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lunes 22 de diciembre de 2008

Sueños y proyectos van de la mano

Sin un objetivo futuro, el ser humano se enferma y pierde el horizonte. Como padres, debemos mostrarles a nuestros hijos la importancia de una meta.

“Sostener los sueños en el tiempo y creer que es posible una comunidad en donde podamos aportar nuestros proyectos en pos del único objetivo que tenemos los padres: intentar que nuestros hijos puedan crecer felices y esperanzados, sonriéndole al futuro y convencidos que les espera una vida mejor que la presente.” Newsletter de la Fundación Proyecto Padres, febrero 2007.

Rescato la palabra “proyecto” que forma parte del nombre de nuestra institución. Se utiliza en ámbitos comerciales, en discursos políticos, y muchas veces es sinónimo de promesas que vienen con el sello de “no cumplidas”. Sin embargo, en el ámbito de la planificación escolar y empresarial, los proyectos son el modo de presentación de aquello que se quiere lograr. Un sueño a cumplir.

Incluso en las familias, mucho de lo que realizamos, aunque no los llamemos proyectos, lo son: la idea de irnos de vacaciones, de efectuar una salida, organizar los fines de semana. Son fines, metas, la solución a un problema. Se acompañan de tareas, acciones, a través de las cuales alcanzamos esos objetivos. Por último, los evaluamos: el asado salió rico, faltó gente, sobraron panes, nos divertimos…

Cuando los proyectos son compartidos, cuando para realizarlos necesitamos de otros, se enriquece y se activa el potencial de las diferencias. Se integran saberes e ideas, y se ponen en juego el respeto por jerarquías que confluyen en una misma acción. En un proyecto bien definido, cada uno se responsabiliza de su parte y entre todos lo sostenemos.

Si no hay posibilidades de soñar, nos enfermamos. Las miradas vacías que solemos ver en las calles, miradas que no podemos encontrar y en la que nos sentimos vacíos nosotros mismos, están arrasadas en los sueños; porque no hay proyectos. Estos son una invitación a la curiosidad, un desafío a los obstáculos, una decisión que enaltece y provoca todos nuestros sentidos.

Como padres, tenemos la posibilidad de pensar en los proyectos propios, dar testimonio a nuestros hijos y hacer de nuestra tarea un proyecto/motor que nos una al sentido de una vida con cambios en los que solo nosotros somos artífices de lo que necesitamos. Siempre hay posibilidades de un futuro mejor, a condición de apropiarse de este presente para transformarlo, y lograr que la familia sea protagonista responsable de aquello que soñamos alcanzar. © www.economiaparatodos.com.ar

Ana María Rossaroli es miembro del Equipo de Profesionales de la Fundación Proyecto Padres.

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