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miércoles 8 de julio de 2015

Instituciones: camino a la riqueza

Instituciones: camino a la riqueza

El verdadero problema fueron los sucesivos golpes militares, no el peronismo

Los economistas a veces insistimos con la importancia de las instituciones no por qué no nos importe el corto plazo, sino porque no queremos sacrificar el largo plazo por beneficios transitorios de corto plazo. Desde que Adam Smith escribe la Riqueza de las Naciones en 1776, la pregunta de fondo es por qué hay países con distintos niveles de riqueza, indistintamente de sus ciclos de corto plazo. Cuando fue la crisis del 2008, el Kirchnerismo se autoelogiaba al decir que en Argentina se estaba mejor por qué no estaba en crisis (por más que al poco tiempo se comenzó a insistir con qué el mundo se nos cayó encima.) Sin negar los efectos obvios que las crisis tienen sobre personas concretas, las economías americanas y europeas generan más riqueza per cápita en crisis que Argentina durante un boom. No es, tampoco, que en Argentina no haya pobreza y esta sólo sea un fenómeno de la crisis 2008 en el mundo desarrollado.

 

La importancia de las instituciones es difícil de percibir por dos motivos. En primer lugar las instituciones son abstractas. No se puede ver ni tocar. Son las reglas de juego de la sociedad y como tal definen los incentivos de los agentes económicos. Si se cambian las reglas del fútbol, los jugadores cambiaran su juego de acuerdo a las nuevas reglas. En segundo lugar, sus efectos son de largo plazo. Por cuestiones pragmáticas estamos acostumbrados a automáticamente pensar en calendarios anuales. Pero los tiempos de la economía no responden a las convenciones sociales. Tienen su propio tiempo. Las economías ricas no se crean ni destruyen en uno o dos años. De allí la importancia de la consistencia en un marco institucional apropiado.

 

En esta nota quiero mostrar el efecto de la instituciones con dos gráficos. El primero muestra el PBI per cápita en USD (ajustado por costo de vida) ente 1880 y 2010. Lo importante en series de esta amplitud no es la exactitud de los valores, sino las diferencias de nivel. El gráfico muestra las series para Argentina, Alemania, y Chile. Alemania representa al mundo desarrollado occidental, que presenta una serie similar. Se observa que (1) Argentina se encontraba con valores de PBI per cápita similares a los de Alemania durante la generación del 80. (2) Que Argentina y Chile pierden el rumo luego de la Segunda Guerra Mundial. El despegue Alemán luego de la Segunda Guerra Mundial corresponde al Milagro Alemán de Erhard. Básicamente este milagro consistió en eliminar los controles de precios, cortar la inflación de cuajo, no en 5 años como se sugiere por estos pagos. En resumen, el milagro alemán fue un shock institucional de libre mercado. (3) También se aprecia un “milagro Chileno” que comienza con las reformas de los Chicago Boys en la década del 70. Chile tienen un crecimiento paralelo al de Alemania, mientras que Argentina se empobrece en términos relativos a estos dos países. El populismo-peronista en Argentina, que en mayor o menor medida se encuentra en los mayores partidos políticos de Argentina le costó al país su riqueza en el largo plazo. Desde Perón que Argentina no es un país con libre mercado. Pueden encontrarse en su historia, es cierto, medidas de libre mercado en un mar de populismo, que no es lo mismo que medidas populistas en un mar de libre mercado. Por último, (4) el gráfico muestra desde la vuelta a la democracia el PBI per cápita se encuentra estancado. El crecimiendo durante el gobierno de Menem vuelve a poner el PBI per cápita en levemente superior al pico antes del gobierno de Perón-Perón.

 

 

Numerosas objeciones podrán ponerse a la lectura que ofrezco de este gráfico. Que el verdadero problema fueron los sucesivos golpes militares, no el peronismo. Que Alemania creció gracias a la protección al sector agrícola que caracteriza a Europa. O que Chile crece gracias al cobre, no a las reformas pro mercado. Creo que es difícil, para estos milagros, obviar el efecto institucional porque el crecimiento comienza justo con las reformas institucionales. El ejemplo de las dos Coreas es aún más sencillo. Corea del Norte y Corea del Sur comparten su historia, cultura, lenguaje, siendo la diferencia fundamental sus instituciones.

El proyecto de país depende de la propuesta institucional. No de políticas públicas o calidad de gestión, que definen oscilaciones de corto plazo en torno al nivel de riqueza determinado por el marco institucional.

 

Nicolás Cachanosky | Assistant Professor

Department of Economics | School of Business

Metropolitan State University of Denver

Campus Box 77, P.O. Box 173362, Denver, CO 80217

phone 303-556-3218 | cell 857-284-6365

ncachano@msudenver.edu

www.msudenver.edu/economics

www.ncachanosky.com