Oposición: tarea para el hogar
La oposición parece haber intentado de que estos problemas económicos le caigan a la administración Kirchnerista
Las PASO y las elecciones presidenciales se acercan rápidamente. La velocidad de los acontecimientos políticos y económicos es muy superior a la de un país “normal.” La especulación económica es si con las expectativas de las elecciones el gobierno podrá postergar las reformas económicas, amargas pero necesarias, hasta que se suceda el traspaso de gobierno. La oposición, por su lado, parece haber intentado de que estos problemas económicos le caigan a la administración Kirchnerista y no tener que ser ellos quienes deban presentar la cuenta a pagar de la fiesta de consumo durante la gestión K.
Si este ha sido el plan A de la oposición, no se percibe un claro plan B. Es decir, ¿qué hacer si se hereda un gobierno que ha hecho todo por empeorar la situación económica y social y nada por mejorarla? Los candidatos presidenciables no tienen enfrente un mero traspaso de gobierno, tienen enfrente el traspaso de una situación muy delicada que va a requerir que se tenga un proyecto cuidadosamente estudiado. A continuación un listado de algunos de los problemas más serios por resolver a la brevedad sobre los cuáles no se conocen propuestas concretas por parte de los equipos económicos de la oposición:
1. Déficit fiscal: Con datos oficiales, el déficit fiscal consolidado del 2013 (sin considerar transferencias de ANSES y BCRA) se ubica en un 4.7% del PBI (nominal). Este número es mayor al déficit fiscal que dejó el gobierno de Carlos Ménem. Este número, también, es aún mayor si se utilizan estimaciones privadas de PBI. El déficit fiscal a nivel nación creció alrededor de un 50% en el 2014 respecto al 2013, por lo que es de esperar que el déficit en términos de PBI se haya deteriorado en el último año.
2. Presión fiscal: A nivel consolidado, y teniendo en cuenta el impuesto inflacionario, la presión fiscal se encuentra por encima del 50% del PBI “privado” del 2013 informado por el Congreso Nacional. Argentina no sólo necesita reducir un déficit fiscal prácticamente fuera de control, sino que necesita urgentemente reducir su presión impositiva. Sería ideal acompañar esto con una reforma impositiva. Los impuestos deben ser sencillos, bajos, y transparentes. Es notable que aún hoy gracias al impuesto al cheque se paguen impuestos por pagar impuestos. El sistema impositivo tampoco debe generar incentivos perversos, como es el caso de la coparticipación.
3. Inflación: Una inflación anual superior al 2% es considerada un problema en la mayoría de los países desarrollados. La tasa de inflación oficial del Indec, que ni el gobierno utiliza para ajustar sus salarios, es de por sí insostenible. La alta inflación es un problema que requiere de mucha claridad, convicción, y sobre todo credibilidad de la dirigencia política. Tres cualidades que precisamente no se destacan en la generación política de la última década.
4. Banco Central: Esta institución requiere de una seria y profunda reforma. Desde su creación hasta la fecha la inflación promedio anual en Argentina ha estado en torno al 53%. El único período de varios años seguidos sin inflación fue durante la convertibilidad, es decir, los años donde la autoridad monetaria fue menos un banco central. Esto quiere decir que el problema del BCRA excede al de presidente y directorio de turno, es un problema institucional. El banco central como banco central tiene un objetivo fundamental: mantener el equilibrio monetario. Es el tesoro quien debe encargase de su propio financiamiento a través de lo dictaminado por los representantes del pueblo en el Congreso. Si el BCRA ha de ser incapaz de mantener el equilibrio monetario, ¿no estaríamos mejor sin él? No hay que descartar una reforma que contemple cerrar a esta institución que tantos problemas le ha traído al país (por ejemplo ver aquí).
5. Subsidios, tarifas reguladas e infraestructura: En cualquier curso de introducción a la economía se explican los efectos adversos de regular los precios de mercado. Aquel que es escéptico de la ciencia económica puede referirse a siglos de historia de precios regulados donde los mismos resultados se repiten una y otra vez. El gobierno Kirchnerista ha llevado estos efectos al punto de dejar la infraestructura de Argentina “atada con alambres.” Recordemos el accidente de Once y el manejo de las inundaciones en La Plata, sólo por dar dos ejemplos. Energía, telecomunicaciones, transporte, etc., requieren de fuertes inversiones cuyos resultados tardarán en verse. ¿Qué plan en concreto hay para liberar los precios y atraer inversiones de largo plazo a Argentina?
6. Empresas públicas: Ineficientes. Con alto déficit. Todo lo que no deben ser. ¿Se va a continuar con este esquema? ¿Se van a reformar? ¿Se van a privatizar? Estamos mejor con YPF de estado que lo que estábamos con Repsol-YPF? ¿Aerolíneas Argentina funcionar mejora ahora que antes? ¿Por qué en lugar de manejar las empresas desde el mercado no se abre a competencia irrestricta? Una política, por ejemplo, de cielos abiertos.
7. Cepo cambiario y tipo de cambio atrasado: Hay básicamente dos maneras de corregir un atraso cambiario. Con una devaluación del tipo de cambio con una deflación de precios domésticos. ¿Qué camino piensa seguir la oposición? Guste o no, el tipo de cambio blue se encuentra en niveles similares a los que debería tener el tipo de cambio si desde el 2007 la devaluación hubiese seguido la inflación Argentina menos la inflación americana. En Argentina el tipo de cambio no sé sólo un precio regulado (y como todo precio regulado, el mismo deriva en desequilibiros), sino que usted como Argentino no tiene el derecho de ahorrar en dólares sin un permiso especial del gobierno. Ninguna república que se aprecie como tal permitiría tal trasgresión a los derechos individuales. Un gobierno incapaz de ofrecer una jubilación decente le elimina también la posibilidad a los privados de administrar su propio futuro.
8. Default: El desmanejo del gobierno en este punto no requiere explicación. El problema a afrontar no es menor. Un fallo en firme sosteniendo que Argentina debe pagar todo lo adeudado a los holdouts. Sin acceso al mercado internacional de crédito, el próximo gobierno deberá afrontar los problemas arriba expuestos con recursos domésticos. Para ser claro. La presión fiscal requiere que el déficit fiscal sea corregido bajando el gasto público. Ya no alcanza con que reducir la velocidad de crecimiento del gasto. La presión fiscal también pide por una reducción impositiva si se le quiere dar oxígeno a la economía para que cree empleos. Esta transición no puede financiarse con crédito externo. Deber ser financiado con crédito interno y reducción del gasto (¿subsidios? ¿exceso de empleo público? ¿privatizando empresas públicas que dan pérdidas? ¿volviendo al FMI?)
El listado podría extenderse. Sin embargo estos ocho puntos muestra la seriedad del panorama económico que va a heredar la oposición salvo que el Kirchnerismo efectivamente corrija el curso y le facilite el gobierno a su sucesor. La probabilidad de esto parece ser muy baja, sino nula, incluso en el caso que gane un delfín del Kirchnerismo. Este listado, sin embargo, muestra que quien sea el próximo presidente tiene dos alternativas por delante: (1) Ser el presidente que navegó los problemas heredados del Kirchnerismo o (2) Ser el presidente que llevó adelante una reforma institucional profunda, sino refundación, de la república. Grandes problemas presentar grandes oportunidades, que pueden aprovecharse tanto como desperdiciarse.
Nicolás Cachanosky | Assistant Professor
Department of Economics | School of Business
Metropolitan State University of Denver
Campus Box 77, P.O. Box 173362, Denver, CO 80217