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miércoles 5 de noviembre de 2014

‘Las aguas bajan turbias’

‘Las aguas bajan turbias’

Llueve sin piedad en Buenos Aires. No es un dato más porque idéntica situación puede plantearse un par de días antes de la elección.¿Y entonces…? 

Con esto no estamos prediciendo catástrofes sino mostrando de qué modo, un hecho ajeno a la mano del hombre, puede ser el imponderable que termine definiendo un comicio presidencial.

Esta realidad debería tenerse en cuenta a la hora de experimentar esa de devoción a veces extrema que tiene la dirigencia por las encuestas. Poco o nada vale andar rasgándose las vestiduras un año antes porque tal consultora da ganador a uno u otro aspirante a la Presidencia. 

Al margen del análisis coyuntural, quisiera expresar lo indignante de un Estado cuyas arcas se han llenado más de lo esperado a costa de los ciudadanos, pidiendo colaboraciones para los damnificados por las inundaciones, y otorgando números de cuenta bancaria para depósitos que se supone se destinarán a paliar la desgracia provocada por el agua. Es lícito y considerable que uno pueda colaborar – porque ser solidario va más allá de la coyuntura nacional -, pero tenemos jurisprudencia en demasía de aportes sociales que jamás han llegado a su cauce. Muchos recordarán el famoso “pongui, pongui” del ex Secretario de Comercio, Guillermo Moreno y otros tantos casos similares más. 

La Argentina solidaria no debe ser la que se ocupe de gestionar sino de sumar una vez que el gobierno otorgue soluciones, financie obras que impidan, en lo sucesivo, estas atrocidades, y a los funcionarios se los vea con las botas puestas ayudando a evacuar. 

Además, el gobierno acaba de conseguir fondos con la oferta por 2.233 millones de dólares de la subasta de las frecuencias de telefonía 4G y 3G. Es la lógica de “Mercado Libre”, “OLX” o “AlaMaula” : cuando no hay plata, vendo algo y salvo el erario. Ahora bien, si simultáneamente, salgo a gastar lo cobrado, el regreso al estado de default será continuado. Y eso parece ser lo que hará el kirchnerismo en lo sucesivo. Dilapidará más de 2 mil millones de dólares y ¿después…? Después quizás ya no estarán. 

La economía argentina está siendo manejada como si el país fuese una feria de artesanías dominical. Nada cambia. En este vertiginoso ritmo en que vivimos, las noticias de hoy, mañana ya no estarán. Nunca nadie se aprovechó tanto de esa dinámica como la administración kirchnerista. Un escándalo tapa a otro, un muerto en una “entradera” se olvida con otro muerto baleado por un motochorro, y este por un tercero alcanzado por una bala perdida en el conurbano o en el microcentro.  

La cadena es interminable, los eslabones se suceden sin solución de continuidad y sin que advirtamos que esas son también las “cadenas” que debemos romper para oír su grito sagrado. Sino el silencio nos va a ensordecer.

En ese trance, la renuncia del juez Eugenio Zaffaroni parece ser un hecho de otro tiempo. Sin embargo, caer en la trampa de olvidar cuestiones de institucionalidad porque “aburren” o no aportan nada a mi economía personal es uno de los errores más comunes pero también, de mayor gravedad. Estamos como estamos no sólo porque Cristina gobernó mal sino porque el kirchnerismo – desde su inicio -, desmanteló las Instituciones que hoy podrían volver a poner las cosas en su lugar.

Zaffaroni se fue, se tenía que ir porque difícilmente sería reconfirmado por el Senado en su cargo. Estamos a un paso de escuchar al pueblo pedir que se aplique la “Ley del Talión” por la inseguridad reinante y la inacción oficial. La reforma del Código Procesal Penal es otra trampa más. A esta altura, al kirchnerismo no hay que creerle ni una ley de hambre cero. Si en la dictadura desapareció gente, en esta “democracia K” se murió directamente. Y no de muerte natural. La vida no vale nada. Apoyar a un juez garantista hubiese generado un ambiente aún más caldeado.

Ahora bien, Cristina Kirchner tiene derecho a postular un candidato para la Corte mientras luego sea aprobado por los dos tercios del Senado. ¿Qué quiere decir la oposición cuando dice que lo va a impedir? ¿Estará pensando en quebrar los reglamentos y normas fundacionales del país, al mejor estilo del kirchnerismo? No se trata de impedir nada sino de debatir, dialogar y consensuar un candidato en el Senado. Quizás sea mucho pedir en este 2014 donde es más trascendente la boda de una vedette con un ex intendente o la negación de la realidad sin descaro. 

Lo cierto es que la vacante que queda en la Corte Suprema no es un dato para dejar relegado. En un descuido – de los que tenemos tanto – el oficialismo te sienta a dos de los suyos en el Máximo Tribunal, y de ahí a los fallos que enarbolen la impunidad al gobierno actual hay segundos no más. Vale recordar que los Kirchner de eternizaron en el sur, modificando la Corte provincial. Un juez, en este sentido, no es un ministro o un secretario más y puede llegar a ser un “socio” de la Presidente de los que negaría Echegaray. 

Finalmente, entraremos en la etapa de reagrupamientos sindicales pues la inflación mermó los salarios y está en juego el bono de fin de año. Diciembre está a la vuelta de la esquina, el calor sin electricidad, los precios sin control, las empresas que ya están dando vacaciones anticipadas por los cortes de luz programados, el mal humor social es inexorable lo que no implica hablar de saqueos a no ser aquellos tan “espontáneos” que van con camiones y 4×4 a romper vidrieras de casas de electrodomésticos y objetos suntuarios… 

Hambre ya hay en Argentina, es un hambre que no da fuerza ni para protestar pero los límites del ser humano son insondables, máxime frente a un gobierno con un poder de provocación ilimitado. Las evidencias están a la vista, las miserias también. No hace falta que nos la dibuje el INDEC. Las tormentas sacaron a flote la desidia de la dirigencia pero también la perversión de una gestión de diez años durante la cual hasta la conciencia ciudadana se destruyó, sino la reacción se habría dado ya. ¿Seremos capaces de recobrarla? Y, sinceramente, ¿hay ganas de cambiar?

 

Todo está en manos del hombre y por cobardía, sólo por cobardía, deja que todo se le escape. ¿Qué es lo que más teme el hombre? Un nuevo paso, una nueva acción suya, eso es” 

F. Dostoievsky 

(Crimen y Castigo)