El cambio de presidente del Banco Central de la República Argentina (BCRA) por cuestiones políticas no es una novedad en nuestro país. Desde que Domingo Cavallo se “cargó” a Pedro Pou en 2001, los cambios de presidentes de la institución pasaron a ser una constante, hecho que deja en claro que el BCRA no es una institución independiente sino que constituye un apéndice del poder político.
Sobre las personas en particular no me interesa opinar. Lo que sí creo necesario resaltar es que Martín Redrado fue presidente de la Comisión Nacional de Valores durante la presidencia de Menem, luego ocupó cargos en el gobierno de Duhalde y continuó con el de Kirchner. Teniendo en cuenta que bajo este gobierno todo lo que tenga que ver con los ’90 es asimilable al mismo infierno, resulta curioso que Kirchner opte por un ex menemista para ser presidente del BCRA. Pero si Redrado fue funcionario de Menem y hoy es funcionario de Kirchner, siendo que el presidente no deja de despotricar contra el gobierno menemista, quiere decir que Redrado tiene una alta capacidad para adaptarse a los cambiantes vientos de la política argentina, lo que mueve a poner en duda cual será su verdadera independencia como presidente del BCRA.
Es de suponer que quien acepta un cargo público lo hace, en primer lugar, porque comparte la filosofía general del gobierno de turno. Por lo menos ese debería ser, a mi juicio, el primer punto a considerar por toda persona que acepta un cargo relevante en el Estado. Lo que no puedo entender es cómo hace Redrado para conciliar la filosofía general que tenía el gobierno de Menem, de quien fue funcionario, con la filosofía general de Kirchner. Este dato no es menor teniendo presente la importancia que debería tener el cargo de presidente del BCRA.
En términos prácticos, ¿qué indica este cambio de presidente del Central? Para poder responder a esta pregunta es necesario resaltar que, actualmente, los sistemas monetarios están basados en el prestigio de las instituciones. Antiguamente, los bancos centrales actuaban bajo el régimen de patrón oro y emitían moneda contra reservas de ese metálico. Producir oro tiene un costo como tiene el producir cualquier otro bien y, por lo tanto, no era superabundante la cantidad de oro que podía haber en el mercado. Como decía antes, prácticamente el oro ha dejado de utilizarse como moneda y los bancos centrales emiten sus monedas contra activos que son papeles como bonos, otras monedas, créditos contra el sistema financiero, etcétera. Imprimir un billete de 10 pesos u otro de 100 no tiene costos adicionales. Sólo hay que agregarle un cero al billete que se va a emitir, cosa que no ocurría con el oro porque los costos de producción de ese metal son mucho más altos que los del papel moneda.
De lo anterior se desprende que, actualmente, el respaldo de las monedas está en la seriedad con que se manejan las instituciones, en la confianza que inspiran en el público los emisores de monedas y las reglas generales con que se mueve el sistema económico.
¿Cuál es el prestigio que respalda hoy en día la emisión de pesos en la Argentina? El “prestigio” que puedan tener los dirigentes políticos y la independencia que pueda demostrar el presidente el BCRA respecto del poder político del momento.
¿Por qué es importante la independencia del BCRA del gobierno de turno? Porque de esa forma se asegura que la política monetaria no va a estar subordinada, justamente, a las necesidades políticas del gobierno de turno. La idea es hacer previsible la política monetaria, independientemente del partido político que gobierne, para que los agentes económicos puedan tomar decisiones de largo plazo. La política monetaria tiene impacto sobre la tasa de interés, el crédito, el tipo de cambio, la tasa de inflación y hasta en la distribución del ingreso. Todas estas son variables claves para, por ejemplo, poder proyectar inversiones.
La Argentina hace rato que ya no tiene un BCRA independiente del poder político y las condiciones en que se produce el reemplazo de Alfonso Prat-Gay por Martín Redrado demuestran que los argentinos tendremos que seguir conviviendo con la incertidumbre que se genera cuando la independencia de las instituciones no es respetada.
Una vez más asistimos al doble discurso de los dirigentes políticos que, por un lado, alaban la independencia de las instituciones y, por el otro, actúan ignorando la importancia de las mismas.
Finalmente quiero aclarar que no debe tomarse lo dicho en esta nota como una defensa del presidente saliente del BCRA, es un artículo en defensa de la institucionalidad del país. © www.economiaparatodos.com.ar |