El modelo K hace aguas
Imagine un padre que trabaja toda la semana y que llegado el fin de semana el hijo se gasta todo el dinero acumulado. Imagine que el éxito de cada agente económico se mida por el gasto que genera. Bajo este esquema el padre trabajador sería considerado improductivo, y el hijo gastador sería considerado productivo.
Algo similar sucede con los gobiernos populistas. El éxito de tales gobiernos consiste en gastar el dinero que otros han generado. Y por supuesto mientras más puedan expoliar a unos para dar a otros, mayor será el “éxito” de su gestión. El problema es que tarde o temprano, ante la falta de seguridad jurídica y las altas tasas impositivas que requiere el Estado de bienestar, las inversiones disminuyen y se acaba la plata para distribuir, los subsidios se deben recortar y los niveles de pobreza (que inicialmente bajan) vuelven a subir a niveles superiores al periodo inicial del populismo.
En su artículo La reelección descartada (El Deber, 25/10/13) Reymi Ferreira califica de exitoso el modelo económico de los Kirchner y afirma que “distribuyó más equitativamente el excedente, disminuyó la pobreza, mejoró el empleo y fortaleció la industria”. Semejante afirmación hace 5 años, hubiera pecado de superficialidad porque en ese entonces la economía argentina estaba en mejor situación que digamos el 2002, pero decir eso ahora es simplemente ceguera, propaganda o desconocimiento de la realidad. La industria argentina sufre graves problemas para abastecerse de insumos por las trabas de importación, la inseguridad jurídica y las restricciones cambiarias, el empleo está en declive por la falta de inversión, la inflación carcome el ahorro de todos, pero especialmente de los más pobres, el Estado se ha gastado las pensiones de los argentinos que por ende corren el riesgo de no tener jubilación y los fondos para seguir subvencionando servicios y redistribuyendo “excedentes” se están agotando. La Argentina se hunde en una crisis precisamente por el modelo “exitoso” de los Kirchner, al igual que Venezuela por el despilfarro de Chávez, a quien por cierto Ferreira también considera un gran líder.
El aparente éxito del modelo se debe a un periodo extraordinariamente favorable debido a los altos precios de las materias primas. El hecho de que los precios de las materias primas sigan altos y que a pesar de ello Argentina tenga todos los problemas que tiene es evidencia contundente del fracaso e insostenibilidad del modelo.
Fuente: javierpaz01.blogspot.com