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martes 21 de enero de 2014

Frente a la crisis, el oficialismo acusa a la desestabilización

Frente a la crisis, el oficialismo acusa a la desestabilización

El gobierno ha decidido como respuesta cerrar filas denunciando una acción de desestabilización, como causa de los problemas

El dólar paralelo, la tasa de inflación y la creciente inseguridad marcan un acelerado deterioro del Gobierno. La semana pasada el dólar paralelo cerró en 12 pesos, lo que implica un aumento del 20% en lo que va de enero y una brecha cambiaria del 70%. La inflación de noviembre fue superior al 2%, la de diciembre al 3% y la de enero puede ser mayor al 4%. En alimentos el incremento es superior, con lo cual se está dando una fuerte caída en el poder adquisitivo de los salarios, las jubilaciones y pensiones y los subsidios sociales como la Asignación Universal por Hijo. Las reservas caen por debajo de los 30.000 millones de dólares. Las protestas en las calles y vías públicas han estado presentes, pese a tratarse del mes de enero. Los prolongados cortes de energía han generado piquetes en el conurbano bonaerense y la ciudad de Buenos Aires; los productores agropecuarios en Entre Ríos han vuelto a las rutas reclamando contra la presión impositiva y los policías de esta misma provincia han retornado a las protestas sin armas, exigiendo se cumpla el acuerdo salarial que dio fin a la huelga de diciembre, pero que el gobierno provincial ha resuelto no cumplir. El retorno de la protesta policial entrerriana motivó el envío de 400 gendarmes, una huelga policial en ciernes en Córdoba se frenó con detenciones y disponibilidades de policías y el envío de 1000 gendarmes, y en Tucumán fueron pasados a retiro 25 comisarios. La inseguridad generada por el narcotráfico, el crimen organizado y el delito común no se ha tomado veraneo y han surgido discrepancias entre la Casa Rosada y el gobernador bonaerense respecto a si la afectación de efectivos al Operativo Sol ha sido o no causa de la persistente inseguridad en el conurbano, y entre Scioli y el ministro de Defensa (Rossi) sobre si las Fuerzas Armadas deben participar en la lucha contra el narcotráfico.

La aceleración del deterioro se da en paralelo con los crecientes problemas dentro del Gobierno, que la agravan. La Presidente terminó de deteriorar a su jefe de Gabinete (Capitanich) al disponer que hable menos con los medios, reduciendo cada contacto con ellos a sólo 3 o 4 preguntas. Al mismo tiempo, respaldó el fortalecimiento del ministro de Economía (Kicillof), único miembro del Gabinete que recibió mientras estuvo acompañando a su madre durante una operación en una clínica privada. El ministro siguió colocando funcionarios en diversas áreas del estado (un subsecretario en Agricultura y Ganadería) y tomando el control del sector energético para sustituir a los funcionarios del ministro de Infraestructura (De Vido) en esa área. En este marco, la Presidenta habría recibido dos veces al ex secretario de Comercio (Moreno), recabando su opinión sobre los problemas económicos. La disconformidad con De Vido frente a los cortes de energía la llevó a decidir que el secretario de Seguridad (Berni) se haga cargo de asistir a los afectados. La presencia de Scioli en la inauguración del casino en el hotel de un sindicato del gremio gastronómico liderado por un sindicalista opositor (Barrionuevo), habría generado críticas de la Presidente. Hace ya más de un mes que ella no asiste a ningún acto de gobierno y que no tiene ninguna manifestación pública, aunque está decidiendo sobre la gestión cotidiana del gobierno. El problema de su silencio es que se da al mismo tiempo que Capitanich ha perdido credibilidad y los problemas se agudizan.

Pero el gobierno ha decidido como respuesta cerrar filas denunciando una acción de desestabilización, como causa de los problemas. El vocero más acabado de esta denuncia ha sido Capitanich, quien en un reportaje en un diario oficialista realizado el domingo sostuvo que “hay un intento de desestabilización permanente”, que los intereses que la promueven buscan “imponer políticas de ajuste para dejar afuera a 10 millones de argentinos”, que la oposición “genera pesimismo para esmerilar al gobierno” y que la huelga policial había formado parte de esta acción. Tres días antes el ministro de Defensa (Rossi) dijo que hay sectores que “buscan el caos”, acusando al Wall Street Journal y un banco suizo de llevar adelante “una operación económica claramente desestabilizadora” articulada por el sistema financiero internacional. En la misma línea se había manifestado un dirigente ultra-K (Depetris), quien denunció una “embestida destituyente” del sindicalismo opositor liderado por Moyano y Barrionuevo y el líder de la CTA pro K (Yasky), al decir que había sectores trabajando para que “este gobierno terminara como el de Alfonsín”. Mientras la misión de Kicillof para acordar con el Club de París difícilmente tenga éxito, dadas las exigencias planteadas por varios de sus miembros encabezados por Alemania, aun un supuestamente moderado dentro del Kirchnerismo como es el Presidente de la Cámara de Diputados (Domínguez) ha propuesto que el estado se haga cargo de la exportación de granos para obligar a vender el grano retenido por los productores, para así generar ingreso de dólares.

Frente a la crisis y la actitud asumida por el oficialismo, la oposición política y sindical se mueve desordenadamente. El plenario del sindicalismo opositor que realizan en Mar del Plata las centrales sindicales lideradas por Moyano y Barrionuevo, evidencia que no es fácil unirlo -no asiste la oficialista liderada por Caló, aunque sí algunos de sus sindicatos-, ni sumar a los políticos, al decidir no asistir los presidenciables del Peronismo (Massa, Scioli y De la Sota). Pero al mismo tiempo, los dos primeros estuvieron en la inauguración del casino en el hotel del gremio de Barrionuevo y Massa se fotografió con el hijo de Moyano en una señal de acercamiento. Un nuevo encuentro entre los líderes del Socialismo y el Radicalismo (Binner y Sanz) confirma la intención de unificar a la oposición no-peronista de orientación socialdemócrata, pero el encuentro paralelo gestado por Unen (Solanas y Cobos) muestra que no será un proceso fácil. En el PRO surgen diferencias entre quienes buscan y los que rechazan un posible acercamiento a Massa y las afirmaciones de Macri padre diciendo que el próximo Presidente debe salir de La Cámpora, si bien puede interpretarse como consecuencia de un conflicto familiar, también expresa el oportunismo de algunos empresarios.

En conclusión: en lo que va de enero se ha acelerado el deterioro económico y político, siendo el dólar paralelo y la tasa de inflación sus manifestaciones más relevantes; al mismo tiempo aumentan las divergencias dentro del gobierno, con un jefe de Gabinete desacreditado y una Presidenta ausente; pero que logra alinear al gobierno detrás de la denuncia de que los problemas son consecuencia de una operación de “desestabilización” para interrumpir el gobierno y a su vez, la oposición política y sindical se mueve desarticuladamente, lo que favorece al gobierno en el corto plazo.

Fuente: http://www.nuevamayoria.com/