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jueves 13 de octubre de 2005

Una mujer finlandesa desmiente al gobierno de Kirchner

Recientes declaraciones de la encargada de Negocios de Finlandia en la República Argentina revelan el verdadero impacto ambiental que pueden ocasionar las fábricas de celulosa que serán construidas en Uruguay.

La lectura del diario El País, de Montevideo, del pasado domingo 9 de octubre, depara una sorpresa. En la página 7 de su Segunda Sección se incluye una ilustrativa entrevista a la encargada de Negocios de Finlandia en la República Argentina, la tan elegante, como bonita y seria, Petria Teman. En ella se analiza la cuestión de la construcción de las dos papeleras en la margen oriental del río Uruguay, que ahora serán seguidas de una tercera.

La mencionada Teman formula algunas definiciones, claras y valientes, que vale la pena reproducir:

“Uruguay es el país de América Latina que merece recibir inversiones de porte.”

“Respecto del impacto ambiental de la planta que construirá la empresa finlandesa se ha divulgado ‘información falsa’.”

“En Finlandia [el país que encabeza la lista de los estados eficientes -esto es, de mayor competitividad del mundo- y es uno de los más desarrollados y serios del planeta] tenemos 19 plantas de este tipo.”

“Hemos estado en contacto con la cancillería argentina, más que nada para difundir información sobre el impacto en el medio ambiente.”

“Esta cuestión tiene que ver con la política y las elecciones [argentinas]. El gobierno [argentino] está usando el miedo como una herramienta política. Nosotros esperamos que se termine la difusión de información falsa después de las elecciones en la Argentina para así poder empezar a hablar de hechos y factores reales. Creemos que ya fue suficiente, porque en la Argentina saben perfectamente cómo es la cosa.” [Estas declaraciones demuestran inequívocamente cómo -y hasta qué grosero punto- abusa inescrupulosamente Rafael Bielsa (al igual que su mentor, el presidente Néstor Kirchner) del desempeño del cargo de Canciller. Bielsa -ignorando evidentes “conflictos de intereses”- como candidato a diputado sigue, impertérrito, ocupando -más allá de cualquier pauta moral o ética- su cargo en el curioso “gabinete progresista” de la administración del matrimonio Kirchner. Para así aprovechar -políticamente- las “candilejas” que ese cargo proyecta, a través de los medios.]

“Argentina ha perdido, en los últimos años, dos inversiones de más de mil millones de dólares que, en cambio, han elegido (preferido) a Uruguay.” [De esto, ni el genial hacedor de caos Eduardo Dhualde, ni Néstor Krichner, se hacen responsables. Pero lo son.]

“Se ha dicho que de una planta de celulosa salen 25 kilos de dioxinas al aire en el año. En Finlandia, en el 2002, con 19 plantas de celulosa con la misma tecnología que se va a usar acá, se liberaron 32,2 gramos de dioxinas, de las cuales una cuarta parte vino de la industria. Y de los ocho gramos anuales de dioxinas de la industria, la mayoría vino de la industria del acero. La industria de la celulosa apenas liberó 0,5 a 1,5 gramos de dioxinas al aire. También nos molesta mucho que se diga que en la Unión Europea en el 2007 ya no se permitirá usar esta tecnología. Cuando nosotros consultamos a nuestros científicos ‘se mueren de risa’ porque es totalmente al revés, probablemente van a obligar a todos a usar esta tecnología.”

Señores, más claro, el agua. Saquen, rápidamente, sus respectivas conclusiones. Lo que seguramente ustedes sospechaban antes de leer estas reveladoras declaraciones de una valiente diplomática, se confirma.

Para el bueno de Rafael Bielsa, las cosas se complican, aún más. Ahora una tercera planta industrial celulósica se habrá de instalar también en la margen uruguaya del río. Otra monumental inversión extranjera, de unos 1.000 millones de dólares, y un tremendo efecto multiplicador. En este caso, de una empresa sueca, Stora-Enso, que se instalaría en el norte del Departamento de Durazno, cerca del Río Negro, que Busti, claro está, no puede reclamar como suyo. La nueva empresa generaría otros 2.000 puestos de trabajos para los uruguayos.

Ya son tres las empresas que ante la opción de invertir en la Argentina o Uruguay, eligieron hacerlo en el país vecino. Porque encuentran razones para ello. Y ciertamente no son ambientales. A nadie le gusta la prepotencia.

Mientras tanto, desde la perturbada Gualeguaychú, los argentinos seguimos, como siempre, “haciendo lo nuestro”; lo que nos gusta; esto es, cortar las rutas, gritar, insultar, molestar, perturbar, como si todo eso fuera mejor que tratar de convencer o dialogar amigablemente. Como se hace normalmente entre hermanos. © www.economiaparatodos.com.ar



Emilio Cárdenas es ex Representante Permanente de la Argentina ante la Organización de las Naciones Unidas.




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