La Argentina del enredo (el legado “k”)
Enredo: Complicación y maraña que resulta de trabarse entre sí desordenadamente los hilos u otras cosas flexibles
Días pasados me contaba un político de segunda línea de lo que llamaría “peronismo desorientado” que el próximo gobierno, aunque ganara Scioli, escenario no tan ilusorio (para él), se encontraría con un país absolutamente enredado que haría no solo muy difícil gobernar sino que la misma transición, desde que se conociera el ganador, sería muy complicada. Mas difícil sería esa transición si el “oficialismo” logra un bloque de diputados que sus más pesimistas militantes estiman entre 75 y 85 diputados.
Kristina ejercerá despóticamente su poder hasta el mismo 10 de diciembre ya que su objetivo es dejarnos “un país incómodo” y en ese lapso su objetivo sería terminar de enredar las cosas, dos de cuyas acepciones, según la RAE, dicen: Meter discordia o cizaña y Meter a alguien en obligación, ocasión o negocios comprometidos o peligrosos.
En verdad el llamado alineamiento con CHINA ya es un “negocio comprometido y peligroso” que algunos candidatos opositores avisaron que esa política seria revisada y esa revisión ya será materia prima de primera calidad para que el “kristinismo” desate su encomiable potencial para sembrar cizaña y discordia, la que será acompañada por la extrema izquierda nutrida en el resentimiento social y la pobreza e indigencia cuya dimensión es ignorada por el propio “kirchnerismo”, según confesó el “pequeño y desilustrado” Kicillof.
Este amigo peronista me decía además con su aguda penetración y conocimiento de la idiosincrasia “k”, todos hablan de los primeros cien días de gobierno pero yo creo que esos primeros cien días podrían ser del “kirchnerismo en la oposición” que desde que haya un nuevo presidente intentará destruirlo para convertir a la oposición en un moderno robot del impedimento.
Este amigo me daba otros ejemplos.
El nuevo gobierno entre otras cosas deberá reformar el INDEC para recuperar la certeza de las estadísticas nacionales y eso tendría que hacerlo el mismo 10 de diciembre, te imaginas el discurso “k”, me preguntaba con picardía.
Si le respondí desde la vigencia del neo liberalismo, el regreso a los 90 hasta la necesidad de cambiar las mediciones para sustentar las viejas políticas y la sumisión a los “grupos concentrados” y a las “corpo”.
Otra cuestión es la del BANCO CENTRAL ya que el nuevo gobierno se encontrará con un “militante” en calidad de presidente con estabilidad hasta 2020 que probablemente renuncie para eludir un inevitable juicio de destitución.
Te imaginas, seguía mi amigo con las preguntas, cuando haya que negociar para cumplir de la mejor manera, es decir pagar con bonos al mayor plazo posible, no el fallo “Griesa”, sino con el fallo del Poder Judicial de los EEUU dictado en la causa de los “hold outs”.
Lo más perverso es que los “k” se sometieron a la justicia norteamericana, como con los chinos a la inglesa, país con el que tenemos pendiente la cuestión “MALVINAS”, ratificaron por escrito una obviedad que cumplirían con el fallo de la justicia de los EEUU y ahora como adolescentes despechados descalifican al Juez interviniente, lo que es inoficioso, inútil y nos sumerge en uno de los mayores descréditos de la Argentina en el Mundo.
No tienen límites, agregaba mi amigo que en algún momento estuvo en lo que se llamó “grupo Calafate”, mirá lo que están haciendo con el “citi” da vergüenza ajena, no solo por el servilismo del presidente del banco central sino por la desfachatez del gobierno.
Si el pecado del CITI fue acatar una decisión judicial pronunciada por una jurisdicción a la que Argentina se sometió libremente, la verdad sería desopilante si eso hubiera ocurrido en otro país. Hasta el CITI debería decir que no hizo ni más ni menos que cumplir con una decisión del propio gobierno, es decir respetó una decisión soberana no ya del gobierno, del propio estado Argentino.
Escribía Jorge Oviedo en LA NACION respecto a la deuda que dejará “el kristinado”: “Determinar cuántos dólares se necesitarán el año próximo para cancelar los pagos de deuda es una cuenta complicada de resolver con precisión, porque los vencimientos cambian. La actual administración se financia a corto plazo y consigue dólares caros, que habrá que devolver pronto. O cobra divisas por anticipado, lo cual significa que no se cobrarán en el futuro”. Esa deuda se estima en u$s 26.000 millones sin contar el déficit energético que exigirán otros u$s 10 mil millones, más el dinero necesario para financiar el gasto inútil que no se podrá reducir en 24 horas y los probables programas de reformas del sector público que exigirá además el pago de indemnizaciones no solo por despidos sino por contratos que habrá que rescindir para evitar seguir sumando “costos hundidos”.
Queda esa maraña de regulaciones y “cepos” de hecho y de derecho que traban casi todas las actividades productivas que habrá que eliminar y en todo caso por razones de “prudencia política” en algunos casos sustituirlas por contenidos más racionales.
A este panorama se suma esta compleja realidad social puesta de manifiesto en el diario “LA NACION” el último domingo 5 al difundir una encuesta de “Poliarquía” que demostraría que para el 79% de la gente, en la Argentina se vive al margen de la ley.
El dato sorprendente de esa encuesta es que a la pregunta “Por lo que usted ha visto ¿quién viola mas las leyes?, solo un 1% cree que es el gobierno, cuando precisamente según lo que vivimos es el propio gobierno que ha convertido al régimen republicano en un “kristinado” cuya ley es su voluntad y capricho que es la “determinación que se toma arbitrariamente, inspirada por un antojo, por humor o por deleite en lo extravagante y original” como lo fue el inútil “Memorándum” suscripto con Irán.
El “kristinado” nos dejará este pesado y difícil legado que paradójicamente será añorado por una parte de la sociedad que más que la altura de los tiempos vive su profundidad.