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domingo 26 de agosto de 2012

Está de moda ser peruano

Aviones llegan de todos los rincones del mundo, abundan los lugares turísticos y todos los restaurantes están llenos casi cada noche. Se escucha ingles, francés, alemán, chino, y árabe en todos los salones de conferencias de los grandes hoteles.Esta no es una descripción de Beijing o Nueva York, sino de Lima, la capital de Perú. Son únicamente algunas señales superficiales de un fenómeno de crecimiento económico que en la última década ni los cambios de gobierno ni una crisis económica mundial han frenado.
 
Mientras que los Estados Unidos y Europa entraban en recesión en los últimos años, Peru siguió expandiéndose. Desde 2005, el país ha crecido un promedio anual de más de 7 por ciento, basado en sus exportaciones, que han alcanzado $46.2 mil millones en 2011. Además, en el mismo período, la tasa de pobreza extrema ha disminuido a 11.5%, en comparación con 23% en 2002.
 
Tal vez lo más impresionante sobre este éxito económico, es que ha sucedido durante el gobierno de tres diferentes partidos. Mientras que los mercados temían la desestabilidad potencial de tantas transferencias de poder, Perú ha disfrutado de una continuidad de políticas públicas pro-mercados. El país presenta una gobernabilidad que es la envidia de muchos países de la región.
 
En los últimos diez años, Perú ha visto un rápido aumento de inversión extranjera En 2001, el país recibió $1.1 mil millones de inversión, pero en 2011 esa figura alcanzó $7.6 mil millones, en proyectos de infraestructura, energía y minería. Esta proviene principalmente de España (20 por ciento), Gran Bretaña (20 por ciento) y los Estado Unidos (14 por ciento).
 
Pero al mismo tiempo, Perú es un ejemplo de los que se ha acuñado como las relaciones “Sur-Sur”, o sea, las de relaciones de inversión y comercios entre países en desarrollo. México, Colombia, Chile, Brasil, y Panamá juntos son responsables del 22 por ciento de la inversión extranjera en Perú. Compañías como Odebrecht, de Brasil, y Edyce S.A., un compañía chilena especializada en infraestructura de acero, están involucrado cada vez más en el desarrollo de Perú.
 
Todo este desarrollo e inversión fomenta un ciclo positivo. A medida que la clase media crece, el aumento del consumo que eso genera trae más oportunidades para nuevas empresas. Y este crecimiento ha coincidido con la expansión de la marca Peru en todo el mundo, principalmente asociada a lugares turísticos, como Machu Picchu; a las artes culinarias, liderada por chefs como Gastón Acurio, que ha invadido todas las capitales importantes del planeta con los restaurants Astrid y Gastón, y a la literatura, con el premio nobel de literatura Mario Vargas Llosa, entre otros autores.
 
En adición, ha expandido sus relaciones comerciales bilaterales y multilaterales a nivel global. Dado su posición en el Pacífico, el acceso del Perú a los mercados de China y el resto de Asia es cada vez más importante, aún más porque el consumo de esa región va en aumento. En la década que viene, la inversión desde China, que ahora consiste de $2 mil millones, podría alcanzar a $20 mil millones.
 
Perú firmó un tratado de libre comercio con los Estado Unidos en 2006, y en 2011, llegó a un acuerdo con la Unión Europea. En 2010 entró en efecto su tratado de libre comercio con China, y en 2011 Perú firmó acuerdos con Japón y Corea del Sur para reducir barreras arancelarias que ya están vigentes. Actualmente está negociando el Trans-Pacific Partnership con múltiples países, incluyendo los Estados Unidos, Chile, Australia, Malaysia, Singapur y Vietnam. Esto da importantes ventajas competitivas al Peru con respecto al resto de la región.
 
Y con todo este éxito, ¿que falta? A pesar de las oportunidades que se han generado, Perú todavía encuentra deficiencias bastantes graves en cuanto al capital humano. En los rankings internacionales PISA llevados a cabo por el OECD, Perú se encuentra en la posición 63 de 65 países evaluados en 2009. Este desempeño es realmente preocupante para una economía que pretende seguir creciendo y mejorando la calidad de vida de sus ciudadanos. La falta de mejor educación es un desafío importante para seguir atrayendo inversiones, mejorar la productividad y expandir ese desarrollo económico a toda la población. Y no es sólo educación. Perú tiene “buen lejos”, señala David Lemor, ex ministro del Comercio Exterior, “pero todavía tienen desafíos en el orden institucional, sistema judicial, y desregulación del mercado de trabajo”
 
Definitivamente, está de moda ser peruano, aunque los desafíos por delante son muchos.

Autor: Gabriel Sanchéz Zinny