Diálogo atravesado
En sus páginas editoriales, el diario analizó las marchas y contramarchas de Kirchner acerca de su posible abandono de la transversalidad, su acercamiento al radicalismo y su diálogo con la oposición. Tejes y manejes que sólo dejan en claro una cosa: pese a sus promesas, K no tiene ninguna intención de renovar la política, sus prácticas y jugarretas.
El cuarto fin de semana de julio, el diario más prestigioso de la Argentina publicó un par de artículos de opinión para anunciar \»El fin de la transversalidad,\» y hace unos diez días las dignas palabras del presidente Néstor Kirchner en ocasión del centenario del nacimiento del difunto dirigente radical Ricardo Balbín generaron expectativas sobre un posible diálogo político. Sin embargo, desde entonces Kircher ha dejado cada vez más en claro que ni desea ni necesita un cambio de estilo político: y menos aun un \»diálogo hipócrita\» con políticos como Elisa Carrió o Ricardo López Murphy, quienes se atreven a criticarlo, aunque sí parece dispuesto a condescender al diálogo con el partido de donde aquéllos surgieron originalmente, la UCR, cuyo candidato apenas si alcanzó un dos por ciento en abril del año pasado. No es de extrañar, pues, que Carrió hable de un nuevo Pacto de Olivos si los radicales se mantienen a la sombra de Raúl Alfonsín (quien negoció dicho pacto con el entonces presidente Carlos Menem en 1993) quince años después de dejar aquél la presidencia. Tampoco debe reprochársele indebidamente a Kirchner si da marcha atrás en cuanto al diálogo: por el contrario de una difundida creencia local, las democracias más fuertes se basan en un sólido sistema bipartidista, y no en un pegajoso consenso. |