Image Image Image Image Image Image Image Image Image Image
Scroll to top

Top

jueves 10 de febrero de 2005

El ranking de la deuda

Un análisis de los países más endeudados del mundo demuestra que el nivel de endeudamiento no es uno de los determinantes a la hora de entrar en la senda del crecimiento.

El canje –quita mediante– de la deuda argentina ha sido la noticia más relevante y comentada de los últimos meses. Bajo el supuesto de que la deuda es la causa de todos nuestros males, el gobierno del presidente Kirchner ha encaminado el proceso de canje intentando reducir al máximo lo que debemos pagar, tanto al exterior como a nosotros mismos. Podríamos decir que Kirchner ha sido bastante exitoso en su intento. Lo que me preocupa es que su remedio sea peor que la enfermedad. Que el endeudamiento sea la causa de nuestro fracaso colectivo es una gran mentira. Que muchos argentinos hayan actuado en consonancia a esta mentira traerá pronto consecuencias nefastas.

Muchos países han alcanzado un alto nivel de desarrollo socioeconómico endeudándose. Otros en vías de desarrollo se endeudan y crecen a gran ritmo. Crecer o no hacerlo no depende del nivel de endeudamiento sino de otras variables que no viene al caso mencionar. Algunos países han sabido usar provechosamente el endeudamiento. Estados Unidos, Italia, Australia y España son ejemplos de ello. Otros países como la Argentina, Brasil y Turquía, han utilizado el endeudamiento como cicuta económica.


Fuente: Central Intelligence Agency – World Fact Book 2004

Entre los veinte países más endeudados del mundo, más de la mitad son naciones desarrolladas. Estados Unidos debe al exterior diez veces lo que debe la Argentina. Paga anualmente como intereses el equivalente al total de nuestra deuda externa. Italia, España, Portugal y Australia le siguen al gran deudor americano en el ranking. Italia debe 870 mil millones; España, 720; Portugal, 250; y Australia, 230. Corea del Sur, Suecia y Hong Kong son los países desarrollados que le siguen al top five. Intercalados con ellos están Brasil, la Argentina, Rusia, Turquía, Méjico e Indonesia. Estos últimos deben entre 215 y 100 millones de dólares cada uno. A diferencia de lo que sucede con otros grandes deudores, estos han tenido la deuda como un enemigo y no como un aliado para el crecimiento.

De los datos expuestos no se puede obtener ninguna prueba que fundamente la idea que el endeudamiento sea necesariamente malo para la economía de un país. Hay países muy desarrollados con o sin deuda, como hay países subdesarrollados con o sin deuda. Todo depende del uso que se le dé al dinero.

Hola canje, chau crédito

El objetivo del canje argentino debería ser reestablecer el crédito interno y externo para el país. Sin embargo, creo que nadie en el gobierno de Kirchner ha pensado seriamente esto. El mercado financiero internacional funciona hace siglos en base a la confianza. Nuestro gobierno ha querido terminar con centurias de historia económica mofándose de nuestros prestamistas y del sistema que los rige. Esto ha llevado a que nadie más crea en nosotros. La consecuencia inmediata de ello será que el argentino promedio no podrá acceder –por un buen rato– a un crédito para comprarse una casa o un auto.

Pago, canje o default, todo da igual si no se comprende la simple regla de la confianza. Para que argentinos y extranjeros inviertan en el país es necesario seducirlos, no suicidarlos. La Argentina entró en default justamente porque dejó de seducir. Cuando los tiempos se pusieron difíciles –Tequila, Vodka y Caipiriña– hicimos todo lo posible para protegernos de los capitales en vez de convencerlos. Es por ello que Estados Unidos se puede dar el lujo de endeudarse en miles de millones de dólares por año. Sus acreedores saben que siempre paga. Lo mismo le ocurre a Australia, España y a muchos otros países. La deuda es una cifra que no hace al rumbo que lleva un país. La deuda acompaña el camino, pero no es el camino.

En América Latina la deuda se ha vuelto el camino. Todo gira entrono a ella. Si tomáramos medidas que favorecieran la libertad de mercado, los intereses sobre el capital bajarían y la deuda se haría por sí sola sustentable. Nuestros políticos la quieren hacer sustentable por ley. Intervienen la deuda como intervienen en toda la economía. No se dan cuenta de que sus propias intervenciones son el problema. Todos los que aplauden el canje están despidiendo el crédito. Sin crédito no hay ascenso social. Con la mitad de la gente en la pobreza, la falta de movilidad social significa estallido social. Recién entonces llegará el verdadero default. © www.economiaparatodos.com.ar



Francisco do Pico es licenciado en Ciencia Política.




Se autoriza la reproducción y difusión de todos los artículos siempre y cuando se cite la fuente de los mismos: Economía Para Todos (www.economiaparatodos.com.ar)