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martes 19 de agosto de 2014

El reporte del USDA y el clima favorable remueven premio de la soja, mientras el maíz y el trigo logran forjar pisos

El reporte del USDA y el clima favorable remueven premio de la soja, mientras el maíz y el trigo logran forjar pisos

Esta semana el reporte del USDA nos tuvo pendientes de la actualización de las proyecciones oficiales. Más allá del dato final, que mostró stocks más grandes para los tres productos, en el juego del dato publicado versus las expectativas, el reporte resultó positivo para el maíz y levemente negativo para la soja. Sin embargo, después del reporte se retomó el mercado climático, y con buenos pronósticos para el cierre del período de definición de rindes de soja, se continuó quitando premio climático de soja, lo que llevo los precios de este producto a cerrar la semana con descuentos importantes en Chicago. El trigo en tanto tuvo un reporte negativo, pero además, durante la semana pareció calmarse la situación Rusa, aunque el viernes volvimos a ver subas especulando con nuevos roces en la zona del mar negro.
Es importante destacar que se produjo el vencimiento  de la posición agosto de soja, que era la última posición que hacía referencia a cosecha vieja. La que ahora aparece como primera posición es septiembre, que es un mix entre cosecha vieja y nueva, ya que para ese mes estimamos que la trilla estará iniciándose, pero todavía no avanzando a todo motor. Por ello había un descuento de unos 70 U$S/tt entre la posición que agosto y la noviembre al día del vencimiento, que se tradujo en una fuerte caída al mirar la primera posición (contrato continuo) de Chicago.
LOS ELEMENTOS QUE TALLARAN EN EL CORTO PLAZO

Con el riesgo climático acotado, los ojos se pondrán esta semana en el CROP TOUR de PROFARMER. Un grupo de analistas y productores recorrerán la zona de cultivos, aplicando la metodología de muestro para determinar el rinde esperado. A juzgar por el desarrollo que han tenido los cultivos, sería difícil que nos encontráramos aquí con sorpresas negativas, pero seguramente que esto generará volatilidad.
Luego el foco del mercado se posará sobre el arranque de la recolección (septiembre/octubre) y los datos que irán llegando de los productores para compararlos con las proyecciones que maneja el USDA. Esto también generará volatilidad, pero alimentando la discusión de que tan alta será la oferta.
Recién a partir de noviembre/diciembre podremos decir que el tamaño de la producción norteamericana dejará de ser expectativa para convertirse en dato, y por lo tanto en dejar de afectar la variación de precios futura.

Cuando ello pase el foco pasará a la demanda, que está ya dando señales de actividad en el complejo sojero, especialmente en harina de soja, aunque también en poroto. En maíz las exportaciones venían lentas, y se agilizaron después de la caída de precios, pero vienen a un ritmo similar al promedio histórico.
PERSPECTIVA DE NUEVO AUMENTO DE PRODUCCIÓN DE SOJA SUDAMERICANA?

La otra discusión que aparecerá en poco tiempo más es el tamaño de la cosecha sudamericana. El USDA espera que Argentina repita la cosecha de este año, mientras que Brasil la incrementaría de 87,5 a 91 mill.tt. Aquí tenemos dos posiciones enfrentadas: quienes indican que la caída de precios desalentará la producción en las zonas más alejadas de los puerto donde los costos se disparan, mientras que otros piensan que el área total tiene una marcada inflexibilidad a la baja, y si bien alguna parte de la misma podría retirarse, el hecho de que el precio del maíz esté muy flojo, ayudará a que entre dos males se elija el «menos malo» y por lo tanto crezca la participación de la soja en el mix, al caer la de maíz. Esto último compensaría en Argentina las pérdidas de superficie, y en Brasil lo haría con creces, proyectándose un aumento de área de 4% confirmado por distintas fuentes del mercado carioca. Este factor es crucial. Si la producción sudamericana crece, sobre una producción enorme de EEUU, será difícil digerir toda esa producción adicional, aún con una demanda creciente.
En definitiva nos estamos trasladando a un territorio desconocido. Desde hace muchos años venimos operando con una función de demanda trasladada más arriba por el cambio en las dietas de los países asiáticos, los biocombustibles y la demanda de fondos financieros, pero combinada con una oferta baja. Esto generó precios muy elevados. Ahora tenemos todavía una función de demanda que permanece trasladada al alza, pero una oferta mucho mayor a la de años anteriores, y no tenemos referencias de donde deberían estar los precios combinados con esta relación de stocks/consumo en esta misma realidad. Recurrir a los valores que tuvimos cuando el stock/consumo de soja estaba en estos niveles, nos llevaría a extrapolar un escenario de demanda mucho menor al que tenemos hoy.
RETENCIÓN DE SOJA ANTE LOS PRECIOS MÁS BAJOS, CON COMERCIALIZACIÓN DE MAÍZ SIGUIENDO ENTRADA DE GRANOS. TRIGO LOCAL JUNTÁNDOSE CON EL NUEVO A LA BAJA.

