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miércoles 15 de enero de 2014

El Papa Francisco y el nuevo índice de precios

El Papa Francisco y el nuevo índice de precios

Acorralado por el FMI  el gobierno  no tiene más remedio que hacer otros índices

Dentro de los oscilantes anuncios oficiales, está la publicación de un nuevo índice de precios que servirá al INDEC para medir el  crecimiento y la pobreza, el mismo organismo que los estuvo falsificando desde hace 7 años.

Parece extraño pero, en tiempos de gracia del pontificado de Francisco, hasta podría ocurrir el milagro de que el mismo grupo de gente, con idéntica estrechez mental, con igual sumisión  y la misma militancia, se convierta, repentinamente de chantas y manipuladores en piadosos feligreses de la verdad científica.

Si ello ocurre, bienvenido sea. Tendremos otra prueba de que la Divina Providencia sigue siendo argentina.

Pero no debemos olvidar que el arrepentimiento sincero necesita de cuatro condiciones morales: 1º reconocer los errores, 2º pedir perdón por haberlos cometido, 3º formular un propósito de enmienda y 4º reparar los daños ocasionados.

PORQUÉ MINTIERON.

Todo el mundo ha sospechado que la adulteración de los datos estadísticos tenía 4 motivos fundamentales: a) frenar los aumentos salariales en las paritarias; b) disminuir los intereses  ajustables por el CER; c) reducir el número de pobres e indigentes; d) mostrar un exitoso modelo de crecimiento.

Lamentablemente esos motivos fueron un fiasco que nos costó muchísimo.

Ahora, viene la hora de la verdad. El gobierno tendrá que pasar por la prueba de fuego de la credibilidad popular y la certidumbre estadística.

Porque no es fácil recuperar la confianza después de haber mentido descaradamente  tanto tiempo. Tienen que demostrar sinceridad y honradez en la conducta y persistir en el intento.

CÓMO RECUPERAR CREDIBILIDAD.

Si en lugar de matonismo y picardías la actitud del gobierno en el INDEC se hubiese desenvuelto respetando la tradición y la solvencia científica lograda, no habrían provocado tanto daño. Ahora tienen que echar mano a todas las posibilidades que brinda la estadística matemática para ser creíbles.

Es decir que podrían disponer de la confección de muchos índices de precios tal como lo hace el prestigioso IBGE Instituto Brasileiro de Geografía e Estatística, fundado en 1934 por Mario Augusto Teixeira da Freitas, uno de los grandes estadísticos mundiales.

Este serio y confiable organismo técnico brasileño publica no uno, sino varios índices de precios según diferentes metodologías científicamente aceptadas.

La primera lección de la estadística matemática nos enseña que los números índices pueden determinarse de dos maneras:  simple o ponderada.

ÍNDICES SIMPLES.

Simples son aquellos índices que no tienen en cuenta el peso ni la participación de distintas cantidades de bienes consumidos. Se limitan a consignar sólo precios exentos de cantidades.

Estos  índices de precios simples se calculan en diversa formas:

1º Como Mera suma de precios reales para distintos productos alimenticios, indumentaria, servicios y bienes de consumo durable.

2º Como Promedio aritmético de precios relativos, relacionando cada mes el precio de un  producto con el precio del mismo producto en el mes tomado como base y promediando todos los datos relativos.

3º Como Mediana de precios, ordenando todos los precios relativos de cada mes y calculando el promedio entre el precio más alto y más bajo.

4º Como Promedio geométrico de precios relativos, que es una  variante del promedio aritmético, con la diferencia de que en lugar de sumar los precios de distintos productos se los multiplica y al resultado se les extrae una raíz con exponente igual al número de productos.

5º Como Promedio armónico de precios relativos, que consiste en calcular la media aritmética de la razón inversa de todos los precios  relativos.

Con estos cinco métodos alternativos, que pueden ser procesados en tiempo veloz por una buena computadora, el Gobierno podría ofrecer un abanico de datos mensuales, concordantes y verificables por cualquier investigador o liga de consumidores que quisieran comprobar la sinceridad de las nuevas estadísticas.

ÍNDICES PONDERADOS.

Para avanzar en un camino de mayor elaboración científica, habría que  ponderar cada uno de los precios relevados por los encuestadores por la cantidad realmente consumida.

Para ello podrían utilizar la actual encuesta de hogares que indica cuál es la cesta o canasta de bienes que componen el consumo habitual de una familia que vive en Capital Federal o en las ciudades más importantes.

Indice de Laspeyres  Si la cesta de cantidades  permanece  fija e inmutable a través del tiempo el  método se denomina Laspeyres, en homenaje a un estadístico alemán que lo ideó para conocer cuál es el precio actual de una canasta de bienes que se consumía en un tiempo pasado denominado período-base. Éste era el método utilizado por el INDEC hasta que su organización fue bastardeada a fines de 2006.

Índice de Paasche. como la gente suele modificar sus hábitos de consumo, cambiando productos que suben de precio por otros más estables o introduciendo otros productos que la publicidad muestra como más atractivos, surgió una fórmula alternativa denominada “Paasche” en homenaje de otro matemático alemán que estableció una metodología

Diferente. Consistía en modificar la canasta de productos consumidos mes a mes según las preferencias de los consumidores, de manera que puede determinarse qué precios hubiesen tenido en el pasado la canasta de bienes que hoy se consumen. Esta muestra cambiante es multiplicada por los precios de todos los artículos para compararlos con los precios del período considerado base.

8º Índice de precios desestacionalizados. Como se alega que los indices de precios pueden estar afectados por circunstancias estacionales como el precio de las naranjas en verano o los tomates y lechuga en invierno, entonces se pueden realizar ajustes estacionales para tener en cuenta esas fluctuaciones periódicas y suavizar su incidencia en el cálculo mensual.

Para eliminar tales oscilaciones pueden utilizarse diferentes métodos estadísticos: uno denominado de los promedios móviles y el otro por ajuste de curvas de series potenciales que permiten eliminar las tendencias de largo plazo sobre los precios.

LA CONVERSIÓN DE LOS ESPÍRITUS.

De esta manera los funcionarios del gobierno tienen la posibilidad de lucirse publicando un abanico muy amplio de índices transparentes y sujetos a la  comprobación de su verosimilitud por cualquier persona interesada en ello.

Sólo así podrían ganar en confianza y previsibilidad lo que hasta ahora habían transformado en una grosera falsificación con aviesas intenciones y nefastos resultados.

En lugar de insolencia comenzarían a obrar con respeto. En lugar de prepotencia se comportarían con humildad. En lugar de cinismo actuarían con recato. En lugar de mentir dirían la verdad. En lugar de acusar a otros examinarían sus propias culpas.

Este sería un auténtico cambio, que conseguiría el beneplácito de

muchos argentinos. Quizás sería la manifestación más evidente  de la profunda influencia  que la conducta del papa Francisco está teniendo entre nosotros y que, sin duda alguna, hace temblar a los desfachatados y corruptos.