La lucha peronista por la herencia de C. F. Kirchner
Sergio Massa fue el principal triunfador de las elecciones internas argentinas pero otras figuras dentro del peronismo aspiran a conseguir hacerse con el liderazgo dentro del partido y unificar a las ahora corrientes enfrentadas de kirchneristas y antikirchneristas
Se trata del gobernador de Buenos Aires, Daniel Scioli, el de Córdoba, José Manuel de la Sota o el de Salta, Juan Manuel Uturbey.
Algunos referentes del peronismo lo expresan ya abiertamente. “Hay que hacer una interna del PJ como fue en 1989 la de [Carlos] Menem y [Antonio] Cafiero. Es la única manera para tener 30 años más de peronismo. Jugarán Massa y De la Sota porque no veo a otro, ya que [Daniel] Scioli va a morir con el kirchnerismo”, confesó Luis Barrionuevo, líder del sindicato de la CGT Azul y Blanca.
En realidad, eso es así porque “el peronismo será, en adelante, un firmamento con varios soles. Pero todavía es muy temprano para prever el desenlace de esta nueva dinámica”, tal y como asegura el analista del diario La Nación, Carlos Pagni.
Daniel Scioli, tocado pero no hundido
Daniel Scioli aparece como el más golpeado por estas elecciones internas, al menos aparentemente. A última hora, y tras haber estado negociando con Mauricio Macri y Sergio Massa, dio un giro espectacular y pasó a apoyar al candidato cristinista, Martín Insaurralde.
Rompía así con años de sorda pelea con la Presidenta Cristina Fernández en los que tuvo que soportar constantes críticas públicas del kirchnerismo.
El escritor Jorge Asís, como recuerda Fernando Laborda, señala que “la agresividad de esa diferenciación lo mantiene a Scioli, en el furor de la debacle, sorprendentemente vivo. En condiciones de heredar la devastación, de quedarse con los restos del naufragio o del quebranto”.
Efectivamente, sería un error dar por amortizada la figura de Scioli quien aún tiene poder local (es el gobernador de la principal provincia del país), cuenta con seguidores propios (el sciolismo) y puede resultar un tabla de salvación para el oficialismo.
Tal y como señala Ricardo Kirschbaum en el diario Clarín, “Sergio Massa, que ha desafiado y derrotado al oficialismo en el bastión bonaerense, seguramente está tentado por anotarse en esa carrera para la Casa Rosada. El peronismo, que olfatea rápido dónde está el futuro poder, puede correrse en su ayuda. Esa es la preocupación de Daniel Scioli, que jugó mucho de su chance sosteniendo al oficialismo”.
“Habrá que esperar -continúa el analista de Clarín- hasta octubre para ver si esta tendencia que se evidenció ayer se mantiene en alza y la interna con Scioli se define de esa manera. Pero lo más probable es que Scioli reclame lo que antes consideraba suyo y el oficialismo lo abrace como un salvavidas de plomo. Ya se habla de que el “cristinismo” quiere que el jefe de La Cámpora, Andrés Larroque, sea el candidato a vicepresidente con Scioli. Una fórmula para que el gobernador de Buenos Aires duerma tranquilo”.
Por lo tanto, Daniel Scioli, que aparecía hasta hace poco como el hombre llamado a reunificar el peronismo, tiene una ardua tarea por delante. Primero de todo explicar lo que hizo y por qué lo hizo (aliarse con la presidenta, su gran rival no hace mucho tiempo) y luego reubicarse en el cambiente mapa político argentino.
Parte, de todas formas, con un importante caudal electoral pues gracias a él, Insaurralde pudo remontar y reducir de 10 a 5 la diferencia que le separaba de Massa. Scioli sigue teniendo, por lo tanto, tirón electoral en su provincia.
De estos comicios sale tocado, muy tocado, pero aún no hundido.
En palabras del analista político de Clarín, Eduardo van der Kooy, “el gobernador de Buenos Aires pudo haber quedado en el peor de los mundos… Scioli soñaba con dos cosas. Erigirse en el puntal de la buena elección de Insaurralde que no fue. Conseguir a partir de ese presupuesto un reconocimiento cristinista para la sucesión del 2015″.
