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jueves 23 de diciembre de 2004

Peronismo: ¿víctima o victimario?

Suele repetirse que sólo el peronismo está capacitado para ejercer el poder y para mantener la gobernabilidad en el país. Sin embargo, pareciera ser que son, justamente, sus prácticas políticas –demagogia, corrupción, pésima administración económica, entre otras– las que hacen ingobernable a la Argentina.

Tres años atrás, Fernando De la Rúa caía por un golpe de Estado organizado en la provincia de Buenos Aires. Era bastante obvio que un gobierno como el de De la Rúa, que era un engendro ideológico organizado por Raúl Alfonsín, tenía que terminar mal.

La mezcla de ideologías y la incapacidad de De la Rúa para liderar políticas de Estado que generaran confianza fueron dos ingredientes lo suficientemente potentes como para lanzar a nuestro país a la parálisis. Sólo basta recordar que el temor de De la Rúa para respaldar la gestión de Ricardo López Murphy, que en su breve paso por el ministerio de Economía propuso un recorte de gastos de $ 2.500 millones, lo llevó a tener que hacer recortes de jubilaciones y sueldos del Estado que, bajo la batuta de Domingo Cavallo, fueron insuficientes para recuperar la confianza de los agentes económicos. La falta de capacidad para entender el problema económico lo llevó a rechazar la propuesta de López Murphy para, más adelante, tener que adoptar medidas más duras con Cavallo como ministro. El corralito fue la gota que rebasó el vaso. Pero los saqueos de los supermercados y las puebladas del 19 y 20 de diciembre no fueron porque la gente tuvo un ataque de hambre, fue algo totalmente orquestado por una mano invisible (que no fue justamente la de Adam Smith) que manejó lo hilos como para que el peronismo pudiera llegar al poder.

Viendo todo lo sucedido a fines de 2001, uno puede llegar a la conclusión de que la ineptitud del gobierno de De la Rúa fue la excusa ideal para que el peronismo tomara el poder e hiciera el desastre que hizo, primero con Adolfo Rodríguez Saá, luego con Eduardo Duhalde y ahora con Néstor Kirchner. Dicho en otras palabras, si el gobierno de De la Rúa fue una pesadilla, lo que vino después fue y es propio de una película de terror.

Hay dos temas que me mueven a la reflexión sobre el peronismo. El primero consiste en la aparición del peronismo como una víctima de la persecución y de los golpes de Estado. El segundo se refiere a la supuesta ingobernabilidad sin el peronismo en el poder. Veamos el primer tema.

Los peronistas suelen afirmar que ellos siempre fueron perseguidos, proscriptos y volteados por golpes de Estado. La realidad es que Juan Domingo Perón participó del golpe de Estado del que luego fue ministro. La aparición de Perón a la vida política es fruto de su accionar como conspirador golpista. Luego, una vez elegido presidente, no dejó de perseguir a sus adversarios políticos, anular la libertad de expresión (recordar la clausura del diario La Prensa, entre otras barbaridades) y mil tropelías más. Por otro lado, desde el poder incitó a la violencia en sus famosos discursos desde el balcón, mientras no se privaba de hacer fraude para ganar las elecciones. Perón fue un déspota de la peor calaña y fue derrocado porque generó la ira de la gente que quería vivir en libertad. De manera que, si de persecuciones y falta de libertades cívicas se trata, el peronismo siempre se ha llevado todos los premios cuando ha estado en el poder. Es más, en la tercera presidencia de Perón, la violencia fue un hecho cotidiano. Y, como lo he señalado en otras oportunidades, la represión ilegal comenzó con la Triple A, un invento de Perón que dirigió José López Rega, luego de que Perón utilizara a las bandas de terroristas en beneficio propio. Cuando ya no le sirvieron y los terroristas quisieron coparle el poder, se enfrentaron a sangre y fuego.

De la Rúa no solo cayó por su ineptitud para gobernar sino que el peronismo aprovechó la volada para voltearlo y, trabajando al servicio de algunos grupos empresarios y medios de comunicación, llevar a cabo la más impresionante estafa a la población que pueda idearse.

Es bueno recordar las palabras de Duhalde, hace apenas 3 años, cuando asumió como presidente y anunció la devaluación. Dijo Duhalde: “A los afectados por el corralito les digo que el Estado no permitirá que sean víctimas del sistema financiero. Van a ser respetadas las monedas en que se hicieron originariamente sus depósitos. El que depositó dólares, recibirá dólares; el que depósito pesos, pesos”.

Esto lo dijo Duhalde hace menos de 3 años y, sin embargo, hoy disfruta de un cargo público, domina parte de la política argentina y, encima, aparece como un estadista.

Por eso, voy al segundo punto. ¿Es que sin el peronismo el país es ingobernable o, por el contrario, es justamente a causa del peronismo que el país está fuera de control?

Mi impresión es que el país está sumergido en la miseria en gran medida porque el peronismo, que no conoce de respeto a las libertades cívicas, es un pésimo administrador desde el punto de vista económico. La demagogia, la compra de votos y de los medios de comunicación y el uso de la fuerza para imponer sus caprichos, más la utilización de medios políticos corruptos, hacen ingobernable el país.

Por supuesto que por el lado de la oposición no hay nada y pareciera ser un imposible lograr aglutinar a una fuerza política de centroderecha que tenga reales posibilidades de ganar las elecciones. Pero suponiendo que se lograra armar esa fuerza política, ¿la dejaría el peronismo gobernar en paz? ¿Cuántas huelgas, saqueos y manifestaciones violentas organizaría para desestabilizar a cualquiera que gobernara que no sea peronista? Si hasta entre ellos mismos se persiguen y voltean. ¿Acaso Menem no es perseguido y demonizado por una parte del peronismo? ¿Acaso a Rodríguez Saá no lo voltearon ellos mismos por no querer devaluar? ¿Acaso en la década del 70 no se agarraron a tiros entre el ala fascista del peronismo y el ala de izquierda? ¿No fueron peronistas contra peronistas los que se tirotearon y mataron en Ezeiza cuando Perón llegaba de España? ¿No fue Menem el que hizo lo imposible para que Duhalde no ganara las elecciones y después no fue Duhalde el que hizo lo imposible para que no ganara Menem, haciéndonos el chiste de mal gusto de lograr que Kirchner llegara a ser presidente?

Desde mi punto de vista, el país está en profunda decadencia por causa del peronismo, sin excluir de la responsabilidad de nuestra ruina a gobiernos militares y radicales que quisieron hacer peronismo sin Perón. El populismo, la demagogia y el falso nacionalismo también estuvieron presentes en el gobierno de Onganía, del Proceso y en los gobiernos radicales.

Pero lo que me parece que hay que dejar en claro es que el país no es ingobernable sin el peronismo. Desde mi punto de vista, el peronismo ha transformado a la Argentina en un país sin rumbo. © www.economiaparatodos.com.ar

 
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