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jueves 19 de agosto de 2004

Horacio Rodríguez Larreta: “Queremos presentar un proyecto nacional alternativo para el 2007”

Desde el partido Compromiso para el Cambio se está gestando la idea de conformar -con miras a las próximas elecciones presidenciales- un bloque para enfrentar a Kirchner. Quieren en sus filas a gente de todos los partidos. ¿Un nuevo “transversalismo”? ¿Una nueva “alianza”?

– En la interna de los partidos ahora se está hablando de si Macri hace o no un acuerdo con el duhaldismo o si lo hace, finalmente, con otras fuerzas políticas. Pero más allá de esto ¿la Argentina es hoy en día unipartidista? El radicalismo está prácticamente fuera de combate y no parece asomarse ningún otro competidor fuerte. ¿No le da la sensación que se precisa otra fuerza política para balancear el sistema?

– Yo creo que lo mejor para la Argentina, más allá de fuerzas políticas en términos de historia partidaria, es que haya fuerzas que respondan a parámetros ideológicos. Porque hoy en día el Partido Justicialista lo ha tenido a Menem y lo tiene, también, a Kirchner.
En realidad, lo sano para el país sería tener un modelo como el español, donde hay un partido de centro hacia la derecha y uno de centro hacia la izquierda. Que, en la alternancia, casi ni se nota. Lo mismo sucede en Inglaterra, en Alemania y en Chile, por ejemplo.
Los países que tienen democracias más maduras apuntan a eso. Y eso es lo deseable para la Argentina: lograr conformar una fuerza de centroderecha y una de centroizquierda. Y que las alternancias sean más balanceadas. Como en España, donde ahora lo que se está discutiendo es si se permite o no el casamiento homosexual, pero de economía no se discute. Porque hay una visión de país, que no se toca, y todos van para el mismo lado. Así es como España creció durante 25 años al 5% y pasó, de ser el patio trasero de Europa, a uno de los países más desarrollado del mundo. Sin duda eso es lo que necesitamos acá. Ojalá vayamos a eso.

– ¿Cree que se podrá lograr?

– Ahora, con esta ideología predominante, por llamarla de alguna forma, de centroizquierda del gobierno, yo creo que el péndulo va a volver. Soy optimista frente a la posibilidad de que vayamos a un modelo como éste que estamos planteando.

– ¿Quiénes compondrían ese nuevo modelo? Porque está, por su lado, Ricardo López Murphy que hizo una muy buena elección en su momento. Está Macri que también hizo una muy buena elección en la Capital Federal compitiendo como Jefe de Gobierno de la ciudad. También, Sobisch desde el sur está intentando crear una nueva fuerza…

– Hay buena parte de peronistas y de ex radicales que también coinciden con esto. Con lo cual lo que creo es que tenemos que apuntar a algo superador, no sólo que abarque a lo que fue la tradicional centroderecha, sino mucho más que eso.
Dentro del peronismo mismo, incluso, creo que hay más gente que coincide y comparte nuestra visión de país y de desarrollo, de un país inserto en el mundo y un país que reconstruya su Estado.

– Pero no se trata de juntar gente por juntarla…

– No. Se trata de juntar gente que coincida con el modelo de país que queremos. Cuando se juntaron en la Alianza, De la Rúa con Chacho Álvarez, sin que existieran verdaderas coincidencias, la cosa explotó, no duró ni un año.
Por eso, nosotros queremos buscar una coalición muy amplia con gente que piensa parecido y que, más allá de los dirigentes que usted ha nombrado, como le dije recién, incluya buena parte de peronistas y de ex radicales.
Esta es nuestra aspiración. Queremos presentar un proyecto nacional alternativo para el 2007, distinto a lo que hay hoy. Esa es nuestra ambición y la vamos a lograr.

– Es decir, lo que ustedes proponen es ir juntando las personas que ideológicamente coincidan con el proyecto.

– Exactamente, independientemente de la historia partidaria de cada cual. Convocamos a personas que coincidan ideológicamente con el país que queremos construir. O sea, un país que pueda explotar las posibilidades de exportación que tiene la Argentina, que tenga acceso al crédito, que tenga una política social mucho más transparente, con un buen régimen de coparticipación. En definitiva, un país que realmente vaya adelante con las reformas estructurales que se necesitan para pasar de la pequeña recuperación económica que tenemos a un desarrollo sustentable de por lo menos dos décadas.

– ¿Qué es lo que hace falta en la Argentina? Porque éste es un sistema populista redistribucionista, desde el punto de vista económico esto es claro. Y uno sabe que esto no puede sostenerse. ¿La Argentina va a llegar a la racionalidad por default, porque se va a ir al diablo y va a caer este sistema por su propio peso, o llegará por convicción? La alternativa que viene, ¿llegará cuando estos de ahora nos hagan trizas o puede venir antes de eso?

– Yo creo que sí. Creo que la falta de solución a los mínimos problemas que la gente está planteando va a llevar a un cambio sin llegar a que tengamos que caer en una nueva explosión.

