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martes 24 de junio de 2014

Y dale que va con la política de los parches

Y dale que va con la política de los parches

¿Qué es lo que va a ocurrir en los hechos con este pase de magia económica que acaba de anunciar CFK para vender más autos? 

Una vez más, luego de cometer otra torpeza económica, el gobierno pretende solucionar los efectos de sus torpezas en base a medidas absolutamente voluntaristas. Me refiero al impuestazo que le aplicaron a los automóviles para frenar la importación, lo cual llevó, primero a que se dispararan los precios de modelos más económicos, luego a profundizar el proceso recesivo y finalmente a incrementar la desocupación.

Medidas que tienden a destruir a algún sector productivo son casi la tarea diaria de un gobierno que parece estar centrado, solamente, en sobrevivir para llegar a diciembre del 2015. Fue este gobierno el que se encargó de destruir, en nombre de los precios controlados y la inclusión social, a la industria ganadera, la energética, la producción de trigo, el transporte público, la actividad inmobiliaria y de la construcción, y el listado sigue. ¿Por qué su torpeza no los iba a llevar a destruir, además, la actividad automotriz?

Con las ventas en caída libre no tuvieron mejor idea que volver a aplicar el tema de los subsidios en los créditos para que le gente tome créditos y compre autos.

En primer lugar, si lo que escribe Kicillof sobre la planilla Excel puede obrar milagros, no se entiende porque fue tan tacaño al establecer una tasa de interés artificialmente baja de entre el 13 y el 16 por ciento. ¿Por qué no puso una tasa de interés nominal del 10% anual, o mejor aún, del 5%? Si lo que él escribe en su planilla Excel obra milagros económicos, ¿para qué no fijó una tasa de interés igual al 0%? Es más, junto con la baja de precios y de la tasa de interés, hasta podría haber generado un boom de consumo de autos poniendo un precio negativo. Es decir, el que compra un auto de producción nacional (siempre es importante resaltar lo de nacional en una país en que la economía se la vive como un acto bélico) le entregan el auto y encima le hacen un descuento por decreto, digamos del 120% del precio de lista, así, el consumidor se queda con el auto y, además, con plata en el bolsillo. Sería algo fantástico que a uno le paguen por comprar. En última instancia, el establecimiento de tasas de interés reales negativas es una forma indirecta de regalarle una parte del auto al comprador. Si vamos a decir cualquier estupidez para tratar de reactivar la economía, digamos el disparate mayor, total, como dice mi amigo Carlos Mira, el papel aguanta cualquier cosa. Uno puede escribir lo que se le ocurra, aún el disparate económico más insólito que el papel ni se inmuta. ¿Acaso se inmutó el papel cuando lanzaron el canje de heladeras, bicicletas, cocinas, calefones termo tanques y no recuerdo cuántas cosas más para tratar de salir de una recesión que ellos mismos habían generado? No se inmutaron ni el papel ni a realidad.

¿Qué es lo que va a ocurrir en los hechos con este pase de magia económica que acaba de anunciar CFK para vender más autos? En primer lugar dudo que la medida anunciada logre mover demasiado el amperímetro, porque la gama de autos que pretende movilizar el gobierno no apunta a los sectores de la población con alto poder adquisitivo. Por el contrario apunta a sectores que hoy ven caer su salario real y también ven como sus compañeros de trabajo van perdiendo sus empleos. En este contexto, la gente pasa de la euforia consumista a la cautela y hasta el temor a consumir. No es tan fácil conseguir que hoy alguien se endeude, aun a tasas de interés reales negativas, porque el salario ya no alcanza para llegar a fin de mes. El crédito es artificialmente barato, pero la gente no logra llegar cómoda a fin de mes como para lanzarse a tener que afrontar una nueva cuota.

Por otro lado, aunque la gente comprara los autos, lo máximo que podría conseguir el gobierno es que las terminales automotrices y concesionarias pierdan parte de su capital de trabajo vendiendo artificialmente baratos los autos. Una vez liquidado el stock, para tratar de darle una pequeña bocanada de aire fresco a una fiesta de consumo que ya agoniza, no va a ser posible recomponer ese stock de capital al mismo precio porque faltan dólares para importar insumos y autopartes y los costos de producción habrán subido en estos 3 meses que dura el genial plan que acaban de anunciar. Es decir, aun el milagroso caso que tuvieran éxito con semejante mamarracho económico, al poco tiempo faltarían autos y el precio subiría nuevamente. Es imposible subsidiar el consumo de bienes todo el tiempo para todos. De manera que ya conocemos el final de esta nueva manía intervencionista. O no mueve el amperímetro, lo más probable, o si lo moviese al poco tiempo ya no habría autos baratos para acceder.