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martes 19 de abril de 2011

El que busca… ¿te encuentra?

¿Te has buscado en Internet? ¿Te has encontrado? ¿Qué has encontrado y qué están otros encontrando de tí? ¿Encuentran información relevante sobre lo que haces, en lo que trabajas, tu contribución, tu impacto en la vida de otros o encuentran solo la información que otros publicaron sobre tí?

(Por Efraín Mendicuti en Vuelodigital.com) Mucho hemos hablado de la tremenda importancia de llevar nuestra marca personal mucho más allá de la mera auto promoción de nuestro trabajo y de, en lugar de esto, transformar este concepto de una marca a una huella personal que podemos dejar en la vida de los demás. Y, en lo personal, no encuentro algo más importante que esto cuando pienso respecto al tema de ejercer una marca personal.

Sin embargo, con frecuencia olvidamos que también es importante compartir con los demás quienes somos y qué estamos haciendo. Es decir, a menos que seas un personaje famoso, es muy poco probable que personas fuera de tu nicho o industria, conozcan claramente la contribución que estás dando a tu medio, a tu industria, a tu comunidad, etc.

Se fácilmente “encontrable”

Me parece lamentable ver como hay tanta gente que es considerada importante y talentosa en su medio pero que al buscarlos en Internet, a pesar de la era en la vivimos, no encontramos ni el menor rastro de ellos o, peor aún, encontramos información nada favorable y que, con frecuencia, no es sobre ellos sino sobre algún homónimo que, lejos de dejar una huella positiva en la vida de la gente, han hecho todo lo contrario.

Justo me encontré con un caso así el fin de semana pasado, cuando me tope de frente con un viejo compañero de la universidad a quien tenía más de 16 años de no ver. No pudimos platicar mucho así que solo intercambiamos direcciones de e-mail para “ponernos en contacto otra vez” ( ya saben, el típico: “¡Claro! yo te llamo en la semana.”).

Debo confesar que la curiosidad pudo más que yo y más temprano que tarde, busqué su nombre en la red.

Siempre fue un estudiante dedicado, así que asumiendo que sería un profesional destacado (y seguramente lo es en su nicho), primero los busqué en Linkedin, pero no encontré nada.

Después lo busqué en FaceBook pues recordé que también era muy amiguero pero… nada. En Twitter, por supuesto, ni sus luces.

Entonces lo busqué en Google y Yahoo! ¡y por fin lo encontré! ¿o no?

Comencé a ojear los resultados y lo que leia parecía irreal, una serie de resultados sobre su nombre, hablando de deportaciones, acusaciones criminales y procesos legales. No lo podía creer. Entonces al hacer clic en algunos de los resultados y al llegar a los artículos a los que estos llevaban, pude ver, con gusto, que se trataba de un homónimo; de otra persona que porta el mismo nombre.

Así pues seguí revisando la lista de resultados, pero todos eran de sus homónimos (tiene la desventaja de tener un nombre muy común) y nunca encontré ni el más mínimo rastro sobre el.

Y la pregunta que inevitablemente me queda es: ¿Puede hoy una persona, que ejerce una carrera y está en la etapa productiva de su vida profesional y que su trabajo impacta positivamente la vida de otros, independientemente del círculo en que se mueva, darse el lujo de no administrar bien su marca personal, de no aparecer cuando es buscado o de no controlar (en la medida de lo posible) la información que de uno encuentran?

Para mí la respuesta es sencilla: No. Hoy en día, con todas las herramientas a las que tenemos acceso en línea, el alcance que podemos tener para conectar con otros y la enorme necesidad de contribuir a ser y hacer el cambio que necesitamos, no podemos no estar presentes cuando y donde la gente quiere conectar con nosotros.

Hoy en día no podemos no ejercer nuestra marca y dejar nuestra huella personal.

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