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jueves 19 de junio de 2008

Paraguay empieza a escuchar la sinfonía “bolivariana”

A pocas semanas de asumir su cargo, el presidente electo Fernando Lugo da muestras de un acercamiento con Hugo Chávez, Rafael Correa y Evo Morales.

El presidente electo de Paraguay, el ex obispo (suspendido “ad-divinis” por el Vaticano) Fernando Lugo, aún no ha asumido su cargo. Lo hará a mediados del próximo mes de agosto.

Hombre claramente de izquierda, aún militante en la desacreditada línea de la “Teología de la Liberación”, Fernando Lugo generó todo tipo de desconfianzas durante su larga campaña electoral, que culminara con su triunfo del 20 de abril pasado. Y aún las genera. No sin razones, como veremos.

No obstante -sumamente pícaro y recordando seguramente lo que sucede cuando el público advierte la “mano” de Chávez en una campaña electoral y temiendo terminar derrotado como Ollanta Humala en el Perú- el ex obispo supo “distanciarse” de Hugo Chávez.

Esa actitud y el acompañamiento de la fuerza opositora tradicional en el Paraguay permitieron que el patológico “fantasma bolivariano” no lo afectara mayormente. Hasta ahora al menos. Pero lo cierto es que el fantasma está comenzando a emerger.

La verdad es que Lugo “ya llegó”. Será presidente. Y puede, si quiere, sacarse ya mismo la careta, si es que la tiene.

Por el momento, sin demasiada peligrosidad, porque en el Paraguay todavía funcionan los mecanismos de equilibrio propios de la democracia (los mismos que han sido cuidadosamente desactivados por los Kirchner en Argentina) y -por ello- Fernando Lugo, al menos por el momento, no “dominará” ni al Congreso, que está en manos de la oposición, ni controlará a la Justicia. Pero todo puede cambiar. También los equilibrios. Si no lo cree, mire lo que, paso a paso, sucedió ya en la Argentina, frente a lo que la gente recién reacciona.

Tempranas señales inquietantes

Las primeras “señales” que emite Lugo son, creemos, bastante malas. Porque acompañado de su futura Ministro de Relaciones Exteriores: Milda Rivarola, una socióloga e historiadora de izquierda, viajó a Bolivia como parte de una primera gira que después lo condujo a Ecuador y Venezuela.

Un “tour claramente bolivariano”, por definición. O, quizás, una peregrinación de “acción de gracias” a quien pusiera el grueso de los recursos utilizados para financiar su campaña electoral. De cualquier manera, un movimiento que emite todo un mensaje de alerta.

En Bolivia, Lugo acompañó -cual ladero- civilizadamente al Presidente saliente del Paraguay, Nicanor Duarte, en la celebración que hubo de tener lugar en Villamontes, en el sur de Bolivia, presidida por el desprestigiado Evo Morales.

Se conmemoró allí el 73° aniversario de la finalización de la dura “Guerra del Chaco”, que enfrentara a ambos países, entre 1932 y 1935.

La celebración, con todo, no pudo tener lugar, como es tradicional, en la localidad de Villamontes, en Tarija. Porque como le ocurre a Evo Morales también en Sucre, Trinidad y otras localidades de Tarija, simplemente la gente no lo deja entrar a los ejidos urbanos, en repudio a su “gestión” de gobierno.

Por esto, el acto conmemoratorio debió realizarse, alternativamente, en el interior de la base militar de Sanandita, donde está la “Escuela de Cóndores” de las Fuerzas Armadas Bolivianas.

Allí Evo y sus invitados, custodiados fuertemente por el ejército boliviano y los guardaespaldas venezolanos, entonaron (no sin alguna ansiedad) los respectivos himnos. Toda una señal que, Dios quiera, pueda leer bien Lugo. Así terminan los pueblos cuando se los divide y polariza, sembrando desde el poder odios y resentimientos. Impulsando lo que antes llamábamos “lucha de clases”.

Por si acaso, Evo Morales tiene a su disposición un “grupo de escape” conformado por 23 efectivos de la Fuerza Aérea Venezolana, que están a cargo de dos helicópteros Súper Puma, que permanecen constantemente en suelo de Bolivia para “proteger la vida” de Morales; esto es para permitirle “disparar” si las cosas, de pronto, se ponen pesadas para él. Las aeronaves están allí desde junio de 2006 y si la situación sigue su curso actual podrían llegar a tener que ser usadas, precipitadamente, por Morales y García Linera. Dios quiera que no. Porque deben finalizar sus mandatos para que la gente advierta lo que son.

Al día siguiente, Fernando Lugo “subió” a La Paz y se reunió con Morales y con García Linera. Seguramente exploró la posibilidad de comprar gas natural boliviano. Y sugirió la necesidad de aumentar los flujos comerciales. Si tiene en cuenta la amarga experiencia “kirchnerista” reciente, Lugo debería ser muy prudente y dejar de lado la retórica, desde que lo cierto es que en la Bolivia actual -crispada ex profeso por Evo Morales- nadie invierte y, por ello, no hay saldos de gas natural que puedan aumentar las posibilidades de exportación del fluido. Ni los habrá, en el corto plazo.

Terminada la visita al país del altiplano, Fernando Lugo siguió viaje, en dirección noroeste. Primero visitó al ladero “bolivariano”, Rafael Correa, en Quito, Ecuador.

Lugo, recordemos, fue alguna vez misionero en Ecuador. Por cuatro años, entre 1978 y 1982, cuando todavía estaba en el seno de la Iglesia, dedicado a la pastoral religiosa. Antes de caer en otras “tentaciones”.

Por esto la visita incluyó a la ciudad de Guaranda, en la provincia de Bolívar, donde Lugo desempeñara su ya antigua misión apostólica.

Luego almorzó opíparamente con Rafael Correa, en la ciudad de Quito. Y recibió -de la conocida izquierda universitaria que alimenta las actividades de FLACSO- un sugestivo doctorado, “honoris causae”.

De allí se desplazó rápidamente a La Meca. Quise decir, a Caracas. Para ver a Hugo Chávez, que (recién llegado de Cuba) lo invitó a mirar de cerca sus “programas sociales”, en el estado de Mérida.

Teniendo en cuenta la presencia venezolana en ese mismo capítulo en Bolivia, no sería demasiado raro que -de pronto- luego de la asunción de Lugo, los clásicos “expertos” venezolanos y cubanos aparecieran también en tierras guaraníes, para “ayudar” en el terreno a la administración de Fernando Lugo. En más de una cosa, obviamente.

Veremos como sigue esta historia. Pero si el comienzo significa algo, el “eje bolivariano” puede pronto comenzar a extenderse al espacio territorial guaraní. De a poco, como sugiere la personalidad de Lugo.

Habrá que esperar. Pero las señales están. Para quien las quiera ver. Se las puede interpretar de diversas maneras. Pero la más obvia en función de los personajes aconseja seguir de cerca lo que en más suceda y evaluar el futuro. (A través del humo que cubrirá, como es costumbre de la izquierda radical, la realidad y la verdad). Más allá de la retórica engañosa con la que seguramente se “vestirá a este santo”.

El alerta está dado. Se equivocarán solamente aquellos que quieran o prefieran ser engañados. Que los hay, los hay. © www.economiaparatodos.com.ar

Emilio Cárdenas se desempeñó como representante permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

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