domingo 22 de enero de 2012
Acumular poder, emparchar y reírse de la gente
La política económica está llena de parches y subordinada a la acumulación de poder. Para ello usan los argumentos más desopilantes y se ríen de la gente.
A esta altura del partido hay algunas cosas que quienes tienen que tomar decisiones a nivel microeconómico deben tener en cuenta respecto a la política económica del gobierno. En primer lugar que la política económica se limita a generarle los recursos necesarios al gobierno para que tenga caja y pueda sostener su poder político. No existe tal cosa como un modelo de crecimiento de largo plazo, por más que el gobierno hable constantemente del modelo. Justamente, como no existe esa política económica de largo plazo podríamos decir que la segunda cuestión a considerar es que la política económica, si es que así puede llamarse, se limita a que cada mañana busquen un parche para ponerle al “modelo” para arreglar el lío que hicieron el día anterior. La tercera, que a mi juicio es muy importante, es que ellos saben que están haciendo una ensalada fenomenal, pero están dispuestos a reírse en la cara de la gente con tal de decir que lo que es negro es blanco o lo que es cuadrado en realidad es un círculo. Dicho de otra manera, por más que uno esgrima los argumentos más contundentes para explicar la inconsistencia de una medida que están tomando o mostrar sus perjuicios, ellos no están dispuestos a escuchar porque no les interesa solucionar los problemas de la gente sino solucionar los problemas que puedan producirles a ellos algún perjuicio político. Por eso pueden hoy decir A y mañana Z sin que se les mueva un pelo.
Dejemos de lado el falso positivo del cáncer de la presidente, que fue presentado de tal manera que hace pensar que el objetivo habría sido que la gente le tuviera lástima por la enfermedad, y terminó siendo un papelón de comunicación porque resulta que jamás tuvo cáncer. Supongamos que los médicos son todos muy estúpidos y el falso positivo en diagnosticar un cáncer es la cosa más normal del mundo. Si uno destaca la mala comunicación del gobierno respecto a la enfermedad de Cristina Fernández, lo que van a decir es que encima los opositores se molestan porque la presidente no tiene cáncer. Tienen una fenomenal capacidad para dar vueltas las cosas.
Veamos, el problema inflacionario lo solucionan interviniendo el INDEC y diciendo que la inflación es de solo el 9% anual. Inventan utilidades del BCRA para que financie al tesoro emitiendo moneda. Están dispuestos a tirarle por la cabeza los subtes a Macri para no tener que hacerse cargo del aumento del pasaje. Un día dicen que el modelo es magnífico y un ejemplo en el mundo que merece el premio Noble de Economía porque nos blinda de la crisis internacional y luego dicen que hay que hacer sintonía fina por la crisis internacional. A los tarifazos los llaman redireccionamiento de los recursos, a la emisión monetaria desaforada la denominan crédito, ante la caída del tipo de cambio real cierran la economía y dicen que no hay problema cambiario sino defensa de los puestos de trabajo de los argentinos y que Dios ha sido reemplazado por El. Si son capaces de hacer todo esto, quiere decir que se nos ríen en la cara. Y diría que hasta son bastante inteligentes en el corto plazo porque a una buena parte de la población no le interesa que se les rían en la cara. Al contrario, una parte importante de la población tiene una muy buena imagen del gobierno a pesar que se les ríe en la cara. El por qué de semejante comportamiento social escapa a mi entendimiento y tal vez al de ellos, pero descubrieron que es una fórmula que, por ahora funciona, y la siguen usando. Claro que con estas cosas hay que tener cuidado porque bien sabemos los argentinos la volatilidad del ánimo de la gente. Solo basta recordar cómo un día el gobierno militar llenó la Plaza de Mayo con gente que apoyaba la invasión de las Islas Malvinas y un par de meses más tarde, cuando se descubrió que íbamos perdiendo, no solo se llenó la Plaza de Mayo para repudiar al gobierno sino que tuvieron que salir corriendo y llamar a elecciones.