– ¿No tenemos ya una explosión en el tema de seguridad?

– Sí, la hay.

– No necesariamente una explosión tiene que ser económica. La explosión de la inseguridad también es grave…

– Sí, pero esperemos que no se den en conjunto una explosión económica y una social como sucedió en 2001. Esperemos que antes nosotros seamos capaces de mostrarle a la gente que hay una alternativa. Eso es lo que debemos hacer: confrontar nuestra visión del país con éste en el que el presidente prioriza atender a la “Tota” Santillán que a la segunda o tercera mujer más importante del mundo que venía a invertir en la Argentina y al otro día la recibían Lula y Lagos, peleándose por dónde iban a llegar las inversiones de Hewlett Packard.
Nosotros planteamos un país con mucha fuerza en el desarrollo productivo y que sea mucho más eficiente en la redistribución del Estado, que hay que hacerla bien. Hay que hacerla, por ejemplo, apostando a la educación, invirtiendo en el sistema educativo.

– Más allá del tema de presupuesto, si bien los docentes tienen sueldos muy bajos, uno de los problemas más graves es de los contenidos: lo que se enseña en los colegios es basura.

– Hay un problema de contenidos, hay un problema de acceso a la institución escolar y hay un problema social. Pero lo más increíble es que no se abre el tema a la discusión. En la agenda del gobierno el tema de la educación no ha aparecido ni una vez. Hablan de muchas cosas, algunas con conocimiento de causa y otras tantas, no. Pero en ningún momento se han ocupado de la educación. En un gobierno que se tilda de corte progresista que el asunto educativo ni se asome, suena, cuando menos, contradictorio.
Lo mismo en lo que respecta a la reconstrucción del Estado. Porque para poder crecer durante 20 años, y además hacerlo equitativamente, se precisa, irremediablemente, un Estado que funcione. El grado de debilidad en que está el Estado argentino es increíble. Esto se evidencia en todo momento: en el tema de que no puede garantizar la seguridad de sus ciudadanos, en el problema energético que no ha sido capaz de prever y hubo que reducir la oferta, en el colapso del sistema educativo. Son todas expresiones de un Estado debilitado. Y de todo esto tampoco se habla.

– Pero es difícil plantear una alternativa. De hecho, si yo fuese candidato a presidente, por convicción ideológica tendría que empezar a decir un montón de cosas que molestarían a mucha gente y, finalmente, no me votaría nadie. Por ejemplo, para reconstruir el Estado empezaría, rápidamente, por sacar a todos los ñoquis. Ahí ya me estaría tirando en contra a ese señor ñoqui más su mujer, más sus hijos, más…

– Pero también hay mucha gente que trabaja honradamente y gana menos de lo que debería ganar. Hay mucha gente honesta en el sector público.

– Claro, pero si yo tuviera el total de los empleados públicos, al 20% le pagaría muy bien y el resto quedaría afuera. Ya ahí perdería varios votos. Además, tendría que decir que los movimientos piqueteros son un movimiento político, por lo tanto, no daría más cuerda al tema de los financiamientos así como funciona. Listo, ya perdí otros 3 millones de votos…

– Es que es así. El financiamiento no puede ir nunca a través de los movimientos piqueteros. Tiene que ser a través de las instituciones públicas. A través de las provincias, de los municipios, sí con control social, pero no dar planes por afuera que es lo que pasa hoy.

– También tendría que decir: “acá el empresario que quiera ganar plata se la tiene que ganar en favor del consumidor, no pidiéndole dinero al Estado ni protección”. Más votos en contra… Entonces, si uno empieza a sumar, nunca podría ser candidato. Estamos tan acostumbrados a vivir a costa del otro que es muy difícil arreglar las cosas.

– Yo lo entiendo en su punto, pero no subestimaría tanto al argentino. Yo creo que si uno es capaz de demostrarle que se pueden hacer bien las cosas, comunicándoselo correctamente, demostrándole que hay una alternativa concreta, no tengo dudas de que el argentino la va a apoyar. No es que por mostrarle las cosas como son se van a espantar o a votar en contra. La gente no compra el populismo por el populismo mismo.
Cuando este modelo fracase, que es lo que va a suceder para mí, hay que demostrarles a los argentinos que hay salidas, que hay otros caminos que no tienen que estar basados en los extremos ideológicos. Hay que arremeter con muchas cosas, como la desnutrición de los más chicos, que estarían supuestamente asociadas al progresismo, pero que increíblemente este gobierno no toca.

– Acá, como siempre, todo es al revés: ser progresista significa ser más regresivo.

– Yo creo que hay un espacio muy grande para mostrarle a la gente una alternativa para el 2007. Y se va a tratar de un espectro muy amplio, de gente que venga de todos los partidos, y los ciudadanos lo van a apoyar. Estoy convencido.
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Horacio Rodríguez Larreta (h) es vicepresidente del partido Compromiso para el Cambio, que lidera Mauricio Macri.




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