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jueves 25 de agosto de 2005

Posible traslado de Héctor Timerman al consulado de Roma

En virtud del fracaso de su “misión” en los Estados Unidos, el actual cónsul argentino en Nueva York estaría buscando ser enviado a Roma como embajador.

Ha quedado meridianamente claro que el insólito cometido político, de corte típicamente autoritario, asignado en su momento por los Kirchner al cónsul argentino, Héctor Timerman, en Nueva York, ha terminado en uno de los más estrepitosos fracasos de nuestra historia diplomática.

Su “misión” principal, por la que la nuestra ambiciosa “Primera Dama” lo impulsara al “estrellato diplomático”, era la de “controlar a los medios norteamericanos de comunicación masiva”, asegurando -de un modo u otro- que ninguno de ellos transmitiera una imagen “negativa” de la República Argentina. Este cometido se estrelló -es obvio- contra la valiente Mary O’Grady.

Esta notable periodista provocó una imponente “quitada de antifaz”, verdaderamente fenomenal, que dejó al gobierno nacional con una imagen absolutamente pésima. Así venció ampliamente (por K.O.) en la “polémica” que mantuviera con nuestro lamentable canciller. No fue difícil, porque a éste no se le ocurrió nada mejor que acusarla de “defender el derecho de propiedad”, en el que O’Grady ciertamente cree y Bielsa, por su ideología de izquierda, naturalmente descree.

El argumento de nuestro canciller hubiera, quizás, sido válido durante la época soviética, y para su público y “compañeros de ruta”, que Bielsa parece añorar. Pero no para los Estados Unidos de hoy. El impacto fue absolutamente el contrario al esperado.

Ante los ojos del público americano, la polémica de Bielsa con O’Grady resultó todo un boomerang para nuestro canciller, que -destacamos- debió salir a la palestra ante el evidente “pase” de torero que, sobre el tema, le hizo el “vivo” de Timerman, que quedó más o menos fuera del desastre por él mismo provocado.

El resultado de este “diálogo” no pudo ser peor para la Argentina. No sólo consolidó la imagen de un canciller al tanto los kelpers como los uruguayos llaman “prepotente”. Bielsa se enroló, solito, entre aquellos países que, por detestar al derecho de propiedad, califican como socialistas, no moderados, sino duros. Aquí, quienes conocemos sus antecedentes, lo sabíamos. Allí no. Pero ahora, sí.

Toda una serie de cartas de lectores en el medio norteamericano -incluyendo la de algún ex ejecutivo norteamericano que en la infame década de los 70 viviera en nuestro país-, en las que se describía las amenazas y acciones violentas de los terroristas montoneros (cuando, claro está, ellos no eran -como ahora- gobierno), enterró la imagen argentina. A pesar de una “cartita” anodina, casi tonta, que también fuera enviada al diario en cuestión por nuestro oscuro embajador ante la ONU, quien se esmeró en notificar a los yanquis que preside el comité que se ocupa de Bin Laden. Ante esto seguramente algún norteamericano se percató por qué el líder fundamentalista aún no sido capturado y sigue haciendo de las suyas: estamos en manos de Mayoral cuando de vencer a Al Qaeda se trata. ¡Todo un susto!

Desde hace rato, Timerman, se dice, quiere “subir”. O sea, reemplazar a Bordón o al propio Mayoral. Pero ambos son también “amigos” de sus “amigos”. Y lo del “Chacho” no parece tener mucho futuro.

Por esto, Timerman -muy desacreditado en los Estados Unidos- miraría ahora hacia Roma, indignado por haber leído en el Corriere della Sera del 2 de agosto pasado una nota en la conocida sección denominada Focus, en la que el influyente medio itálico se ríe abiertamente de la Argentina cuando da cuenta de que nuestro delegado en el Directorio del FMI (Fondo Monetario Internacional) se escandalizó por el nivel del déficit fiscal italiano y sostuvo que eso no era permisible, luego de lo cual el diario peninsular concluye que la curiosa explosión condenatoria argentina realmente no preocupa a nadie, al decir: “Ma all’Argentina non sembra cheiderlo piu nessuno”. Es así.

Reitero, es cierto, nadie nos cree. Y para Timerman esto es “incomprensible”. En parte no nos creen por el “trabajo” al que él se dedica.

De allí que piense en el “traslado” al rango superior, para vivir como embajador, a sus enteras anchas, en la deliciosa Roma, con su millonaria esposa y algo menos de “visibilidad”. Allí seguramente hará alguna otra operación de promoción personal haciendo que, como en Nueva York, los medios romanos le aplaudan por haber escrito algún otro “librito” con consejos para los argentinos residentes, copiando y poniendo al día algún trabajo conocido anterior. Sin decirlo, naturalmente. Porque se trata del viejo juego de “vestirse con hábitos de otros”. En silencio, por supuesto.

Una nueva “intriga diplomática” podría de pronto estar, según queda visto, abriéndose. Timerman es todo un lujo. © www.economiaparatodos.com.ar




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