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jueves 29 de septiembre de 2005

¡¡Grande, Fidel!!

En virtud de la escasez de maquinaría agrícola en buenas condiciones, los cubanos son instados a intensificar la cría de bueyes para poder cumplir con las tareas agrarias.

Conforme enseña el Diccionario de la Real Academia Española, “progresar” es ir para adelante, avanzar o perfeccionarse. Pero no para todos. Para Fidel Castro, ciertamente no es así. Para él, veremos, avanzar es ir para atrás. Aunque usted no lo crea.

Muchas veces la lectura de esa suerte de Biblia castrista, que es el veterano diario Granma, da lástima, cuando no vergüenza ajena.

Esto me ocurrió con la increíble crónica contenida en ese primitivo medio acerca de la situación agrícola hoy prevaleciente en la provincia de Las Tunas, en el este de la desdichada isla.

Ocurre que allí los pobres tuneños están (cuándo no) atravesando una aguda crisis. Cuba es el país de las crisis, como constante. Ésta es una más. Esta vez se trata de una que tiene que ver con la maquinaria agrícola disponible. Con lo que ellos llaman gráficamente “la mecanización”. Y, como siempre, la culpa nunca es de los comunistas cubanos. Siempre hay otro “malo” en su película.

Porque en Las Tunas solamente funciona una quinta parte del plantel local de tractores. Lo que es un problema que aparentemente se ha generalizado en toda Cuba, a partir del momento en que la Unión Soviética, al colapsar su economía, a comienzos de la década de los 90, dejó de subsidiar al país caribeño.

La URSS era la casi única proveedora a Cuba de maquinaria agrícola, con sus partes y repuestos, que ya no existen más porque -comparados con los tractores y maquinaria agrícola occidental- los rusos eran simplemente obsoletos y, hoy, antidiluvianos.

¿Cual es la respuesta de Fidel a esta crisis?

Increíble. Llamar a intensificar la cría y el uso de bueyes, como sustitutos de los tractores y otros equipos.

En Las Tunas, por esto, se utilizan 20.142 bueyes. Mañana, tarde y noche. Esto supone una disponibilidad de unas 10.071 yuntas o pares de pacientes bueyes. Hay, según nos dice Granma, también otros 400 bueyes que están todavía en proceso de doma. Así, con bueyes, se preparan para la siembra unas 15.300 hectáreas y se cultivan unas 47.000 hectáreas adicionales. Y se transportaron unas 670.000 toneladas de productos agropecuarios. Como en el Egipto de los faraones. O en los rincones de más miseria en África. Lo que es ciertamente lamentable. Pero más penoso aún es leer que, frente a la situación, Fidel está instando a sus conciudadanos, en todo el territorio nacional, a intensificar urgentemente la cría y el uso de animales de este tipo en la agricultura. En lugar de tractores. Como sucedía en la edad de bronce.

Pedir dinero prestado, Cuba ya no puede. Fabricar tractores simplemente es un sueño, porque Cuba no es capaz. Importar, entonces, tampoco es una posibilidad. No sólo por auténtica falta de capacidad de pago, sino -peor- porque Cuba no le paga ni le quiere pagar absolutamente nada a nadie (tampoco a los argentinos), jamás.

No es del todo sorprendente, siempre ha sido así en Cuba. Más allá de las declamaciones y de los afectos. Desde la época misma del bueno del justicialista don Gelbard, que regaló nuestros recursos -a troche y moche- a terceros, recorriendo el entonces paraíso socialista y abriendo alegremente numerosas “líneas de crédito” que en muchos casos siguen en completo “rojo”. Esto es, vencidas e impagas.

Como si no tuviéramos aquí también necesitados. Y como si cumplir con la palabra empeñada fuera una actividad relativa. Porque sucede que en Cuba (y, a veces, también aquí) encontramos mil excusas para no hacerlo. Conscientes de que estamos no avanzando, sino retrocediendo, al menos en términos relativos.

Por ahora, pensemos en los bueyes de Cuba, son todo un símbolo. Muy lamentable, por supuesto. © www.economiaparatodos.com.ar




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