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martes 22 de mayo de 2012

Pese al apuro del BCRA por el alzar el dólar oficial se abre la brecha con el paralelo

La tasa de devaluación anualizada, que el presupuesto estimó en 8%, al ritmo actual ya supera el 13,5%.

La brecha abierta entre el valor, cada vez más testimonial para miles de argentinos, del dólar oficial y el del paralelo se amplió ayer algunos puntos más: abandonó el rango del 25% en que parecía haberse asentado durante la semana pasada para deslizarse al 27,5 por ciento.
Fue tras una jornada en la que el peso se devaluó 1,5% en el mercado informal frente al dólar (subió de $ 5,62 a $ 5,71 para la venta en esta clase de operaciones) e hizo lo propio, aunque a un ritmo 10 veces más lento, en la plaza formal mayorista, donde subió de $ 4,4590 a $ 4,4650, sólo por impulso de las compras del Banco Central (BCRA), que ayer alcanzaron los US$ 110 millones, con lo que acumula más de 1100 millones adquiridos en el mes.

El dato muestra que ambos segmentos de mercado se manejan con la misma tendencia. Así, en todo caso, la reaparecida tensión cambiaria es el resultado de la velocidad que el mercado (en el segmento paralelo) y el Gobierno, en el oficial, quieren imprimirle al evidente proceso de depreciación del peso.

Por lo pronto, el BCRA viene aumentando el ritmo de devaluación del peso en las últimas semanas. Ya se alejó el rango del 8% fijado en el presupuesto y archivó el objetivo de un promedio de $ 4,40 para el billete en el año. Desde hace tres semanas hace todo lo necesario para que el precio minorista del dólar, que había subido apenas 7 centavos en el primer trimestre del año, ya escale 5 centavos en lo que va de mayo (+1,1%), mes en que se comenzó ofreciendo en pantallas de las agencias del microcentro porteño a $ 4,43, mientras que ahora no baja de $ 4,48. De hecho, cuando está por cerrar cada jornada cambiaria los operadores describen que es habitual ver al Central barrer con todas las ofertas existentes, convalidando precios que aseguren un deslizamiento de medio centavo promedio por día en el tipo de cambio mayorista.

Los analistas sostienen que el cambio de conducta del BCRA fue gatillado por la decisión de Brasil de dejar atrás la sostenida revalorización del real.El principal socio comercial argentino viene propiciando un agresivo deslizamiento cambiario, combinado con un escalonado descenso en su tasa de interés de referencia. Ese cóctel logró que el dólar quiebre en ese mercado la barrera psicológica de los 2 reales (ayer tocó 2,045) y el real retroceda a niveles que no mostraba desde hacía tres años. Así, queda a la vista que el BCRA hace equilibrio para tratar de no quedar alejado de la tasa de devaluación de una moneda que explica más del 30% de la menguada competitividad del tipo de cambio real argentino.
Pero en la carrera con el paralelo, corre de atrás y se apoya en la estrategia represiva a la que apeló el Gobierno, lo que, a juicio de algunos analistas, no hace más que alimentar un círculo vicioso.

Uno por escalera, otro por ascensor

"Los embates policíacos contra cuevas y arbolitos restringieron aún más la magra oferta en el mercado paralelo y son uno de los factores que estimulan la escalada del dólar blue. La proliferación de controles eleva la ansiedad financiera, aumenta la vocación del público por dolarizarse y el ciclo se cierra con una demanda exacerbada que obliga al Gobierno a redoblar las medidas represivas", sostuvo el consultor Federico Muñoz, en un informe en el que advirtió que la torpe estrategia oficial "sembró un grado de incertidumbre tal que amenaza con paralizar la actividad económica".

En la consultora Ledesma & Asociados creen que el nuevo episodio de tensión cambiaria (que tiene también su correlato en una renacida salida de depósitos en dólares de los bancos) tiene el mismo punto de partida del anterior. "Los agentes perciben que la oferta de divisas es insuficiente para satisfacer a la demanda al precio actual y reaccionan en consecuencia, acelerando el proceso de ajuste", describen.

Y reparan en una paradoja: el valor extra que las trabas en el mercado cambiario les dieron a los bonos de la deuda que se pagan en dólares, ya sea porque son los que aseguran un acceso futuro al billete o porque permiten fugar divisas del país al suscribirse localmente en pesos y liquidarse en el exterior en dólares.

"La estrella de este proceso es el Boden 2012, aquel bono que recibieron los ahorristas que quedaron presos del corralón y que es parte de una lucrativa operación especulativa orientada a eludir el nuevo corralón cambiario, y es también uno de los argumentos esgrimidos por el Gobierno para justificar los mayores controles porque hay que pagar en agosto su última cuota." Esto explica que el bono siga siendo muy demandado aun cuando ofrece tasas de rendimiento negativas que superan el 50% anual.