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jueves 27 de octubre de 2005

Los venezolanos y Hugo Chávez

Recientes encuestas de opinión realizadas entre la sociedad venezolana demuestran que la realidad interna de Venezuela es bien distinta a cómo el líder bolivariano quiere hacer creer en el resto de Latinoamérica.

Poca duda cabe de que el insólito Hugo Chávez es el rey del “auto-bombo”. Seguido de cerca por nuestros bigotudos competidores vernáculos.

Con los bolsillos repletos de dinero por el aumento exponencial del precio del petróleo crudo, Chávez recorre incansablemente la región haciendo su propio panegírico. A toda voz. Al escucharlo, uno tiene la sensación de que el pueblo venezolano está encantado con su “líder bolivariano”.

No obstante, la realidad, como suele suceder, es bastante distinta de la imagen “rosada” que pinta el ex militar golpista acerca de su propia persona. En efecto, los resultados de las encuestas de opinión que monitorean la situación sociopolítica en Venezuela no coinciden con la descripción que el verborrágico Chávez hace de sí mismo.

Una reciente encuesta, del pasado mes de septiembre, realizada por Hinterlaces, a la que hemos tenido acceso, parece arrojar algunas conclusiones que es importante difundir.

En la Venezuela de hoy sólo el 33% de la gente se considera “chavista”. En marzo de este año, cuando los “chavitas” alcanzaron su máximo nivel de aceptación, esa cifra era del 37%. Las nuevas cifras sugieren -en consecuencia- que la popularidad de Chávez está cayendo y regresando paulatinamente a sus niveles históricos, esto es los de septiembre de 2003, cuando sólo el 30% de los venezolanos se declaraba “chavista”.

El 51% de los venezolanos hoy afirma no ser ni “chavista” ni “opositor”. En realidad, sólo el 9% de los venezolanos se anima a manifestarse opositor. Para la clase política sigue entonces el desastre.

El 47% de los venezolanos cuestiona el exceso de discurso de su presidente, así como su actitud prepotente y agresiva. Ese mismo porcentaje desaprueba su capacidad administrativa y considera que su equipo de gobierno es “ineficiente y corrupto”.

El 69% de los venezolanos está en contra de los planes de ayuda, auxilio o solidaridad de Chávez respecto de otros países, porque, como cabía anticipar, privilegian la atención de las necesidades domésticas venezolanas. No podía ser de otro modo desde que el 53% de los venezolanos vive con menos de 2 dólares por día, lo que marca un agravamiento de la pobreza, que en 1999 era de sólo el 43%. Esta caída es particularmente perversa cuando, en el mismo período, los ingresos derivados del petróleo que obtiene Venezuela se han duplicado.

Lo cierto es que Chávez utiliza su exceso de liquidez para “comprar” la “buena voluntad” de sus vecinos. Está subsidiando a 13 países del Caribe, a los que vende petróleo con precios por debajo de los internacionales. Le ha dado a Cuba un “pulmotor” que le permite evitar el naufragio económico-social, al suministrarle petróleo en exceso de sus necesidades domésticas y que Cuba puede revender con un margen de ganancia importante en el mercado internacional. Ha comprado cientos de millones de dólares de deuda pública argentina y promete mejorar la capacidad de refinación de nuestro país y la del Brasil. Ha salido en auxilio del presidente Palacio, de Ecuador, cuando éste enfrentó una dura huelga que interrumpía -en buena medida- la extracción de petróleo. Tiene hasta una “scola do samba” en Río de Janeiro, que cuenta con su patrocinio y seguramente desfilará, con sus retratos, el próximo carnaval. Un festival de dispendio que alimenta, es obvio, el resentimiento de muchos venezolanos. Y no sin razones.

Las encuestas del mes pasado nos traen otros datos de interés. Por ejemplo, que el 87% de los venezolanos no piensa que “ser rico es malo”. Que el 87% defiende la propiedad privada. Que el 81% no cree en una “sociedad sin clases”. Que el 91% favorece la “igualdad de oportunidades”.

Pero, además, peor para Chávez, que el 79% de los venezolanos quiere vivir en democracia y que el 33% está preocupado por la situación de la libertad de opinión en su país.

Asimismo, que el 75% de los venezolanos rechaza el equipo de gobierno de Chávez y que el 81% desea que se produzcan cambios en su seno.

Y ahora, quizás lo más grave: que el 59% de los venezolanos desconfía de sus autoridades electorales y que el 69% cree que la “automatización” que se utiliza en las elecciones no es confiable. Más aún, el 76% cree que la Comisión Nacional Electoral no es transparente. Toda una señal.

Pese a todo, el 86% de los venezolanos se manifiesta desilusionado con la oposición. Por esto, no es nada extraño que el 89% afirme que la oposición no tiene líderes. En rigor, tan sólo el 25% de los venezolanos, cuando se les pregunta “quién es tu líder”, contesta: Hugo Chávez. La cuarta parte, y seguramente muchos de ellos corren de la mano de Chávez y no quieren que esto se altere.

Queda visto -con este resumen- que una cosa es el discurso y otra, bien distinta, puede ser la realidad venezolana. © www.economiaparatodos.com.ar



Emilio Cárdenas es ex Representante Permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas.




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