, por lo tanto, ir al mercado paralelo sería un delito muy fácil de comprobar por la AFIP», explica Lo Cane.

En su punto de vista, el certificado puede ser atractivo para quien logre pasarlo de manos, pero quien se encuentre en el último eslabón de la cadena y lleve el título al Central se encontrará con que debe convertirlo a pesos.

«No podría ser de otra manera. Es la consecuencia lógica de una operatoria que nació para blanquear», señala el experto. Y recomienda tomar nota de las confusas declaraciones de Mercedes Marcó del Pont en el Congreso, quien dijo que «el último tenedor del certificado recibirá dólares al cambio que registre el Banco Nación al momento de la presentación, por las operaciones equivalentes en pesos, debidamente documentadas».

El molesto recuerdo de los patacones
En este contexto, los más escépticos han recordado la fallida experiencia de las «cuasi monedas» que emitían las provincias en la etapa final del plan de convertibilidad, en el año 2001, y que terminaron cotizando muy por debajo de la par respecto del peso.

«El Cedin será un patacón verde, con el que el Gobierno legaliza el mercado paralelo», define Federico Sturzenegger, principal referente económico del jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri, quien ya adelantó su visión totalmente escéptica sobre el éxito del nuevo plan.

Con ironía, el economista Carlos Melconian señaló que el Cedin es «un billete verde que dice Circo Rodas atrás», en alusión a los tradicionales panfletos que entrega en las calles el espectáculo circense para invitar a los espectadores, y que se asemejan a la moneda estadounidense.

Paradójicamente, la propia Cristina Kirchner acaba de referirse al tema, recordando que uno de los logros de Néstor Kirchner al recién asumir su mandato fue a abonarles con pesos a los docentes que estaban en conflicto, «porque se les pagaba con papelitos de colores».

La situación es confusa, ya que ante una aceleración de la inflación, no queda claro si la «moneda mala» será el Cedin o el peso.

En ese sentido, puede considerarse que los pesos serán los nuevos patacones -porque no tienen respaldo en reservas- mientras los Cedines, al menos en la letra, equivaldrán al dólar.

Fuente: http://www.iprofesional.com/