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jueves 1 de junio de 2006

El racismo aún vive en algunos italianos

La profanación del cementerio judío de la ciudad de Milán, hace unas pocas semanas, revela que, lamentablemente, el antisemitismo todavía sigue existiendo.

A mediados del mes de mayo, en el cementerio hebreo ubicado en la vía Jona, en la ciudad de Milán, una vez más, se atentó -vandálica y cobardemente- en medio de la oscuridad de la noche, contra algunas de sus tumbas.

Se profanaron así varias decenas de las más de seis mil tumbas judías que allí están emplazadas. Milán, recordamos, es la ciudad en la que vive la más grande comunidad judía de Italia.

El feo virus del antisemitismo se resiste, según queda claro, a desaparecer y aún sobrevive en los corazones de algunos italianos. Mal que nos pese. Aún cuando es cierto que nadie intentó reivindicar lo sucedido. Por temor, quizás, desde que pudor no hubo.

Episodios de corte similar han ocurrido ya, varias veces, en Italia.

La instancia anterior sucedió en 2002, cuando, en el cementerio romano de Verano, se profanaron también varias decenas de tumbas hebreas.

Años antes, algo parecido había sucedido en 1996, en el cementerio “Prima Porta”, también de Roma, cuando se profanaron quince tumbas. También allá por 1992, cuando aparecieron precedentes del mismo tipo, tanto en la zona de Como, como en la ciudad de Modena.

Vergonzoso, en el país que alguna vez aplaudió equivocadamente al fascismo. Lamentable, ciertamente.

Pero por su extrema gravedad y endemoniado simbolismo no puede silenciarse lo sucedido. Las autoridades italianas deberán estar siempre alertas para evitar la repetición de este tipo de desgraciados episodios que, por su evidente contenido de odio y desprecio a la humanidad, no hablan nada bien de Italia. © www.economiaparatodos.com.ar




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