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jueves 15 de septiembre de 2005

La minería en América Latina, bajo el “fuego” izquierdista

Los proyectos de explotación de minerales suelen encontrar todo tipo de resistencias en América Latina para poder concretarse. De la mano de, en muchos casos, supuestos defensores del medio ambiente, la izquierda suele impedir que estos emprendimientos económicos puedan avanzar.

Por todas partes en nuestra extensa región, la izquierda (frecuentemente ataviada de “ambientalista” y con argumentos que en la realidad suelen ser sumamente discutibles) hostiga insistentemente a los proyectos mineros.

Una cara de la moneda

Así ocurrió en Esquel, Chubut, donde millones de dólares en oro siguen durmiendo bajo tierra, como si la riqueza no preocupara, sino sólo el “estilo de vida” de unos pocos privilegiados. Así está también ocurriendo en Perú, Ecuador y, en menor medida, en Bolivia. Y en Guatemala, donde un controvertido proyecto de extracción de oro de Glamis Gold, una empresa canadiense de medianas dimensiones, que está financiado por el Banco Mundial (Corporación Financiera Internacional) y había generado ya un millar de puestos nuevos de trabajo, está siendo duramente atacado por las comunidades mayas, por razones similares a las esgrimidas en Esquel. También allí el municipio local rechazó abrumadoramente -en un referéndum especial- la continuidad del proyecto. Y seguramente deberá, tarde o temprano, tener que indemnizar al inversor extranjero. Aunque nadie se acuerde de esto al momento de “prohibir todo”.

La otra cara de la misma moneda

Mientras tanto, en Chile, país de vasta tradición minera, las cosas lucen diferentes.

En efecto, este año la minería proveerá -a todos los chilenos por igual- del 25% del total de los recursos de su gobierno nacional. Hace solamente siete años, ese sector apenas contribuía con un marginal 3% del total de los recursos fiscales.

La enorme empresa minera estatal Codelco -plagada de acusaciones de contrataciones con personeros, amigos y parientes de los políticos más encumbrados que integran la actual coalición de gobierno- proveerá al fisco unos 4.500 millones de dólares. No es poco. Las otras diez empresas mineras chilenas de mayor envergadura proveerán, por su parte, unos 1.600 millones de dólares adicionales. Tampoco es poco. Estas son las minas: Escondida (de propiedad de inversores australianos); Antofagasta (de los Luksic, un gigantesco conglomerado de empresas controlado por una familia chilena); Anglo American Chile (británica); y Doña Inés de Collahuasi y Candelaria (de propiedad de inversores norteamericanos). Una montaña de recursos que, reitero, atienden necesidades de todos los chilenos.

A partir del año que viene, esos significativos importes se incrementarán en 740 millones de dólares por año, cuando las “regalías” mineras comiencen a ser pagadas.

A modo de reflexión final

Dos mundos, ciertamente. Uno que está visiblemente estancado. Otro que, en cambio, crece vigorosamente.

La gente es, al final, la que elige.

Pero lo importante es que sea el conjunto, no sólo unos pocos privilegiados que obligan a sacrificarse a los demás para mantener una suerte de idílico “estilo de vida”. Porque esto no parece del todo justo. © www.economiaparatodos.com.ar




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