En el plano local la caída de precios de  la soja de Chicago no se trasladó al disponible, que siguió operando en los mismos niveles de la semana pasada, mientras que para cosecha nueva vimos bajas moderadas respecto a la caída que tuvimos en Chicago. Esto ocurre por la combinación de necesidad de mercadería de corto plazo de parte de las fábricas, y la reticencia del productor a vender en estos precios. La pregunta es si esa situación podrá sostenerse cuando el mundo tenga disponible un sustituto para el poroto que el productor Argentino retiene, como es la cosecha nueva de EEUU.
La retención que comentamos de soja, no se está produciendo en maíz, donde los productores quieren colocar el grano que van trillando independientemente de la caída de precios. Sin embargo los grandes exportadores habrían agotado el ROE VERDE que se les había asignado como sector, y se han retirado del mercado, configurando el escenario más temido: productores queriendo liquidar posiciones, con los grandes compradores ausentes. Sin embargo se corrieron rumores de que la porción de saldo exportable reservada para CAPECO (los pequeños exportadores) no habría sido utilizada, y que dicha autorización podría trasladarse a los grandes. Siendo así podríamos ver una vuelta al mercado de los compradores, pero que sería muy fugaz y difícilmente genere suba de precios, aunque si la posibilidad de colocar el grano que quedó en manos de los productores.
En el mercado de trigo estamos viendo que la proximidad de la trilla en el norte del país está haciendo que los precios del trigo viejo y nuevo comiencen a confluir a la baja. La necesidad de compra de los molinos persiste, pero el escás de grano en poco tiempo más se flexibilizaría.
TRIGO NUEVO A LA ESPERA DE DEFINICIONES DE PARTE DEL GOBIERNO

En lo que hace al trigo nuevo seguimos a la espera de que se otorguen ROE VERDE de cosecha nueva y comeince a publicarse el precio FOB INDICE de cosecha nueva. Sin estos elementos, trasladar un precio FOB al mercado interno implica correr el riesgo de no saber si el negocio podrá terminar concretándose, ya que no se cuenta con el permiso previo de exportación, ni tampoco se pueda fijar el importe que deberá pagarse en concepto de derechos de exportación.
Al ver los valores FOB que actualmente se manejan (280/265) de contar con la posibilidad de pagar derechos de exportación sobre esos valores, el FAS teórico sería de entre 200 y 190 U$S/tt, bastante por encima de los 175/180 U$S/tt que se estuvo pagando esta semana (estos valores son para puerto Rosario, para Bahía Blanca el valor subía 5/10 U$S/tt). En cambio si pensamos que para cerrar todas las puntas el exportador debería pagar los derechos de exportación sobre el FOB OFICIAL de trigo viejo, que es el único que actualmente se publica (301 U$S/tt) el valor FAS teórico bajaría al rango de 195/180 U$S/tt. Obviamente la incertidumbre que estamos marcando se traslada hacia el productor con precios más bajos.