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sábado 24 de enero de 2015

Sobre revocatorias populares

Sobre revocatorias populares

¿Con qué parámetro mide Cristina Fernández para decir cuántas personas tiene que haber en la calle para definirlas como una revocatoria popular?

La propuesta de adelantar las elecciones no es nueva, hace rato que vengo sosteniendo que CF debería renunciar, algo que está perfectamente previsto en la Constitución Nacional. Un presidente puede no terminar su mandato por diferentes razones y eso no significa que sea golpismo o haya una conspiración. Por el contrario, que un presidente renuncie y se sigan los canales institucionales para su reemplazo, habla muy bien de la organización institucional de ese país.

Ahora, lo curioso es que los que saltaron como leche hervida son parte de los que le hicieron la vida imposible a De la Rúa para voltearlo en 2001. La misma CF decía en un programa de televisión el día que renunciaba De la Rúa que la revocatoria popular del día anterior había sido tan fuerte que el PJ no podía salvar a De la Rúa de su caída y evitar su renuncia. Formular semejante afirmación, ¿acaso no es golpismo en términos de los k? ¿Qué es una revocatoria popular para CF?

Justamente, el kirchnerismo, que es tan proclive a desarrollar teorías conspirativas, ¿nos va a venir a contar que en el 2001 no hubo zonas liberadas en la provincia de Buenos Aires para que se produjeran los saqueos? La única movilización espontánea que, a mi entender, hubo en el 2001, fue el día que se estableció el corralito. El resto no tuvieron nada de espontáneas y mucho de impulsadas por una mano negra. Es más, unos días antes, uno de los intendentes del conurbano bonaerense decía, en una entrevista en un diario, que si le sacaban la gente a la calle a De la Rúa lo volteaban. Finalmente así ocurrió.

Así como Cristina Fernández hablaba de revocatoria popular el día de la renuncia de De la Rúa, podría decirse que las marchas del 8N que, como mínimo, puso el 5% de la población en la calle, mucha más gente que en el 2001, o el lunes 19 de enero pasado con una marcha espontánea en varios puntos del país en plena época de veraneo, también fue una revocatoria popular.

¿Con qué parámetro científico mide Cristina Fernández para decir cuántas personas tiene que haber en la calle para definirla como una revocatoria popular? ¿O si se lo hacen a otros está bien y si se lo hacen a ellos es golpismo?

Lo primero a resaltar es que el voto es solo una forma pacífica de transferir el poder por el cual una persona es elegida para tener el monopolio de la fuerza para administrar la cosa pública. Ahora bien, ese monopolio de la fuerza no es para hacer cualquier cosa sino para que en caso de diferendos resueltos por un juez, la sentencia del juez no quede en una abstracción sino que disponga de la fuerza pública para aplicar la sanción. Si el monopolio de la fuerza se utiliza para violar los derechos de las personas, entonces, ese gobierno elegido por el voto pierde legitimidad.

En la década del 70, la izquierda se había propuesto tomar el poder por medio de la fuerza, no  para liberar a la gente de una dictadura, sino para establecer una dictadura al estilo de Fidel Castro. Basta con recordar que, a diferencia del relato oficial, la represión del terrorismo no comenzó el 24 de marzo de 1976 sino que ya venía de la época de Juan Domingo Perón cuando les advirtió a los “jóvenes idealistas” que acataban a su gobierno por las buenas o por las malas. Recordemos que Perón quería reponer la ley antiterrorista y también recordemos que Perón primero respaldó al terrorismo y luego, cuando vio que le querían copar el gobierno, los combatió. Digamos que se traicionaron mutuamente.

Desacreditada la lucha armada para tomar el poder, ahora recurren al voto. Por eso los k siempre hablan de los votos. Si quieren tal cosa, hagan un partido político y ganen las elecciones. ¿Por qué dicen esa barbaridad continuamente? Porque es la forma de justificar su autoritarismo. La línea de argumentación de ellos es, si tengo más votos tengo el poder absoluto y si cumplo con ciertas formalidades de un sistema republicano puedo considerar que la gente me dio un cheque en blanco para actuar. Es como si estuviésemos eligiendo a nuestros propios dictadores.

Lo he dicho un y mil veces. Primero está el límite de lo que puede hacer el gobierno con el monopolio de la fuerza que le delegamos y luego la forma en que se elige a los administradores. Dicho de otra manera, la forma de elegir al que administrará un país es menos importante que la forma en que se gobierna. ¿Qué legalidad tiene violar los derechos individuales escudándose en la mayor cantidad de votos?

Ahora bien, la traición a la democracia republicana tiene su origen en el falso estado de bienestar por el cual los políticos, que dicen tener el monopolio de la solidaridad, pueden usar el monopolio de la fuerza para quitarle el fruto del trabajo a unos, para dárselo a otros y así ganar más votos. En la medida en que puedan usar el monopolio de la fuerza para confiscar riqueza en nombre de la justicia social, buscarán explotar a los sectores más productivos de la sociedad para financiar populismo entre los sectores más amplios de la sociedad. Una especie de esclavitud moderna, de la cual no se sale tan fácilmente, porque los beneficiados de la expoliación ajena van a seguir dándole el voto al populista de turno que quiere quedarse indefinidamente en el poder. Pero al mismo tiempo, quienes son más productivos se cansan de ser expoliados y dejan de producir, mudan sus empresas a países con mejor calidad institucional y, por lo tanto,  el saqueo “legalizado” se encuentra con que cada vez tienen menos para saquear y conformar a sus votantes. Los ejemplos más categóricos al respecto son la Venezuela chavista y la Argentina K. Ambos gobiernos populistas y autoritarios usaron, uno el petróleo y el otro la soja para financiar su populismo. Sin precios excepcionales de esos commodities se cae el populismo, esos gobiernos entran en crisis y se ponen más violentos y agresivos ante el descontento popular.

Por eso estos regímenes populistas tienen tendencia autoritaria y suelen terminar con agresiones físicas. Se pasa de las descalificaciones verbales a la agresión personal cuando llega el momento de la desesperación. En consecuencia, cuando uno ve que se avanza en ese camino de ataque a la libertad, tiene que anticiparse y tener conciencia que si no denuncia el desvío institucional, se termina en una crisis mucho peor en la cual ya no se pierde riqueza material. Se pierden vidas.

Llegado un punto del populismo, ya la cosa se pone tan grave que la oposición no puede estar en manos de especuladores o tibios. Se necesita coraje. Valentía y decisión para encarar al autoritario.

Pregunta para terminar esta nota. ¿Cuántos políticos de la oposición se pusieron al frente y convocaron a las marchas que se hicieron el lunes pasado cuando se conoció la muerte de Nisman? Fue la gente, la que en forma espontánea y con convicción, en pleno enero de vacaciones, salió a la calle a protestar a enfrentar al gobierno mientras la oposición se quedaba como siempre comentando de lo que ocurría.

Lamentable que sigamos teniendo políticos que especulan con los votos y son tibios ante un ataque tan despiadado a nuestra forma de vida como es la del populismo autoritario k.