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jueves 9 de julio de 2009

Todo al revés

El Gobierno no termina de entender cuál debe ser el rol de un Estado respetuoso de los individuos. Así, cuando deben actuar no lo hacen y se entrometen, en cambio, en todo aquello de lo que deberían apartarse.

En ocasión del comienzo del colapso sanitario como consecuencia de la gripe A, el ahora ex jefe de Gabinete, Sergio Massa, dijo que no iban a cerrar ningún espectáculo, ni lugar de concentración pública porque “el gobierno era respetuoso de las libertades individuales”.

Resulta curioso este súbito apego al liberalismo que por otro lado se castiga y se destituye vilmente en ámbitos y círculos donde su defensa sí no debería claudicar.

El gobierno de los controles, de la blasfemia a los negocios, de los insultos a la vida privada, del descreimiento en el individuo como centro de progreso social, del atropello a las libertades más elementales, del cierre de la importaciones, de la negación del derecho individual de emprendimiento, ahora de golpe preocupado por no descuidar “libertades individuales”… ¡Es increíble! Es increíble que se pueda tener un entendimiento tan opuesto al de la verdadera libertad, y al de la verdadera vigencia de un Estado de Derecho.

En el liberalismo el Estado no se suprime. Se suprime en su rol de convertirse en un vehículo de negocios particulares, pero no en todo lo que se refiera al resguardo de la vida y de los derechos de la gente. Esta reacción del Jefe de Gabinete es más o menos parecida a la que cree que el Estado es opresor si castiga o persigue delincuentes. No. El Estado es opresor si los deja en la calle porque de esa manera se transforma en cómplice de un sistema que desasosiega la vida y el alma de las personas honradas que son las que se supone que debe proteger.

Del mismo modo, si por una emergencia nacional se deben suspender ciertas actividades compulsivamente eso no es atentar contra el derecho individual sino preservar el derecho de todos a vivir. Interpretar el intervencionismo en la vida privada de este modo es entender todo al revés… como siempre. Resulta llamativo cómo se puede entender tan mal la filosofía que preserva la libertad humana: donde hay que liberar al individuo de trabas y controles, se lo somete a un escudriñamiento inadmisible; donde hay que protegerlo se lo deja a la intemperie. Es francamente conmovedor cómo se puede interpretar al revés, 400 años de filosofía política.

Si el Jefe de Gabinete está tan preocupado por los derechos individuales podría echar a Moreno, levantar las múltiples prohibiciones para trabajar libremente, desarmar el enjambre de disposiciones de intervención que distorsionan y matan por día decenas de mercados, retirar al Estado de una serie de actividades que por su impericia están muriendo, respetar la división de los poderes, terminar con la dictadura del poder ejecutivo, con los DNU, con los Superpoderes… Hay mil maneras de proteger los derechos individuales de un modo verdadero. Y también hay maneras de enfocarse en proteger la vida de todos.

No resulta extraño que un país en manos de gente (y los Kirchner no son los únicos) de gente que tiene esta particular interpretación del cuidado de los derechos individuales, le vaya como le vaya como le va. Retirar al Estado de donde tiene que estar presente para concentrarlo en donde no debería existir más que para vigilar el cumplimiento de la ley, ha llevado al país a ser el único en el mundo que ha completado un círculo según el cual en lugar de viajar del subdesarrollo al desarrollo lo ha hecho del desarrollo al subdesarrollo. © www.economiaparatodos.com.ar

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