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jueves 16 de noviembre de 2006

¿Quién será el próximo presidente de los Estados Unidos?

Con los resultados de las elecciones intermedias sobre la mesa, demócratas y republicanos comienzan a presentar sus posibles candidatos. Son varios los que ya se han anotada en la carrera hacia las primarias.

Con las recientes elecciones intermedias norteamericanas atrás y teniendo en cuenta la contundente derrota sufrida en ellas por el Partido Republicano a manos de sus tradicionales rivales, los demócratas, cabe empezar a preguntarse por las elecciones presidenciales del país del norte, programadas para 2008.

Es algo temprano aún para aventurar pronósticos precisos, quizás, pero ciertamente no para empezar a especular respecto de cómo comienza a conformarse la “grilla de largada”.

Tan es así, que ya hay un candidato “oficial” que ha hecho pública su intención de competir por la presidencia de su país: me refiero a Tom Vilsack, el gobernador del estado de Iowa. Para no aparecer lento, seguramente, Vilsack proclamó abiertamente su candidatura –por el Partido Demócrata– cuando apenas habían transcurrido 48 horas de concluidas las referidas elecciones intermedias. Por ahora se trata de una candidatura que luce solitaria, pero no pasará mucho tiempo antes de que le aparezcan competidores a ambos lados del espectro político.

Como es obvio, los demócratas están ahora (justificadamente) llenos de ilusión de poder regresar al poder federal luego de años de “dormir afuera”.

Su candidata más obvia es Hillary Clinton, entonada seguramente por su amplio triunfo en el estado de Nueva York. Sin embargo, su campaña no será, para nada, fácil. Por tres motivos: primero, porque aún no ha llegado nunca una mujer a la Casa Blanca; segundo, porque Hillary tiene algunos “bolsones” fuertes de oposición, esto es conjuga una importante imagen positiva con un alto índice de “imagen negativa”; y, tercero, porque deberá competir, seguramente, con el primer político negro que comparte su ambición presidencial: el senador por Illinois, Barak Obama, cuyo ascenso en el escenario político ha sido –hasta ahora– no sólo impecable, sino realmente meteórico.

Hillary deberá además competir con algunos otros candidatos que tratarán de llegar a la presidencia desde el trampolín de los demócratas: John Edwards, por ejemplo, el joven y carismático candidato a la vicepresidencia en 2004; o Russell Feingold, el senador por Wisconsin, ambos con una fuerte posición en contra de la guerra en Irak, no compartida por la señora Clinton, que ha evitado hasta ahora pronunciamientos extremos.

A ello se agrega la incógnita de Al Gore, que amaga, pero no consuma. Y, por qué no, hasta del propio (y aburrido) John Kerry, si es que consigue dejar de hacer “gaffes” políticas.

Del lado de los republicanos la cosa tampoco está demasiado clara. Aunque hay distintos “aprontes”.

El candidato más notorio es el senador John McCain, cuya moderación y coraje al tiempo de procurar asegurar el respeto por los derechos humanos y de mantener incólumes las tradicionales libertades civiles y políticas norteamericanas lo han presumiblemente preservado del rechazo generalizado al presidente George W. Bush expresado recientemente en las urnas. Su posición a favor de la invasión de Irak, aunque moderada, puede resultarle una dificultad futura, que podría disolverse, sin embargo, si el gobierno de los Estados Unidos decide cómo retirarse –sustancialmente– de Irak antes de las próximas elecciones presidenciales.

Junto a él se preparan el ex gobernador del estado de Massachussets, Mitt Romney, un fotogénico candidato que carga con una “mochila” a veces complicada, la de ser “mormón”, que algunos seguramente resistirán; Rudy Giuliani, el popular y querido ex intendente de Nueva York, de gran carisma y popularidad; el eficiente senador Bill Frist, de Tennessee; y Sam Brownback, el joven senador de Kansas, de notable oratoria y poseedor de una interesante popularidad, especialmente entre aquellos que profesan una alta religiosidad cristiana, en general.

Las apuestas hoy se inclinan por, luego del proceso de selección de cada partido, pronosticar un enfrentamiento final entre Hillary Clinton y John McCain. Pero nada está dicho, el camino será –como siempre– duro y las “primarias” seguramente peleadas. La posible gran aventura de sus vidas políticas parece haber comenzado, para ambos. © www.economiaparatodos.com.ar

Emilio Cárdenas se desempeñó como representante permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas (ONU).

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