Veamos tres temas, a modo de ejemplo, sobre cómo estamos institucionalmente:

1)      El kirchnerismo, sin quórum, igual siguió la secesión en vez de levantarla violando el reglamento de la Cámara de Diputados y votaron una ley que en su origen no tiene legitimidad para quitarle los fondos judiciales al Banco Ciudad de Buenos Aires.

2)      El Ejecutivo, sin orden judicial, interviene Ciccone. Al margen de las irregularidades de dicha empresa, hasta donde yo entiendo solo un juez puede pedir que se intervenga una empresa. Pero aquí el Ejecutivo se arrogó derechos del Judicial. Es decir, le pasó por encima a otro poder, con lo cual se sienta el precedente que mañana por decreto el Ejecutivo puede quitarme la casa.

3)      La AFIP decide si una persona puede comprar o no divisas para viajar. Al margen de lo ilegítimo de la disposición, la AFIP no debería poder legislar sobre derechos. Puesto de otra manera, la reglamentación de una ley, en este caso del dólar no hay ley, no puede alterar el espíritu de la misma y mucho menos los derechos consagrados en la Constitución Nacional

Si vemos el panorama, hablar de autocracia empieza a quedar corto porque el Ejecutivo se arroga funciones del Legislativo y del Judicial, por lo tanto, hemos dejado de tener una democracia republicana. Una sola persona se arroga todas las funciones como el César.

Siendo que ellos han violado la democracia republicana y se arrogan la suma del poder público, incluso ignorando los fallos de la Corte, ¿por qué tenemos que seguir considerando que tienen legitimidad para ordenarnos cual súbditos del César? ¿Por qué tenemos que obedecerle a un gobierno que usa el monopolio de la fuerza para tratarnos como súbditos violando el mandato constitucional de respetar nuestros derechos?

Me pregunto, ¿vamos a aceptar ser súbditos del César por que usa el monopolio de la fuerza para violar nuestros derechos o vamos a ser ciudadanos?