¿Solo sueños?
Al independizarse la América Española, las nuevas repúblicas fueron vistas como tierras de oportunidad por inversionistas ingleses; estos crearon empresas para invertir en nuestra región y siete países emitieron bonos adquiridos por los ingleses.
Al independizarse la América Española, las nuevas repúblicas fueron vistas como tierras de oportunidad por inversionistas ingleses; estos crearon empresas para invertir en nuestra región y siete países emitieron bonos adquiridos por los ingleses. Por desgobierno, corrupción y falta de institucionalidad perdieron decenas de millardos de libras esterlinas a valor presente. Frank Dawson, autor de un libro que analiza la crisis, escribe «América Latina era demasiado imperfectamente civilizada para gobiernos responsables…».
El propio Bolívar lo confirma en su carta, Jamaica, 1815: «En tanto que nuestros compatriotas no adquieran los talentos y las virtudes políticas que distinguen a nuestros hermanos del Norte, los sistemas enteramente populares, lejos de sernos favorables, temo mucho que vengan a ser nuestra ruina. Desgraciadamente, estas cualidades parecen estar muy distantes de nosotros en el grado que se requiere; y por el contrario, estamos dominados de los vicios…un Estado demasiado extenso en sí mismo o por sus dependencias, al cabo viene en decadencia, y convierte su forma libre en otra tiránica; relaja los principios que deben conservarla, y recurre por último al despotismo…».
Dos siglos después, no hay cambios importantes para prosperar, se ha gobernado para estar estancados. La tasa de crecimiento del PIB latinoamericano es muy inferior al de Asia durante el último medio siglo. Nuestra región lejos de fortificarse se debilita. Se afirmaba que América Latina había madurado, Brasil era ejemplo, pero por los recientes sucesos en ese país, algo no estuvo bien hecho. Argentina y Venezuela son dos países corroídos por corrupción, con economías muy mal manejadas. México tiene una especie de guerra civil, han fallecido miles de personas.
Son pocos los países próximos a salir del subdesarrollo; sus modelos han sido probados durante más de cuatro décadas de institucionalidad, apertura económica, gobiernos sin ideologías equivocadas y ausencia de complejos tercermundistas. Otros siguen haciendo papelones en el Primer Mundo.
¿Hasta cuándo continuamos soñando con tener mejor vida?
Fuente: independent.typepad.com