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viernes 1 de noviembre de 2013

La partida

La partida

Blancas: El gobierno K;  Negras: Magnetto

Si se omite el discurso estilo charla de café jurídico de los considerandos de la sentencia  de la Corte Suprema y se lee el fallo en sí, surge un único concepto a favor de Clarín: el derecho que se le otorga a ser indemnizado.

El punto fue ampliado por el ahora héroe/traidor Lorenzetti en declaraciones posteriores: «no es un derecho adquirido, pero si es un derecho de propiedad». Este concepto, añejado en la jurisprudencia del Tribunal Supremo, es el contrapeso de todo el resto del fallo.

Al considerarlo una propiedad, no puede ser privado de ello sin justa indemnización, que tal como lo determina la Constitución, debe ser previa y aceptada por el expropiado. En términos prácticos, determinada por el estado la conveniencia de expropiar un bien, se debe acordar el precio o indemnización o en su defecto el valor debe ser determinado por un juez, con todas las instancias de apelacion correspondientes.

Antes de concluído ese proceso, no es posible que el Estado tome posesión de la propiedad o de los bienes sujetos al proceso. Muy parecido a lo que alega Repsol en la confiscación de YPF, con la diferencia de que en este caso parece muy poco probable que el gobierno desobedezca la sentencia de la Corte que lo favorece y avance en una confiscación prepotente. (Lo que acaso intuye Carlos Pagni en su nota del miércoles).

El objetivo del grupo Clarín, de «patear» el problema para el gobierno que viene, está así cumplido. Juegan las negras.