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martes 29 de enero de 2019

Qué podemos hacer los liberales en octubre ante el continuemos de Cambiemos

Qué podemos hacer los liberales en octubre ante el continuemos de Cambiemos

Apostar a una candidatura presidencial luce un esfuerzo inútil

Cambiemos ha generado una gran desilusión en buena parte de sus votantes, en particular los de centro derecha y liberales. Si bien muchos liberales se sienten defraudados por Cambiemos, la realidad es que muchos lo votamos para frenar al kirchnerismo sabiendo que Cambiemos no era una coalición liberal, aunque tampoco imaginamos tanta torpeza en materia de política económica. Es más, Cambiemos nunca tuvo entre sus primeras espadas a algún liberal ni lo quiso tener. El rechazo al liberalismo es tan grande que algún legislador nos llama liberalotes y otros funcionarios nos dicen plateístas, significando que somos gente que criticamos desde la platea pero no entramos a la cancha a jugar como ellos. Siempre el argumento es que es fácil criticar desde afuera y otra cosa es estar dentro de la cancha lidiando con la realidad, y si no les gusta, dicen, armen un partido político y ganen las elecciones. El mismo argumento que usaba Cristina Fernández.

En lo personal debo reconocer que he tenido buena relación con diferentes funcionarios del área de economía, y tal vez se deba a la forma que utilizo para marcar mis diferencias. Hay algunos “libertarios” que utilizan el insulto permanente como todo argumento sobre lo que no les gusta. Insultar de la forma más guaranga se ha puesto de moda entre “libertarios” que tienen más que ver con el fascismo que con las ideas liberales. Yo lo hice alguna vez en las redes y me di cuenta de lo errado que estaba en utilizar el insulto como forma de argumento.

¿Por qué digo que tienen que ver con el fascismo este movimiento “liberatario”? Porque basta ver en las redes sociales como no solo insultan sino que, además, le rinden culto a su líder, casi al nivel de adoración, de la misma manera que hacían los seguidores de Musssolini, Hitler, Chávez, Cristina Fernández, Néstor Kirchner o Perón. Se arrodillan ante su líder e insultan a cualquiera que ose contrariar a su ídolo, ante el cual se babean cuando emite algún insulto para descalificar al que opina diferente. De manera que ese nuevo movimiento tiene poco que ver con el liberalismo y mucho con el fascismo y produce rechazo en gente que podría votar listas liberales. Esas formas restan más que suman a la hora de captar el apoyo de la gente. Formulada la aclaración vayamos al punto de esta nota.

¿Qué pueden hacer los liberales de cara a las próximas elecciones para intentar cambiar el país? Es obvio que muchos liberales y gente de centro derecha están desilusionadas con Macri, pero al mismo tiempo tienen miedo a la vuelta del kirchnerismo.

Apostar a una candidatura presidencial luce un esfuerzo inútil. No solo se necesita mucho dinero para una campaña presidencial, sino que hay que fiscalizar miles de mesas a lo largo del país y para ello se necesita una cantidad de fiscales que no se van a conseguir. Estamos hablando de casi 95.000 mesas en todo el país que hay que fiscalizar. Conseguir esa legión de fiscales y tener la logística para llevar boletas, viandas, comunicaciones y demás luce como toda un operación de logística tipo el día D.

Por otro lado, ante el miedo a la vuelta al kirchnerismo, es probable que una boleta con candidato a presidente liberal no sea votada y no permita que el liberalismo pueda ingresar diputados, senadores o legisladores en los municipios. Si a esto le sumamos los insultos que lanzan algunos grupos desde ese sector, el rechazo a votar a listas liberales aumenta por culpa de ese comportamiento agresivo e intolerante.

En mi opinión, la mejor estrategia, dadas las circunstancias, es tener candidatos a diputados con boleta corta en diferente distritos, es decir sin candidato a presidente, y con candidatos a senadores, diputados, intendentes y legisladores porque la gente va a terminar votando a Macri como presidente para frenar al kirchnerismo y optando por legisladores liberales para ocupar cargos legislativos por el desencanto que produce Cambiemos. Es la mejor manera de ir construyendo una opción liberal que vaya teniendo fuerza en el Congreso. Esos legisladores liberales van a tener fuerza porque el voto va a estar tan atomizado en el Congreso, que seguramente el oficialismo va a necesitar del voto liberal para poder sancionar leyes. Además, el inicio de una fuerza liberal en el Congreso asegura que el kirchnerismo no haga de las suyas y Cambiemos no tenga obstáculos salvo cuando se lanza con sus proyectos progres que empobrecen a la Argentina y destruyen la cultura del esfuerzo y del trabajo. Ejemplo, Carrió quiere que haya una ley de cupo para ocupar cargos de jueces. Una vez más el progresismo apelando al género para ocupar cargos públicos en vez de apelar al mérito. A eso tiene que frenar o por lo menos oponerse una fuerza liberal.

Si en varios distritos se conforman listas cortas de candidatos liberales, se podría armar una fuerza en el Congreso que se engrosaría en 2021 y en 2023 tener una base firme para desde la presidencia poder tener un apoyo parlamentario.

Mi impresión es que es más factible que la gente vote una lista corta de legisladores liberales por desencanto con Cambiemos y a Macri como presidente para frenar al kirchnerismo, que la opción de que un candidato a presidente liberal arrastre votos para puestos legislativos. En vez de actuar como locomotora, va a actuar como freno de mano. Obviamente en mi punto de vista.

En síntesis, creo que si los liberales queremos hacer algo para empezar a cambiar el país el campo de la política, lo mejor es apostar a listas cortas e ir construyendo una fuerza legislativa que le de sustento a un futuro presidente liberal, frenando, en el mientras tanto, las locuras k y el progresismo de Cambiemos.