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lunes 28 de julio de 2008

Payasos tristes: adolescencia y nuevas adicciones

Unas horas después, con ecos de carcajadas, acariciando todavía sus oídos, el payaso triste de la sonrisa pintada se transforma en lágrima, en pura melancolía, en corazón condenado y con sus ojos insomnes contempla arrasado apagarse una a una todas las ventanas de la noche. (*).

¿Qué conduce a nuestros adolescentes por rutas de consumos inadecuados o abusivos para encontrar la alegría y la diversión? ¿Vacío existencial? ¿Desesperanza? ¿Falta de sentido y dimensión de lo espiritual? ¿Faltan modelos de identificación?

El ocio de los jóvenes tiende a una progresiva homogeneización en las actividades (la reunión, el baile), en los lugares (la calle, el kiosco, el cíber, el boliche), en el tiempo (la noche, especialmente el fin de semana), con ámbitos tolerantes y complacientes (lejos de los adultos) y el sentido que adquiere (tomar alcohol para divertirse).

Este sistema de pasarla bien lleva asociado el abuso con otras drogas ilegales, banalizándose el consumo y fomentando fenómenos sociales como es la "previa" (ese antes de salir, el tener que estar “puesto”, estar “tocado”).

Pero no es la calle sólo el escenario de la “previa”. Muchos padres que creen adoptar medidas preventivas en beneficio de la salud de sus hijos y protegerlos de la inseguridad callejera les organizan la “previa” en los propios hogares, con cerveza, vino o fernet. Son los padres-amigos, cómplices y comprensivos en plena ignorancia e irresponsabilidad de esta peligrosa moda para divertirse.

Sobrepasarse en el consumo de alcohol todos lo fines de semana o días festivos y comenzar a depender de ese hábito comporta un tipo de abuso que puede generar dependencia y adicción en lo mediato y tragedia en lo inmediato (accidentes, peleas, homicidios, suicidios, etc). ¿“Payasos tristes” con cerebros chatarras?

Las familias y la comunidad están, en su mayoría, empeñadas a encontrar respuestas al fenómeno de las adicciones químicas como el “paco” (pasta base), “la previa fatal” del abuso alcohólico, la “potente e inofensiva” marihuana, el “recreativo” éxtasis, entre otras. Y al maridaje con las adicciones no químicas (psicosociales) que tienen fuerte marca del contexto (anorexias vinculares, comunicativas, normativas, educativas, de salud y económicas) donde también se desarrollan las bulimias adictivas, vigorexias, compras compulsivas, abusos de Internet, videojuegos, compulsión a la píldora del día después, el “viagra asistidor sexual”, entre otros.

Las adicciones están en nuestra vida cotidiana, pero si sabemos acerca de ellas, podremos prevenir y evitar deterioros cerebrales, personales, familiares y sociales. Ante la tolerancia social queremos invitar a generar un canto a la esperanza, brindar acompañamiento para ayudar a resolver situaciones problemáticas y promover el fortalecimiento de conceptos como libertad, ética, valores, co-responsabilidades, amor, imprescindibles para facilitar el crecimiento, la evolución adecuada y la mejor calidad de vida..

Estamos trabajando en las escuelas y en la comunidad para intentar brindar herramientas para padres, profesores, educadores sociales para que amplíen sus conocimientos y propicien condiciones para que se desarrollen en un ambiente de amor, confianza, reglas claras e información veraz que funcionen como un gran escudo protector (resiliencia) para el saludable y digno crecimiento de niños y adolescentes, nuestro más preciado capital social. © www.economiaparatodos.com.ar

Guillermo Fernández D’Adam es miembro del equipo de profesionales de la Fundación Proyecto Padres y docente de la Universidad del Salvador.

(*) Tomado de Tevez, Hilda y Fernández D’Adam, Guillermo, Payasos felices, Editorial GABAS, 2008.

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