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lunes 4 de octubre de 2010

Cristina ocupada por los tiros de Ecuador, pero no por los que mataron a Matías

Mientras la presidenta se concentraba en los disturbios en Quito y en darle refugio político a Apablaza, no pudo escuchar ni ocuparse de los tiros que mataron a Matías Berardi.

El jueves pasado, el Gobierno convocó aceleradamente a una reunión de la UNASUR en Buenos Aires para repudiar el supuesto golpe en Ecuador, que en rigor parece haber sido una especie de motín de la policía por problemas salariales. El mismo tipo de acciones que puede hacer Hugo Moyano cuando utiliza la fuerza para hacer piquetes en fábricas y reclamar por derechos que no le corresponden.

Pero el punto central es el siguiente: tanto Cristina Fernández como Néstor Kirchner rápidamente armaron todo un show por lo que ocurría en Ecuador, por un conflicto que fue resuelto por los mismos ecuatorianos antes de que terminaran de llegar a la Argentina algunos de los presidentes de la UNASUR. Lo cierto es que mientras la presidenta y su marido estaban ocupados haciendo una convocatoria de urgencia por Ecuador, al mismo tiempo nos enterábamos de un nuevo caso de secuestro y asesinato en la Argentina. Matías Berardi tenía sólo 17 años y fue brutalmente ultimado, pero para Cristina Fernández fue más importante seguir ocupándose del tema Ecuador que de un nuevo caso de secuestro y asesinato, aquí, en nuestro país. Claro, podrán argumentar que ése es un problema de la gobernación. Ok, pero también puede contraargumentarse que el tema de Ecuador era de los ecuatorianos.

¿Por qué la presidenta no hace el mismo tipo de convocatorias de urgencia para frenar la masacre a la que está siendo sometida la población argentina, víctima de la delincuencia? ¿Por qué Cristina Fernández no convoca a los gobernadores, la oposición, los magistrados, la Policía y los intendentes para buscar una solución definitiva a nivel nacional ante la violencia a la que está siendo sometida la gente decente, que trabaja, estudia y mantiene al aparato estatal? ¿Con qué derecho nos siguen exprimiendo con impuestos si la primera obligación que tiene el Estado es defender el derecho a la vida y la libertad de las personas? Y lo de Matías, que podría haber sido mi hijo, el del lector o de cualquier otro padre, no es un hecho aislado, se suma al de Carolina Píparo y tantos otros más que hasta ya ni nos acordamos de tantos nombres que son. Un listado de asesinatos que podría superar el listado del famoso libro “Nunca Más”.

Mientras los padres de Matías sufrían la pérdida de su hijo en forma tan cruel, Cristina Fernández también se ocupaba de darle refugio político a Apablaza, acusado de asesinato en Chile. ¿Y los padres de Matías? Pareciera ser que no son problema de Cristina Fernández ni de Néstor Kirchner. Insisto, en el mismo momento que otra familia más era desgarrada por el asesinato de su hijo, los Kirchner se ocupaban de Ecuador y de otorgarle refugio político a alguien que está acusado de asesinato. Peor cachetazo no se les podía dar a los padres de Matías y a todos los padres que han perdido a sus hijos producto de la delincuencia. De esa delincuencia de la que el Gobierno no habla. O si habla es sólo para hacerle una chicana política a Daniel Scioli. Es decir, hasta usan la desgracia de la gente para hacer política.

Confieso que iba a comenzar este artículo sobre otro tema, pero no pude contenerme frente al teclado, porque mientras empezaba a escribir esta nota veía la marcha por Matías y leía declaraciones de Cristina Fernández diciendo que hay distintas formas de desestabilizar a un gobierno y que a ella la critican por las conquistas sociales que ha conseguido su gestión. Afirmó la presidenta: “Hay sutiles formas de desestabilización, de golpear a los gobiernos constitucionales que además de serlo defienden los intereses del pueblo” y dio como ejemplo “el mentir, engañar, descalificar, tergiversar, tratar de que nos enfrentemos entre los argentinos”. Y agregó: “Honduras estaba lejos, pero ahora los tiros sonaron cerca en el vecindario, y por eso no dudé un instante en llamar a los presidentes y autoconvocarnos aquí para apoyar el proceso democrático en Ecuador”. Lástima que doña Cristina solo escuchó y le interesaron los tiros en Ecuador y no los tiros que mataron a Matías o al hijo de Carolina Píparo. El canciller Héctor Timermann viajó a Ecuador para solidarse con Correa. ¿Alguien del gobierno nacional viajó hasta Maschwitz para acercarse a los padres de Matías?

Cristina habla de mentiras, tergiversaciones y conquistas sociales. Que vayan a contarles a los padres de Matías o a Carolina Píparo que los medios están tergiversando el tema de la inseguridad. Que es una operación de desestabilización para desprestigiar las grandes conquistas sociales que consiguió su modelo productivo. ¿De qué conquistas sociales puede hablar Cristina Fernández? ¿De los muertos que contamos a diario a pesar de estar pagando impuestos como nunca en nuestra vida?

Seguramente que el problema de la inseguridad es bastante complejo de resolver, pero viendo que ni las marchas reclamando seguridad ni las muertes conmueven al gobierno nacional, ni lo motivan como para encabezar una solución, no al tema de Ecuador, sino de aquí nomás, a 30 kilómetros de la Capital, me pregunto: ¿qué pasaría si los argentinos, saturados de ser matados como perros y viendo cómo asesinan a sus hijos, de golpe dejaran de pagar impuestos? Supongamos, a modo de hipótesis, diría de especulación intelectual, que la reacción de la gente fuera no pagar más impuestos hasta que no se termine con la inseguridad. No sé por qué me imagino que la inseguridad desaparecería como por arte de magia de un día para el otro. Por supuesto que no estoy llamando a la rebelión fiscal, ni imitando a Hebe de Bonafini incitando a tomar la Casa de Gobierno para que los recursos y el tiempo de nuestros gobernantes, esos que viven de nuestro trabajo, se dediquen a terminar con la inseguridad. Sólo especulo intelectualmente con el razonamiento: ¿qué pasaría si la gente dejara de pagar impuestos porque el Estado no le brinda la función básica de asegurar el derecho a la vida y a la libertad? Especulando con esta hipótesis imagino que el Gobierno entraría en pánico, no por la inseguridad, sino porque se quedarían sin recursos para financiar todo lo que financian menos la seguridad. Siempre a modo de especulación intelectual, me imagino que semejante comportamiento de la sociedad actuaría como la caja disciplinadora, pero al revés. Así como el Gobierno disciplina a intendentes y gobernadores con la famosa caja, me pregunto: ¿una reacción inversa no disciplinaría de inmediato a un Gobierno que sólo sabe manejarse a los billetazos, porque pareciera ser que es el único idioma que entienden?

En fin, le pido disculpas al lector. Iba a escribir sobre los insólitos datos de pobreza e indigencia que acaba de publicar el INDEC, pero de sólo pensar lo que deben estar sufriendo los padres de Matías, que fue asesinado a quemarropa, mientras Cristina Fernández de Kirchner estaba más ocupada con los tiros de Ecuador que con los que mataron al hijo de los Berardi, me decidí a escribir estas líneas. Porque, finalmente, además de economista, uno también es un ser humano y tiene hijos y, por eso, me parece absolutamente inverosímil que la presidenta haya estado más ocupada con los tiros de Ecuador que con los que siguen matando a tantos Matías. © www.economiaparatodos.com.ar

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