Pero volviendo al gobierno actual, sabemos que todas las medidas económicas apuntan a sostener su poder político, que no les interesa entrar en un mar de inconsistencias, porque al otro día inventan alguna medida, sujeta a la ley o no, eso no importa, para emparchar la inconsistencia del día anterior y que para justificar ese parche pueden usar el argumento más insólito sin ponerse colorados. La primera conclusión que tiene que sacar Ud. es que estas son las condiciones en las que va a tener que trabajar para sobrevivir. No para progresar. Para sobrevivir. Y la otra cosa que tiene que tener en mente es que para el kirchnerismo no hay límites a los que tenga que someterse el gobierno. El poder es absoluto al estilo Luis XIV: El Estado soy yo. Hago lo que quiero porque tengo la mayoría de los votos y como tengo la mayoría de los votos eso me autoriza a violar el orden republicano.
Obviamente que en este contexto nadie toma decisiones económicas de largo plazo. Cada uno le busca cada mañana la vuelta a la vida para poder sobrevivir ante la asfixiante presión tributaria, las medidas arbitrarias del gobierno y los atropellos a la propiedad privada. Digamos que los argentinos estamos todos en libertad condicional y sometidos a un sistema semi esclavo por el cual tenemos que trabajar duro todos los días para generar los recursos que necesita el kirchnerismo para sostener su poder político. Protestar contra este sistema puede implicar ser tildado de traidor a la patria, terrorista o incitar a un golpe de mercado.
Como todos sabemos que el kirchnerismo necesita recursos para mantener su poder, y que cada vez necesita más pero cada vez hay menos recursos porque existen pocos estímulos para invertir e incrementar la productividad, el dato a tener en cuenta es que tienen que exprimir como un limón a quienes producen para sostener a una gran cantidad de gente que no produce pero consume. A tal punto tienen que exprimir como un limón a la gente que hasta los trabajadores en relación de dependencia empiezan a sentir el rigor del impuesto a las ganancias. Y si no pregúntele a Moyano.
¿Cuánto puede durar esta construcción de poder? Solo Dios lo sabe. Pero imaginemos que aquellos que producimos y somos esquilmados por el Estado empezamos a producir cada vez menos porque advertimos que cuánto más nos esforzamos, más nos quitan el fruto de nuestro trabajo. Ese día puede ser letal para el gobierno porque el gobierno se quedaría sin financiamiento. Es más, supongamos que todos los que producimos y somos esquilmados nos declaramos en huelga y dejamos de producir porque decidimos dejar de ser siervos de la gleba. ¿De dónde sacaría el gobierno los recursos para sostener su poder político? Porque finalmente uno se pregunta: ¿por qué deseo integrar una sociedad? Porque le delego el monopolio de la fuerza al Estado para que defienda mi derecho a la vida, a la propiedad y a la libertad. Para eso estoy dispuesto a sacrificar parte de mis ingresos y pagar cierto nivel de impuesto y sostener el aparato Estatal que tiene que cumplir esas funciones. Ahora, si el Estado no solo no me proporciona seguridad sino que, además, viola mis libertades y propiedad privada y, encima, se queda con una creciente porción del fruto de mi trabajo, pierde sentido formar parte de la sociedad.
Charles Adams escribió un par de libros sobre la historia de las rebeliones fiscales en el mundo a lo largo de la historia. Esos casos muestran que hay un límite a la paciencia de la gente a ser esquilmada. Pero mientras tanto, las reglas de juego son las mencionadas: Ud. tiene que trabajar cada vez más o disminuir su calidad de vida para aportar a la caja del gobierno que es el mecanismo que tiene para sostener su poder político. Y, también mientras tanto, ante cada nueva expoliación o entorpecimiento de su trabajo para emparchar el modelo, tendrá que escuchar argumentos que justificarán las medidas sintiendo que se le están riendo en la cara. Porque la fórmula es esa: acumular poder, emparchar y reírse de la gente usando los discursos más desopilantes.