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jueves 6 de diciembre de 2007

La FIFA no es la AFA

El desapego por las normas y las instituciones que se evidencia en el fútbol local tiene su correlato, por supuesto, en otros órdenes de la vida nacional, en los que también nos distanciamos de las prácticas aceptadas en el resto del mundo.

La decisión adoptada por la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA) en el sentido de negarle a Boca Juniors la autorización para que el jugador Juan Román Riquelme participe de la Copa Mundial de Clubes no es, en sí mismo, más que un incidente anecdótico. Sin embargo, en ese incidente pueden apreciarse los diferentes criterios con los que se manejan ciertas cuestiones en la Argentina, cómo se actúa en el resto del mundo y las consecuencias de esas distintas formas de actuar. Como el tema tiene mucha resonancia popular, no está de más aprovechar el episodio para profundizar la reflexión y el análisis.

La negativa de la FIFA a autorizar la participación de Riquelme en el torneo de Japón no es caprichosa sino que es la aplicación estricta del Reglamento, que era de conocimiento público por todos los clubes participantes en dicho certamen. Boca quiso transgredir ese Reglamento y la FIFA se lo impidió. La pretensión de Boca en el sentido de que el Reglamento sea transgredido no es insólita. En el fútbol argentino, regido por AFA, la invención de subterfugios para vulnerar los reglamentos es un hecho de todos los días. De hecho, en el caso particular de Riquelme, eso fue lo que sucedió. Según el Reglamento de AFA, el libro de pases cerraba el 9 de agosto (boletín Nº 4017). Sin embargo, para el caso particular de Riquelme, se concedió una autorización especial hasta el 30 de agosto (boletín Nº 4057). Boca quiso reproducir en la FIFA lo que había hecho en la AFA…

Ese tipo de prácticas, que son “el pan nuestro de cada día” en la AFA y también en nuestro país en general, son inaceptables en la FIFA, como en el llamado “primer mundo” en general. ¿Por qué la FIFA se negó a transgredir el reglamento? Boca argumentaba, no sin razón, que la presencia de Riquelme realzaría el torneo y los patrocinantes veían con buenos ojos la presencia de un jugador convocante y carismático. Sin embargo, la FIFA privilegió el cumplimiento de las reglas al “negocio”. ¿No le interesan los negocios a la FIFA?

¡Por supuesto que sí! Y precisamente por eso, porque los negocios son un factor determinante en la operatoria de la FIFA es que la petición de Boca fue rechazada… Esta argumentación, a simple vista, es contradictoria. Sin embargo, este es el tipo de razonamientos que se hacen en los países del llamado “primer mundo” y que explican por qué en esos países la economía crece y sus habitantes tienen un nivel de vida en constante crecimiento, a diferencia de los que nos ocurre a nosotros.

La FIFA rechazó el requerimiento de Boca y se perdió la posibilidad de contar con una figura como Riquelme en el Mundial de Clubes porque privilegió la credibilidad del torneo y de sí misma como entidad rectora del fútbol. Si la FIFA hubiese vulnerado el Reglamento, hubiera dado lugar, en primer término, a que los demás clubes se sientan perjudicados porque Boca hubiera tenido una ventaja respecto de los demás y, en segundo lugar, hubiera dejado sentado un precedente que, en el futuro, daría pie a que cualquier Reglamento de un torneo organizado por la FIFA pueda ser vulnerado con cualquier argumento. FIFA prefirió perderse el beneficio de corto plazo de contar con Riquelme en este torneo a cambio de preservar la seriedad y la credibilidad de los certámenes que organiza… Ese perjuicio de corto plazo es lo que le garantiza el mantenimiento de la confianza de los patrocinantes para seguir invirtiendo en los campeonatos organizados por FIFA en el futuro…

No sólo en el fútbol sino en todas las demás áreas de la vida de nuestro país nosotros vulneramos constantemente los reglamentos, como lo convalidó la propia AFA en relación a la habilitación de Riquelme (aunque después el pase no se haya concretado, lo cual es otro tema) y por eso somos un fútbol poco serio y, lo que es mucho más grave, un país poco serio…

El periodista Dante Panzeri decía que “el fútbol es una muestra gratis del país”. Este incidente demuestra que esa frase encierra una gran dosis de verdad. El “caso Riquelme”, en sí mismo, es intrascendente. Que Boca gane o pierda en Japón no tiene más relevancia que el significado de un resultado deportivo. Que la vulneración de las reglas de juego sea una constante en todas las áreas de la vida de nuestro país es un hecho verdaderamente grave y la FIFA, en ese sentido, nos ha dado una lección, no simplemente a Boca sino al fútbol argentino y, dada la resonancia que el fútbol tiene, al país en su conjunto. Por eso la FIFA es una organización exitosa y nosotros vivimos en estado de crisis permanente.

Sería ingenuo esperar que, en adelante, Argentina cambiará y se convertirá en un país donde se practique el respeto por las normas institucionales como marco para el desenvolvimiento social. Va a seguir habiendo “casos Riquelme” en nuestro país y, lamentablemente, en actividades mucho más relevantes que el fútbol. Pero, dado que se ha producido este incidente, aprovechémoslo para reflexionar y para extraer alguna conclusión que nos permita entender donde se ubican los factores que determinan qué instituciones son exitosas y cuáles quedan estancadas y sin margen para progresar sustentablemente. Aunque sea dolorosa, esa reflexión podría resultarnos útil. © www.economiaparatodos.com.ar

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