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jueves 21 de octubre de 2004

Perú, Colombia y Ecuador avanzan en dirección a un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos

La Comunidad Andina se encuentra adelantada en sus negociaciones para sellar acuerdos comerciales con Estados Unidos, hecho que se si concreta determinaría una división de Latinoamérica debido a la insistencia del MERCOSUR en privilegiar un acuerdo con Europa, posibilidad que hasta ahora no ha avanzado significativamente.

Mientras los países del MERCOSUR privilegiaron –sin éxito– la posibilidad de alcanzar un acuerdo de libre comercio con la Unión Europea (especulando quizás con que lograrían doblegar su actitud proteccionista en el sector agrícola), Perú está, en cambio, empujando en dirección a celebrar un acuerdo de libre comercio con los Estados Unidos.

Alejandro Toledo –cuya popularidad está por el suelo, cercenada por los episodios de corrupción que han estado apareciendo en su derredor– alienta la esperanza de lograrlo mientras, en su carácter de presidente de la Comunidad Andina, procura seducir a Colombia y Ecuador a que lo acompañen, de manera de celebrar oportunamente –en conjunto– ese crucial acuerdo comercial.

La mira está puesta en hacerlo durante el próximo mes de enero. Ya se han completado cuatro ruedas de intensas negociaciones técnicas, la última de las cuales tuvo lugar en Puerto Rico. Y el propio Toledo parece empeñado personalmente en estos esfuerzos, por lo que ha visitado Washington para acelerar la marcha de las negociaciones. Como es obvio, las decisiones políticas están sujetas a las resultas de la contienda electoral norteamericana que se avecina.

La economía peruana ha estado creciendo al compás del ciclo de precios altos de las materias primas. Pero la fase positiva de ese ciclo puede estar agotándose. De allí la importancia del acuerdo comercial que persigue Toledo, que apunta a conseguir mercados para algunos productos tradicionales del Perú, como son los textiles y especialmente los que utilizan el algodón, que sufren una dura competencia de parte de China y México. Así como para algunas de sus mejores, y mas lucrativas, exportaciones agrícolas, como las de limones, espárragos y mangos.

Curiosamente, mientras la suerte política de Toledo parece sellada, la economía peruana, bien conducida, crece a un ritmo del 6% anual. Y la inversión extranjera sigue llegando en volúmenes que, desde que Toledo llegara al poder, se han duplicado. Toda una contradicción quizás. Pero esta es la realidad.

Si Toledo tuviera éxito en su empeño de celebrar el acuerdo de libre comercio que persigue, la realidad resultante sería la de una región dividida comercialmente. Mientras el este de ella mira, sin suerte, a Europa, el oeste está concretando sus acuerdos, uno a uno, con los Estados Unidos.

La sensación es la de una posible postergación relativa para aquellos que, en este mundo tan competitivo, no consigan superar la retórica con hechos que –liberando los obstáculos al intercambio– impulsen la actividad económica. © www.economiaparatodos.com.ar



Emilio Cárdenas es ex Representante Permanente de la Argentina ante las Naciones Unidas.




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