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sábado 19 de octubre de 2013

Hacia el 2015: Política vs. expectativas

Hacia el 2015: Política vs. expectativas

Análisis económico

Estados Unidos afronta un complejo desenlace a las extendidas confrontaciones que se dieron en el Congreso por el debate relacionado al gasto gubernamental y las alternativas para evitar un posible impago de los bonos del Tesoro mediante una ampliación en el techo de endeudamiento. En las últimas horas las negociaciones arrojaron señales positivas insinuando la posibilidad de un acuerdo para reabrir las agencias federales paralizadas e impedir una omisión de pagos muy perjudicial para la economía norteamericana, que tendría coletazos al resto del mundo. 

De todas formas como advierten los hacedores de política económica el panorama es altamente incierto y el crecimiento, que esperan que continúe, será más débil a lo estimado inicialmente. Al momento de presentar este panorama la oficina de análisis económico de Estados Unidos informó que el PIB anualizado creció en el segundo trimestre un 1,6%.

Lo cierto es que las diversas tensiones que se van generando no son más que los vaivenes propios de la salida de un fuerte proceso recesivo que inicio luego de la crisis hipotecaria del 2008 y que llevó a las principales economías a adoptar un proceso de expansión del gasto y emisión monetaria.

 

 

Hablando de certezas, el mundo crece actualmente, impulsado por el dinamismo del “gigante asiático” y la elevada productividad de Alemania, pero a mediano plazo se deberá enfrentar una serie de obstáculos. Por un lado, el fin de los planes de estímulos, que implican menos gasto público y mayor presión tributaria puede tener efectos negativos a corto plazo, aunque permitiría sanear las economías en el largo. Por el otro, será necesario monitorear de cerca el comportamiento de la demanda de los consumidores principalmente del sudeste asiático donde más allá de los cambios estructurales de consumo en el futuro, el gasto de consumo deberá parar la pelota para redireccionar prioridades y solucionar la distorsión de precios relativos de las economías. Este proceso tuvo ya su inicio con la contracción de las cotizaciones de los metales (cobre, oro y plata).

En lo que atañe a nuestro país entramos en la recta final antes de las elecciones de medio mandato, donde las principales encuestas, en sintonía con las PASO, vaticinan una derrota del oficialismo confirmando lo señalado en diferentes oportunidades: el menor crecimiento económico acompañado por una elevada inflación en un contexto de fuertes rigideces cambiarias termina perjudicando el bolsillo del trabajador. 

Durante el año la buena cosecha agropecuaria, buenos precios de los commodities en términos históricos y un auge del consumo (principalmente automóviles), junto con un gasto público en permanente expansión permitieron retroalimentar la demanda interna. Esto sustenta, a su vez, la elevada inflación, un paulatino deterioro del tipo de cambio real y la aplicación de un número cada vez mayor de controles para sostener el “raquítico” superávit comercial. 

La principal incógnita será cual será el efecto final de un inevitable recorte en los subsidios, principalmente energéticos, en los niveles inflacionarios que marcan un ritmo según las expectativas de la UTDT que marcan que la inflación esperada para los próximos doce meses se mantiene en 32,8% en el promedio.

En el corto plazo, el crecimiento será menor al observado en la primera mitad del año. Post-elecciones, las tensiones cambiarias podrían ceder al menos hasta diciembre, mes donde estacionalmente se incrementa la demanda de divisas. En tal sentido está claro que se puede esperar un recorte de subsidios en ciertos sectores y un “parche” para contener los U$S 8.000 millones de dólares que salen vía turismo. Los riesgos lucen elocuentes, un paulatino deterioro de los fundamentals, caída de reservas, rispideces internacionales (fondos buitres, holdouts, Club de París, CIADI) y complicaciones en la cadena de pagos interna principalmente en varias economías regionales, contexto en el que surgirán oportunidades de negocios. 

Pensando en la economía del 2014 habrá que seguir de cerca la evolución del comercio exterior y del termómetro que en la actualidad opera como dinamizador de las expectativas: las reservas internacionales en el Banco Central. La clave pasa por prever el momento en que este círculo no sostenible de caída de reservas y desendeudamiento comience a mostrar signos de agotamiento obligando a un brusco giro de las decisiones políticas.

 

Fuente: CISE – Centro de Investigaciones Sociales y Económicas