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jueves 28 de agosto de 2008

Perú le ganó una pulseada importante a Bolivia

Para poder implementar su reciente Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, Perú necesitaba obtener la modificación de una obsoleta normativa de la Comunidad Andina de Naciones en materia de propiedad intelectual.

América Latina está, desde hace décadas, gravemente enferma de retórica. Mientras sus habitantes proclaman fácilmente “ser hermanos”, las conductas de sus líderes sugieren un trato muy diferente. Un ejemplo de esto último es el largo conflicto que, por varios meses, enfrentó a Bolivia con Perú en el seno de la Comunidad Andina de Naciones.

Perú, para poder implementar su reciente Tratado de Libre Comercio con los Estados Unidos, necesitaba obtener la modificación de una obsoleta normativa de la Comunidad Andina de Naciones en materia de propiedad intelectual. Ella contenía definiciones en materia de compensación por el uso de patentes no farmacéuticas, el derecho a emplear patentes industriales en “actos preparatorios”, así como respecto de la adhesión a tratados internacionales sobre propiedad industrial.

Bolivia se opuso siempre -obstinadamente- a la modificación reglamentaria solicitada por Perú. Esta actitud no era sorpresiva. Alan García y Evo Morales han intercambiado, más de una vez, mensajes irónicos cuando no agresivos, uno respecto del otro. Evo Morales continúa alimentando el malestar social contra Alan García en la paupérrima zona peruana de Puno y, asociado -como siempre- con Hugo Chávez, financia activamente a los movimientos de izquierda de esa región que organizan constantemente protestas ruidosas contra el gobierno nacional peruano. Como si eso fuera poco, Evo Morales, cortesano dilecto de Hugo Chávez, odia enfermizamente al “libre comercio”, una de las “encarnaciones del mal”, según él. Quizás porque Hugo Chávez lo odia también. Y nada parecía causarle mayor placer a Evo Morales que bloquear tenazmente el camino de Perú para poder poner en marcha el Tratado de Libre Comercio recientemente suscripto con los Estados Unidos. Creía que esta era una manera de golpear al “imperio”.

Pese a las constantes protestas peruanas, el Canciller de Bolivia, David Choquehuanca, nunca estuvo dispuesto a permitir la reforma de la normativa comunitaria que Perú reclamaba.

No obstante, Perú -con una cuota importante de paciencia- acaba de obtener el voto mayoritario de la Comunidad Andina de Naciones que resultaba necesario para modificar la Decisión 486 sobre propiedad intelectual.

Tras dos días de conversaciones y negociaciones, la cuestión se sometió a votación. Perú se impuso por tres votos a favor (los de Colombia, Ecuador y Perú) y uno en contra, el de Bolivia. Esta fue la primera vez que se vota sin consenso en el seno de la Comunidad Andina de Naciones.

Tras la votación, el mencionado Choquehuanca anunció -despechado- que su país pedirá la “nulidad de lo actuado” ante el Tribunal Andino y exigirá la renuncia del Secretario General de la Comunidad Andina de Naciones, Freddy Ehlers, pedido que seguramente no conducirá a ninguna parte.

La táctica boliviana de dilatar el tema y negarse a considerar alternativas resultó finalmente un “boomerang”. Alimentada por su ideología, la delegación de Bolivia nunca intentó sinceramente alcanzar un consenso. Sólo bloqueó.

A partir de ahora, cada país andino tendrá la libertad de desarrollar o profundizar individualmente algunos capítulos importantes del régimen de propiedad industrial, en particular los que tienen que ver con las marcas y patentes.

Lo decidido en el seno de la Comunidad Andina de Naciones permitirá a Perú no solo implementar su acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos, sino avanzar en las negociaciones con la Unión Europea que tiene en marcha.

Los ánimos quedaron caldeados y Bolivia desairada en su frustración. La victoria diplomática peruana es tan inocultable como la torpeza boliviana, hija de una necedad presuntamente nacionalista.

El canciller boliviano adelantó a los medios que su presidente, Evo Morales, le “pedirá explicaciones” a su par ecuatoriano, Rafael Correa.

Queda claro que dentro del extraño “eje bolivariano” de naciones no todos son coincidencias. Hay también desacuerdos y presuntas traiciones. Gracias a ellas, quizás, Perú alcanzó su objetivo de modernizar sus normas nacionales en materia de propiedad industrial y avanzar con su economía abierta (que crece aceleradamente) en dirección al libre comercio.

Las relaciones entre Bolivia y Perú (históricamente buenas) siguen -por el momento- tensas. Lo sucedido recuerda aquello de que “las pequeñeces matan los grandes amores”.

Para Perú, después de seis largos meses de pantanos y frustraciones, el nudo que lo aprisionaba finalmente se deshizo y pudo lograr su objetivo, aunque no sin una dosis de paciencia y eficacia diplomática. © www.economiaparatodos.com.ar

Emilio Cárdenas se desempeñó como representante permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

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