De la Sota y su lucha por liderar el antikirchnerismo
Las primarias han reforzado a otros posibles candidatos como al gobernador de Córdoba, el peronista antikirchnerista José Manuel de la Sota.
Su candidato, el exgobernador Juan Schiaretti, no solo ganó los comicios en esa provincia sino que relegó al kirchnerismo al cuarto lugar.
Sin embargo, De la Sota, que arrasó en su provincia, hizo una mala jugada a escala nacional como señala el analista de La Nación, Joaquín Morales Solá: “La interna del peronismo poskirchnerista tendrá un interlocutor imprescindible en el gobernador de Córdoba, José Manuel de la Sota. Lleva ganando elecciones durante 14 años en el segundo distrito electoral del país. De la Sota confió siempre más en Massa que en Scioli, aunque se equivocó cuando se apresuró a trabar una alianza embrionaria con De Narváez, que ayer consiguió muy malos resultados”.
Por ahora, De la Sota buscará situarse como el hombre llamado a unificar y liderar al antikirchnerismo y a todos aquellos que en el interior defienden el federalismo frente al agobiante peso del centralismo impuesto por el kirchnerismo.
“Parece que hubo un click, la sociedad está dispuesta decirle al gobierno que es necesario cambiar”, manifestó tras los comicios De la Sota quien añadió que “la sociedad quiere un cambio y no una pelea, quiere soluciones y no discusiones. Ahora hay que demostrar racionalidad, decir de qué manera podemos aprovechar lo que hemos expresado ahora”.
En todo caso, muchos le sitúan como un pilar fundamental dentro de la estrategia de Massa para crecer más allá de Buenos Aires y no resultaría extraña una futura alianza entre ambos.
El sueño quizá imposible del kirchnerismo
El gobernador de Salta, Juan Manuel Urtubey, sueña con ser el elegido por el kirchnerismo para encabezar una candidatura oficialista. El grave problema es que la fuerza política-electoral del cristinismo ha sufrido un fuerte golpe: ha perdido 30 puntos de apoyo entre 2011 y 2013.
De confirmarse estos resultados en octubre, los dos últimos años van a ser de una constante pérdida de poder de Cristina Kirchner que poco va a poder hacer para llevar a alguna figura a la Casa Rosada en 2015, como esperaba Urtubey.
El Frente para la Victoria con su hermano Rodolfo Urtubey como el principal precandidato a senador nacional por Salta, resultó ganador en las PASO.
Fue esta unas de las pocas alegría para el kirchnerismo. Los resultados de las segundas primarias que se celebraron en Argentina dejaron como resultado la derrota del Gobierno en 13 provincias y en la Ciudad de Buenos Aires, mientras que el Frente para la Victoria y las fuerzas que lo acompañan lograron imponerse en nueve.
El kirchnerismo perdió además en los distritos clave como la provincia y la ciudad de Buenos Aires, Santa Fe y Córdoba.
Así pues, el futuro en Argentina parece llevar el nombre de Sergio Massa, pero la carrera no ha terminado sino que recién comienza.
La nueva estrella política, Massa, para salir consagrado, debe lidiar con los diferentes referentes internos del peronismo (Scioli, De la Sota, Urtubey y los restos del kirchnerismo) y con los externos al peronismo (Mauricio Macri, Hermes Binner).
En palabras de Morales Solá: “Gran parte de los votos que consiguió en 2009 (De Narváez) se los llevó Massa en esta elección. Es el voto útil al que recurre la gente común cuando no le gusta un gobierno. Massa tendrá que hacer cambios en su campaña en los largos dos meses que le quedan hasta las elecciones de octubre. Su campaña ha sido pobre, careció de creatividad y él mismo se mostró mucho más esquemático de lo que realmente es. Tendrá que demostrar, en fin, que el mito no es más grande que el personaje”.
En resumen, mucho trabajo aún por delante para convertir al proyecto massista (que apuesta por “no estar todo el tiempo en la lógica de la confrontación, sino la construcción de un país en paz, en armonía con el otro”) en el sucesor del kirchnerismo.
Fuente: www.infolatam.com